William conducía hacia su casa mientras hablaba con James, reían sobre cosas que hacían los mellizos y el perro que tenía el policía. James estaba nervioso, no sabía que esto podía ser una trampa o no, no quería dañar a nadie si es que perdía el control. William notó su nerviosismo y para poder tranquilizarlo le colocó su mano en su hombro y le dedicó una sonrisa.
—Todo está bien..... Em...
—James, me llamo James Robert pero ahora me llamo Jeffrey Redwood.
—Bueno James, todo estará bien y estoy seguro que mis hijos te adoraran.James se calmó y sonrió un poco, recuerda ser bueno con los niños pequeños, ayudó un tiempo cuando aún existía el ala infantil del hospital. Willian giró en el semáforo para luego detenerse en la tercera casa.
—Bien, ya llegamos.
William estacionó el auto y se bajó, sacó las llaves de su bolsillo y abrió la puerta de la casa, James lo vio entrar, se tomó su tiempo para pensar pero terminó decidiendo entrar. Al entrar vio cómo dos niños estaban aplastando a William, no pudo evitar reír, eso llamó la atención de los niños quienes miraron hacía su dirección.
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.James cuidaba a los niños de día pero a la noche él se iba, caminaba hasta el hospital y hacia de las suyas, su locura se desbordaba cada vez más, no podía tomar sus pastillas así que lo único que mantenía a raya su locura era hacer lo mismo que aquella noche. Matar.
Siempre hay personas que van a ver lugares abandonados y él se aprovechaba de eso, ¿Y por qué no? No hay nada de malo en aprovechar las oportunidades de la vida y el lo sabe muy bien.James se sentaba en su habitación hasta que algún curioso llegara y abriera aquella puerta, recibiendo así un golpe con un fierro de la cama, James sacaba su daga y mientras su víctima pedía piedad él le lanzaba su daga a la frente, James arrastraba la daga desde la frente, pasando por la cara y garganta hasta llegar a la caja torácica. James necesitaba relajarse después de cuidar de dos niños pequeños, son unas chinches y a veces él necesita tiempo a solas.
Cuando terminó con su salida, él volvió a la casa solo para ser recibido por esas dos chinches que le saltaron encima haciéndolo caer contra la puerta. James no se pudo contener la risa, los chamacos también se reían y eso le formó una sonrisa a James. Se levantó como pudo ya que los enanos no lo soltaban, ellos parecían koalas por cómo estaban agarrados, James logró dejarlos en el sillón viendo monitos para que el pudiera ir a cambiarse la ropa y cocinar algo para la cena, si iba a vivir ahí al menos debería ayudar.
James subió a su habitación para cambiarse ropa cuando chocó con William, ambos se tambalearon un poco pero ninguno se cayó, James notó que William estaba usando su uniforme todavía y se veía muy cansado, resulta que a estado recibiendo casos extra por falta de personal, las ojeras de William les hace competencia a los mapaches.—Ah perdón James, tengo que volver al trabajo...
—William! Pareces muerto viviente! ¡¿Hace cuanto no duermes?! — James estaba preocupado, William es su primer amigo desde que salió del hospital, además de ser padre de dos niños pequeños— ¿Por qué no pides un descanso?
—Tengo muchas cosas que hacer, no pudo pasarle mi trabajo a alguien más.... —William parecia quedarse dormido en cada palabra, es sorprendente que aún tuviera fuerzas para mantenerse de pie.
—William, también eres padre, no sólo policía. No puedes dejar a tus hijos abandonados.
—No están abandonados, están contigo...
—No soy nada de ellos, TU eres su padre y yo solo soy un extraño que vive con ellos, debes aprender a dejar tiempo para los niños, William.
James se fue a cambiar, estaba molesto con su anfitrión, no es justo que él se pase el día cuidando a los niños mientras William se partía la espalda en el trabajo. James se cambió a un pantalón de mezclilla con unas zapatillas, utilizaba una polera manga corta con un poleron encima. Bajó las escaleras y caminó hasta la cocina para iniciar a hacerle panqueques a los niños, si su padre no los iba a mimar él lo iba a hacer.
Sentó a los niños mientras él hacía la mezcla para los panqueques, colocó música mientras cocinaba, los niños lo miraban y reían, James empezó a vertir la mezcla en el sartén. Después de unos veinte minutos él ya había hecho los panqueques y ahora los niños los estaban comiendo, al terminar vio que ellos se estaban quedando dormido así que sin otra opción, tomó a uno en cada brazo para luego subir para dejarlos en sí habitación, los niños aún estaban aprendiendo a hablar así que fue una sorpresa cuando le dijeron papá, mas sorpresa fue cuando escuchó como le dijeron, James se sentó en la cama de los niños, les contó una historia mientras le hacía cariño en la cabeza.
James se quedó dormido con los niños encima de él, los tres estaban muy cansados luego de haber jugado por mucho rato. La puerta principal se abrió sin emitir mucho ruido, entró el policía más cansado que antes, subió las escaleras y antes de irse a su habitación fue a ver a los niños, al abrir la puerta logró ver aquella tierna escena, no evitó sonreír pero no duró mucho ya que James giró la cabeza hacia su dirección.
—Llegas tarde, los niños se cansaron de esperarte— James abrazó a los niños que por reacción le devolvieron el abrazo— te perdiste cuando hablaron.
—¿Qué... Dijeron....?
—Me dijeron papá, me quieren mas que a ti.
James le tocó justo el punto debil, William se sintió mal cuando escuchó eso, ellos son su alegría y saber que se perdió la primera palabra. James lo notó así que solo se rió bajo y le mostró a los niños dormir.
—Son unos angelitos, deberías pasar más tiempo con ellos, yo puedo trabajar y tu pide algunos días libres.
William asintió mientras entraba, se acercó a los niños y les dio un beso de buenas noches para después irse a su habitación dejando a James con los niños, este se durmió con los niños en los brazos y se quedó así con los niños toda la noche, él puede estar loco pero jamás dañaría a un niño pequeño...
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La Calavera
Mistério / SuspenseHospitales, lugares de los cuales salen sonidos de agonía y quejidos de dolor, un hospital ya es tenebroso con eso pero agrégale tener a un loco encerrado al fondo del pasillo de psicología, por un simple descuido todo ocurrió.... El paciente 082 es...