Me quede mirando el techo que se alzaba sobre mi, mientras esperaba a que me llamarán o me avisarán.
Ahora mismo estaba tirada boca arriba en la enorme cama que había en la habitación que me había asignado Dimitry para quedarme a dormir. Hace ya una hora que habíamos cenado, y esperaba tranquilamente a esa charla que quería darme Dimitry a solas.
Estaba preocupada, ¿de que tema iba a hablarme?. Los nervios estaban matándome por dentro poco a poco.
Suspiré pesadamente y dí varias vueltas en la cama, sin saber que hacer.
El pequeño cachorro de león, al que había decidido llamar Simba, dio un salto desde el suelo y se subió a la cama.
Se acercó lentamente y se tendió, acurrucándose contra mí. Sonreí levemente y empecé a acariciarlo, recibiendo por respuesta un ronroneo de felicidad.
Sin dejar de acariciar a Simba, dejé de mirarlo y volví mi mirada de vuelta al techo.
Me quede pensando en lo que Dimitry había contado hace unas horas. Aún seguía sin poder creerme que las personas que habían cuidado de mi durante todo estos años, no fueron mis verdaderos padres.
Volví a suspirar, todo era tan confuso... Ahora que se la verdad, no puedo evitar preguntarme como eran mis verdaderos padres y como hubiera sido mi vida si no hubieran muerto.
Alcé mi mano y la puse delante de mis ojos, examinándola. ¿Que poderes tendré escondidos dentro de mi? ¿Servirán para hacer el bien o para hacer el mal? ¿Podré llegar a controlarlos?
Los nervios me estaban matando por dentro y tenía algo de miedo, ¿que pasaría si mis poderes solo causan dolor y destrucción? ¿Y si mi centro no fuera algo bueno? ¿Que pasaría conmigo? ¿Los guardianes me dejarían? ¿Me separarían de ellos?
Rápidamente, moví la cabeza de un lado a otro, maldiciéndome a mi misma por tan solo llegar a pensar eso. Ellos no eran esos tipos de personas o espíritus, no me darían de lado.
Ya algo más tranquila, seguí pensando en los guardianes. En estos días que había estado con ellos, me sentí bastante bien. Me habían ayudado y estaban dispuestos a seguir haciéndolo. Me habían salvado de las manos de Pitch y Shadow, y habían curado mis heridas.
Cerré los ojos y sin saber por que, la imagen de Bunny se me vino directamente a la cabeza. Sentí como mis mejillas volvían a calentarse con gran intensidad.
¿Que me estaba pasando? ¿Por que no puedo dejar de pensar en Bunny? ¿Por que me siento nerviosa cuando estoy cerca de él? ¿Por qué siento ese cosquilleo cuando lo veo?
Suspire pesadamente, ¿tal vez estaría empezando a sentir cosas por Bunny?
Abrí los ojos sorprendida por mis pensamientos. No, no podía ser que me estaba empezando a gustar Bunny, ¡lo conocí hace tan solo varios días atrás!. Pero.... ¿Existe el amor a primera vista, no?
Volví a suspirar por millonésima vez, debo aclarar mis sentimientos y mis pensamientos, todo esto del amor es tan nuevo para mí.
Unos golpes en la puerta me despertaron del trance que había caído mientras pensaba. Me senté, para después levantarme de la cama, siendo seguida por Simba.
Me acerque a la puerta y agarrando el manillar, abrí la puerta. Cuando la abrí, me encontré a David el Gnomo. Me miraba desde abajo con una amplia sonrisa.
-Señorita Elisabeth, el señor Dimitry os está esperando. Os indicare el camino. Seguidme, por favor...-dijo David mientras se daba la vuelta y empezaba a caminar por el pasillo.
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La guardiana de la creatividad
Fanfiction[PAUSADA HASTA PRÓXIMO AVISO] Elisabeth Moonligth es una chica de 19 años, vive ella sola en un pueblo llamado Burguess, estudia Bellas Artes y su pasión es la pintura y la música. Ella parece una chica normal, pero tiene un pequeño secreto: ella si...