Brave

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Empecé a abrir los ojos al sentir los primeros rayos de luz del amanecer acariciando mi rostro.

Levante una mano para taparme los ojos, para así tener un poco más de tiempo para acostumbrarme a la claridad y a los rayos del amanecer.

Cuando pude acostumbrarme, baje mi mano y mire hacia el horizonte, observando el espectáculo que estaba ante mis ojos.

Sentí como algo me estaba rodeando por la cintura y me apretaba contra algo suave. Mire a mi lado y me quede mirando a Bunny, que seguía durmiendo.

En mitad de todo el silencio de la mañana, podía escuchar su tranquila respiración y el suave ronquido que hacia cada vez que respiraba.

Sus brazos estaban rodeando mi cintura y me atraía hacia él. Sentí como mis mejillas se volvían rojas y mi corazón empezaba a latir con fuerza y rapidez, a la vez que las mariposas de mi estomago se revolvían en mi interior.

Solté un suspiro tembloroso, mientras recordaba la noche anterior. De alguna manera, el haber estado con Bunny había hecho que la sensación de estar siendo observada se fuera y pudiera descansar en paz.

Intente moverme y salir de entre sus brazos, sin despertarlo a él. Pero al parecer, Bunny sintió como me movía, aunque estuviera dormido, y aumento su agarre en mi cintura y me acerco más a él.

Sentí mis mejillas más calientes de lo que ya estaban y me puse algo nerviosa, rogando de que Bunny no se despertara en este momento.

Volví a mirarle, y no pude evitar quedarme embobada mirándole. Volví a suspirar y sin poder evitarlo, sonreí levemente.

Lentamente, alce mi mano y empecé a acariciar tiernamente su pelaje de sus hombros y cara. No sabia por que estaba haciendo esto ni por que no paraba, pero no pude evitar seguir acariciándole.

Sentí como Bunny se movía un poco para después quedarse completamente quieto. A los pocos minutos, volvió a moverse un poco más, lo más seguro es que ya se estuviera despertando, pero aún así no deje de pasar mi mano cuidadosamente por su cara.

Observe como Bunny empezaba a abrir los ojos. Miro hacia alrededor algo desorientado hasta que se quedo quieto, como si se acabara de dar cuenta de donde estaba.

Bajo su mirada hasta que me estuvo mirando, observándome. Inmediatamente después, me dio una sonrisa con una mirada suave mientras apretaba un poco más su agarre en mi cintura.

-Buenos días...-dijo en un pequeño susurro, manteniendo su sonrisa. Sonreí yo también, y me acomode más cerca de él.

-Buenos días...-dije yo también susurrando, mientras volvía a mover mi mano suavemente por su pelaje.

Su sonrisa se amplio mucho más y entrecerró sus ojos, como si estuviera disfrutando de las caricias. Inclino un poco su cabeza a mi mano y soltó algo parecido a un pequeño gruñido.

Reí levemente, pero pare bruscamente al pensar y reflexionar en lo que estaba pasando. Creo que algo parecido le paso a Bunny, ya que él también se quedo completamente quieto y sus ojos se abrían como platos.

Tan rápidos como rayos, nos levantamos con rapidez y nos separábamos unos pasos. Sentía como mi cara ardía con furia y mi corazón iba a mil, a la vez que mi cuerpo no reaccionaba. No pude evitar pensar que a Bunny podría estar pasando lo mismo, pero el lo disimulaba mucho mejor que yo, aunque note que estaba algo nervioso.

- L-Lo siento mu-mucho, Bunny-empecé a disculparme, desviando la mirada- Siento s-si te ha mo-molestado, yo...

-No te preocupes Elisabeth...-me interrumpió Bunny-No pasa nada, de verdad...

La guardiana de la creatividadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora