Recuerdo 11 -Cuervos

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Tres días antes

(Fecha de muerte de Noel Persa)

—¿Ella dónde está ahora?

—En un avión.

—El viejo fue rápido —esbozó una sonrisa de irritación y odio mientras apretaba su copa de vino— Alejó a su sucesora del peligro apenas hubo una mínima señal de amenaza.

—¿Qué debemos hacer?

—¿Con ella? Ya lo veremos... pero ahora mi prioridad es otra.

—¿El presidente?

—Exacto... tengo que evitar que cambie su testamento antes de que sea tarde. ¿Cómo van con eso?

—Lo hemos intentado con todos nuestros recursos, pero es inútil, ese lugar más que un hospital es una fortaleza, no hay manera de meter a uno de nuestros asesinos allí.

—Eso ya lo sé, inútil ¿por qué crees que él sigue ahí? Para este punto ya deberían haberle dado el alta, porque el veneno en su sangre no puede ser detectado con ningún análisis así que a la vista de todos solo sufrió de un pequeño desmayo debido a esa enfermedad que no le cuenta a nadie. Su abogado de cuarta lo mantiene ahí solo porque quiere protegerlo de nosotros y no saldrá a menos que terminen de preparar otra fortaleza igual o más impenetrable que está.

—Entonces debemos entrar ahora mismo, antes de perder la oportunidad.

—Usar la identidad de alguien adentro es la única forma.

—¿Un soborno?

—Una amenaza.

Se dio vuelta y dejando su copa de vino sobre el escritorio me dio mi siguiente orden.

—Raven, busca a la familia de alguien de alto rango... y tráelos a dar un paseo por aquí.


Noche del suceso

Comenzaba a anochecer cuando la puerta de mi habitación se abrió.

"Espero que te encuentres bien, Tea"

—Señor Noel Persa —saludó el doctor con una sonrisa— vengo a administrarle su medicamento.

—Adelante.

Escribí algo en mi tableta y luego la dejé sobre la mesa de noche al lado de mi cama.

—Doctor... —miré su gafete entrecerrando los ojos para poder ver las letras pequeñas— Evans.

—Por favor, quédese quieto.

Llevó su jeringa hacia los tubos que se conectaban a mi suero para inyectarlo.

—Tomará un momento —dijo manteniendo su sonrisa amable. 

 

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