Me quede mirando fijamente a Dimitry, aun sin poder creerme que estaba aquí, en un palacio encima de las nubes.
Dimitry estaba mirando a todos, hasta que se quedo mirándome fijamente, lo cual hizo que me pusiera un poco nerviosa.
Debió darse cuenta, ya que me sonrió para tranquilizarme. Empezó a andar y bajo las escaleritas, parándose justamente enfrente nuestra.
-Es un placer conocerte Elisabeth, sabia que dentro vendrías aquí buscando respuestas...-dijo Dimitry dirigiéndose a mi. Todos le miraron curiosos y un poco nerviosos, especialmente yo.
- ¿S-Sabias que yo vendría?¿Y co-como sabes mi nombre? -logre articular un poco nerviosa. El sonrió y asintió levemente con la cabeza.
-Si, y debo decir que te has hecho esperar, aunque pienso que el Hombre de la Luna tendrá una buena razón por haber elegido este momento... Y sobre lo de tu nombre, soy el espíritu del destino, yo lo se todo o seria mejor decir casi todo, hay cosas que nunca se debe saber...-dijo Dimitry con una sonrisa.
-De seguro que te estarás preguntando porque te esta pasando todo esto, porque de todas las personas y espíritus que ahí en mundo, el hombre de la Luna te eligió a ti, ¿verdad?-me pregunto con una sonrisa.
-Si...Quiero saberlo, quiere saber la razón...-dije decidida, ya un poco más relajada.
-Bien, entonces sígueme...-dijo Dimitry con una sonrisa mientras se giraba y empezaba a andar con elegancia.
Sin dudarlo por un pequeño instante, empecé a andar y le seguí. Los demás también empezaron a andar y se pusieron a mi lado.
Salimos del gran salón y seguimos a Dimitry por los grandes, largos y numerosos pasillos; el palacio parecía un gran laberinto.
Hasta que llego un momento que el pasillo terminaba, pero a su vez había dos largas y grandes escaleras que subían hacia arriba. Las baldosas eran de color blanco puro, donde se podía ver hasta el reflejo de uno mismo. La baranda era de un color oro con detalles blancos.
En la pared, en el medio entre las dos escaleras, había varias lámparas de pared de color negro y algunas armaduras de color plata con sus propias armas.
Mire hacia arriba y vi como las escaleras seguían hacia arriba, hasta llegar un momento que era imposible verlas. Trague saliva y seguí mirando, escuchando como los demás hacían un pequeño gruñido de cansancio al ver todo lo que teníamos que subir para poder llegar hacia arriba.
Dimitry se debió fijar en nuestras caras, ya que se río levemente tapándose la boca con la mano intentando no reírse a carcajadas.
Después de unos minutos de miradas incrédulas y de risas retenidas, Dimitry nos miro con una sonrisa tranquilizadora.
-Dimitry, ¿tenemos que subir todo...esto?-dijo Norte mirándole fijamente con un poco de preocupación.
-Jaja se supone que si, pero existe otra manera de subir..-dijo Dimitry con una sonrisa mientras empezaba a andar hacia las escaleras.
Nos miramos entre nosotros sin saber a que se refería, pero con pasos leves le seguimos.
Dimitry se acerco a la pared, justo enfrente de una de las lámparas que había ahí colgada. Alzo la mano y la agarro por una parte de la misma, para después con firmeza, hacerla girar hacia un lado como si fuera un interruptor.
De repente, se escucho un leve sonido de engranajes moverse. Mire todo el lugar intentando descubrir de donde venía ese sonido, junto a todos los demás.
Entonces, escuchamos un fuerte golpe y dirigimos todas nuestras miradas hacia la pared de enfrente. Dimitry dio unos cuantos pasos atrás y con las manos en la espalda, nos miraba con una sonrisa para después mirar fijamente a la pared.
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La guardiana de la creatividad
Fanfiction[PAUSADA HASTA PRÓXIMO AVISO] Elisabeth Moonligth es una chica de 19 años, vive ella sola en un pueblo llamado Burguess, estudia Bellas Artes y su pasión es la pintura y la música. Ella parece una chica normal, pero tiene un pequeño secreto: ella si...