Bad day

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[Narra Bunnymund]

En toda la habitación y tal vez en todo el taller, se escucho el portazo que Elisabeth había dado al salir. Todos se habían levantado y la habían llamado, pero ella no miro hacía atrás y se fue. Yo seguí de pie en mi sitio, con la mirada fija donde hace tan solo unos segundos estaba Elisabeth sentada. 

Me arrepiento de las cosas que le dije, me había dejado llevar por mis impulsos. Cuando vi su cara y sus ojos reteniendo las lágrimas, sentí como si el mundo se fuera a caer. Yo nunca quise hacerla llorar y ahora por mi culpa, se fue a no se donde.

De repente, sentí un fuerte golpe en la cara sorprendiendome, haciendo que saliera de mis pensamientos y volviera a la realidad.

Una bola de nieve era la que me había golpeado, ya que tenía la cara cubierta de nieve. Me limpie rápidamente y mire furioso a Jack dispuesto a reclamarle, pero lo que no contaba era que Jack y los demás me estuvieran mirando bastantes molestos.

-¡¿Porque dijiste eso?!-me dijo Jack levantado de su sitio apretando fuertemente su cayado.

-Ella solo estaba confundida, debemos admitir que lo que ha descubierto hoy es bastante impactante..-dijo Tooth intentando calmar la situación.

-Si, y el canguro tuvo que perder los nervios como siempre...-dijo Jack.

-¡¿Como me has llamado?!-dije sobresaltado, odiaba que me dijera de esa manera.

-¡Basta!-dijo Norte con voz potente. Eche mis orejas para atrás un poco avergonzado, a la vez que Jack hacía una mueca de disculpa y apenado. Norte echo un fuerte suspiro y me miro un poco serio.

-Bunny, se que no lo has hecho a propósito pero Tooth tiene razón, ella solo estaba confundida..-dijo Norte.

Baje la mirada y aprete mis puños, tenían razón. Yo tenía la culpa, yo nunca quise lastimar a Elisabeth. Tengo que encontrar a Elisabeth y arreglarlo.

Levante la mirada y los demás estaban hablando, no me dí cuenta de cuando empezaron la conversación.

-Ahí que buscarla pero,¿donde creéis que estará?-dijo Tooth.

-No estará muy lejos, debe estar en alguna parte del taller..-dijo Norte.

No podía aguantar más tiempo quieto, no quería escuchar, tenía que ir a encontrarla. Sin dar ninguna explicación a los demás, empecé a andar y salí rápidamente de la habitación.

 Lo primero que me encontré al salir al pasillo fue varios yetis mirandome con curiosidad. Seguí andando mientras pasaba por su lado sin detenerme. Escuche como volvían a abrir la puerta y salían los demás, dispuestos a buscar también a Elisabeth.

 Seguí andando mientras me ponía a pensar, ¿donde podía haber ido?

Decidí ir a buscarla a la habitación donde había pasado la noche. Cruze varios pasillos y me pare justo enfrente de la puerta.

La abrí y mire en su interior, ni rastro de Elisabeth. Seguí buscando en las siguientes habitaciones, pero no la encontré.

Llevaba ya un rato buscando por el taller y estaba empezando a ponerme nervioso, aun no había encontrado a Elisabeth.

Dí media vuelta y entre en un pasillo donde aun no había buscado. Busque en varias habitaciones pero no había nadie en ninguna de ellas.

Suspire y cerre la puerta de la última habitación del pasillo. En esta tampoco estaba Elisabeth, ¿donde se habría metido?

Decidí ir a ver si los demás la habían encontrado y empecé a andar para reunirme con ellos, cuando sentí una ráfaga de aire helada chocar con mi espalda.

La guardiana de la creatividadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora