La Mentira

3 0 0
                                    

William se bajó de la patrulla para entrar al hospital, algo no andaba bien así que apuró su paso, corrió hacia las puertas pero al notar que estaban cerradas quebró el vidrio con el mango de la pistola. Entró y vio que era cierto, todo estaba llevo de sangre, el silencio le dio la oportunidad de escuchar algo por una habitación, tenía la esperanza de que aún hubiera alguien vivo así que corrió a la habitación. Entró y vio a un joven sentado a punto de cortar su garganta con una daga, William no podía permitir eso.

—¡Para! — William le quitó la daga de una patada, el rostro de sorpresa del joven hizo que se le hablandara el corazón asi que intentó hablarle— Hey, todo esta bien ahora, no estoy aquí para hacerte daño o para encerrarte, solo quiero saber el porqué....

James solo lo miró para luego apuntar la pared, su garganta estaba algo seca así que prefirió no hablar, William miró a dónde estaba apuntando James para luego ver la pared toda rallada con un listado de motivos, no los leyó y volvió su atención al joven que había empezado a tocer. El golpe que Taro le había dado a James, lo había dejado algo atontado así que aún veía borroso y sentía que su garganta era de lija.

—Ven, acompáñame a la cafetería, no te ves en muy buen estado

William se levantó y ayudó a James a pararse para luego pasar por los pasillos llenos de sangre y cuerpos, James estaba sorprendido al ver que aquel policía no se veía afectado por estar rodeado de cadáveres. Llegaron a la cafetería y James se sentó en una de las mesas limpias mientras William iba a preparar un café o té.

—¿Eres un paciente de este hospital no?
—Así es....

La voz de James era muy áspera, arrastraba algunas letras mientras hablaba ya que no aguantaba el dolor de garganta que le producía hablar. William terminó las bebidas para luego sentarse junto a James, este se tomó su té mientras buscaba algo en su bolsillo, William lo miró atentamente ya que no quería más sorpresas de las que ya vio, James sacó unas pastillas y se las tomó con el resto de té.

—Ala de psicología ¿o me equívoco?
—No te equivocas, soy el paciente 085, lo peor de este hospital.

William solo asintió mientras tomaba su café, él sabía del historial de James pero no quería decir nada, sabía que debía tener sus motivos así que prefirió encargarse él mismo de aquel caso, él quiere que James tenga una oportunidad de vivir una vida como se debe, no como alguien encerrado en una habitación completamente blanca.

—¿Qué haces aquí?....
—Llamaron a la comisaría denunciando un caso sospechoso así que vine a revisar.
—¿Tu solo? ¿Sin apoyo....?
—No lo necesito ya que no te vengo a encarcelar.

William tomó un largo sorbo de café mientras James no sabía cómo reaccionar. William sacó una billetera de su bolsillo para luego entregársela a James. Al abrirla vio que había un carnet con un nuevo nombre y todo lo demás, también había un carnet para conducir y una tarjeta de crédito, William le estaba dando la oportunidad de tener una nueva vida desde cero.

—Soy alguien que cree en segundas oportunidades pero en este caso, en segundas vidas.

William le sonrió a James, su sonrisa desprendía despreocupación y tranquilidad, James disfrutó de ese momento de paz.

.
.
.
.
.
.
.
Nan intentó levantarse pero tenía a su hermanita encima, necesitaba ir a trabajar pero Kim la estaba aplastando así que no podía irse a ningún lado. Su puerta se abrió dándole paso a Paz, su jefa, mejor amiga y roommate. Resulta que la habían llamado para que entrevistará al oficial que estaba en la escena del crimen, Nan entendió al tiro de que hablaba.

.
.
.
.
.
.
.
.

William ya había arreglado a James, le había entregado ropa limpia y lo peinó, James ya no era el paciente 085, era una persona nueva y sin récord criminal. Cuando llegaron vieron a Willian hablar con James pero no escuchaban la conversación.

—Disculpe ¿Es usted William?
—Así es, Soy William Wood, policía del área de casos sospechosos— William hablaba como si no tuviera nada que esconder, Paz anotaba todo sin perderse una sola palabra, Nan o más conocida como 111, estaba mirando al joven que acompañaba al oficial— y este de aquí es Jeffrey Redwood, único sobreviviente de lo ocurrido en este hospital.

William narró lo que sabía, Paz le preguntó a James/Jeffrey si le podía dar más detalles de lo ocurrido, este le contó sin dar muchos detalles, si querían que la fachada funcionara tenían que maquillar un poco las verdades. James le contó de lo del sótano, de cómo vio desde las escaleras lo ocurrido y cómo el asesino se quitó la vida después de cumplir su plan, William quedó sorprendido por la habilidad para mentir de James, hasta aquellas lágrimas de cocodrilo se veían reales.

—No me imagino el dolor que debes estar sintiendo ahora mismo....

Paz estaba conmovida con la historia de James, desde las lágrimas hasta la historia en sí. 111 no le creía, algo no andaba bien, ¿Cómo fue que sobrevivió? ¿Acaso el asesino no lo notó? Sus dudas fueron interrumpidas por el oficial que le estaba hablando a James ¿o debería decir...... Jeffrey?

—Podemos continuar con esta entrevista después, tengo que llevar a Jeffry a su casa.

William le tocó el hombro en señal de irse antes que pregunten algo más, las chicas comprendieron así que también se retiraron. Cuando William y Jeffry estuvieron en la patrulla por fin pudieron respirar tranquilos, agradecieron que no se dieron cuenta de las fallas en el relato y que no preguntaron nada que pudiera incriminar al chico.

—De la que te salvaste.
—De la que NOS salvamos, te volviste cómplice en el momento en el que decidiste no encarcelarme.

William se quedó callado, reconocía que James tenía un punto pero no le iba a dar el gusto de confirmarle aquello, lo único que hizo fue asintir con la cabeza mientras encendía el auto para poder irse a la casa del oficial, ¿estará haciendo lo correcto en llevar a un asesino a su casa donde están sus mellizos de dos años? Bueno, es momento de describir que pasará......

La CalaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora