6:15 am...
El despertador sonó por todo lo alto desde la mesita de noche a un lado de su cama.
—Dios...—Gruñó Mina girándose sobre la cama para poder apagar aquel aparato ruidoso que la había sacado de su sueño profundo. Gruñó más cuando recordó que esa mañana debía presentarse a las 8:15 en el bufete de su padre donde pronto iniciaría a trabajar como una abogada más.
Arrastrando los pies y con el cabello hecho un desastre, ella llegó hasta su propio baño donde tomó una ducha rápida con agua caliente.
7:47 am marcó el reloj en la pantalla de su teléfono cuando salió de casa.
Tenía aproximadamente 25 minutos para llegar a la oficina de su padre y entregarle unos documentos que este le pidió revisar el día anterior.
Se supone que se despertó temprano para salir mucho antes de casa y llegar a la oficina antes de tiempo. Tal Vez si no se hubiese regado el jugo de naranja en su traje ejecutivo lo hubiese logrado.
—¡Rayos!—Exclamó cuando observó una fila de autos detenerse con lentitud frente a ella. Maldito tráfico.—Vamos... vamos...—Murmuró ansiosa mientras pisaba el acelerador con lentitud y rebotaba los dedos sobre el volante en medio de varias filas de autos que avanzaba lento. Su padre iba a estar furioso por tu llegada tardía.—¡Maldición!—Exclamó segundos después de cerrar su auto en el estacionamiento frente a un edifico. ¡Olvidó los documento dentro del auto! Maldiciéndose a su misma de nuevo volvió a adentrarse a su vehículo para así sacar los documentos dentro de la guantera. Estaba llegando 20 minutos tarde al bufete. Para su padre, esos 20 minutos equivalían a dos horas.—Rápido, rápido...—Murmuró mientras corría hacia la entrada principal del edificio cuando de pronto escuchó que alguien llamaba su nombre a lo lejos.
—¡Mina!—Y ahí estaba de nuevo.
Esa voz.
Ella dejó de correr y a su alrededor miró en busca de esa persona que llamó su nombre. Y entonces la vio acercarse a ella corriendo...
—Hey.—Dijo la chica un poco jadeante cuando llegó hasta ella —Pensé que no te alcanzaría...—
—¿Cha-Chaeyoung?—Pronunció Mina con las manos temblando y los ojos acumulados de lágrimas.
—Hola.—Sonrió la coreana frente a ella vistiendo su sudadero amarillo.
—Chaeyoung...—Sus lágrimas corrieron por sus mejillas en medio de temblores. Era ella. Estaba allí.
—Sip. Ese es mi nombre.—Jugueteó por un instante—Me alegra saber que te encuentras a salvo.—Dijo con una media sonrisa. La salvadora de Mina se encontraba ahí frente a ella después de 10 meses. ¡10 meses!
—E-Estas bien... Estás viva...—Los documentos dejó caer al suelo mientras derramaba varias lágrimas—Vo-Volviste...—
—Tenía que asegúrame que estuvieses bien.—Contestó la chica con las manos metidas en el bolsillo de su sudadero.
—No sabes cuanto te he extrañado... No sabes lo duro que han sido estos diez meses sin ti...—Le dijo deseando tocarla, abrazarla.
—Lo sé, yo también te he extrañado mucho...—Con tristeza la miró. La mirada de Chaeyoung seguía cargada de triste y un vacío profundo, justo como en el bosque.—Espera—La detuvo cuando Mina tuvo la intención de dar un paso hacia ella—Quédate allí. No te muevas.—Indicó colocándole un alto con la mano.
—¿Por qué?—Sus lágrimas limpió confusa por lo que dijo.
—No tengo mucho tiempo.—Comenzó—Solo he venido porque sé que has estado sufriendo por todo lo qué pasó en el bosque.—Dijo entonces una sensación desagradable envolvió el cuerpo entero de la japonesa—Sé que te culpas por no haber hecho nada en la cueva, pero déjame decirte que está bien, todo tenía que pasar de esa manera. Tu no tuviste la culpa de nada así que, deja culparte. Sigue adelante y deja todo atrás.—
—Ahora que estás a aquí lo haré...—Sonrió levemente entre lágrimas.
—Solo vine a despedirme Mina.—El aliento de Mina se detuvo al oírla.
—¿De-Despedirte? ¿De que hablas?—
—La ultima vez no pude despedirme correctamente de ti, por eso es que he venido hasta aquí hoy a hacerlo.—Mina negó con la cabeza incapaz de pronunciar palabras. ¿Despedirse?—Esta será la última vez que nos veamos Mina...—Dijo y los llantos de Mina comenzaron.
—¿Que? No, no, no... Chaeyoung no me digas eso...—
—Lo siento.—Un pasó retrocedió.
—Chaeyoung...—Intentó caminar hacia ella, pero le fue imposible. Sus pies parecían estar sembrados al pavimento—Chaeyoung...—Habló en pánico al no poder ir con ella. ¿¡que rayos estaba pasando!?
—Todo está bien Mina.—Le sonrió mientras retrocedía—No sufras más, por favor. Solo sigue adelante... Sigue sin mí...—
—Chae espera... No puedes irte...—Habló mientras lloraba y temblaba de pies a cabeza—No puedes dejarme nuevamente... Te necesito conmigo...—Su mano estiró hacia ella deseando poder alcanzarla —¡Chaeyoung por favor, te necesito! ¡Chaeyoung regresa! No me dejes aquí sola, por favor...—Le suplicó en medio de llantos desgarrados.
—Lo siento...—Fue lo único que dijo la coreana antes de desvanecerse en el aire frente a Mina.
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—¡Chaeyoung!—Exclamó Mina sentándose de golpe en la cama en medio de lágrimas.—¡Chaeyoung!—Volvió a llamarla bañada en lágrimas y sudor en medio de la Oscuridad—Chaeyoung...—
—¿Mi amor, esta bien?—De pronto la luz de su habitación se encendió. Era su madre quien llegó al oírla gritar en medio de la madrugada. Otra madrugada más.
—No... Nada esta bien.—A los brazos de su madre se aferró mientras temblaba y lloraba.
—Era de nuevo esa chica, ¿no?—Mina asintió en su cuello. Otra pesadilla más con Chaeyoung.
—Mamá por favor—La miró con el rostro lleno de lágrimas—Tienes que averiguar dónde están sus restos...—Suplicó a la mujer—Y-Yo necesito ir y estar cerca de ella a-aunque sea una vez, por favor, por favor... Ne-Necesito al menos despedirme de ella...—Dijo. Durante 10 meses le había suplicado a su padre decirle donde estaba enterrada Chaeyoung, pero este jamás se le dijo nada argumentando que ella no tenia nada que hacer cerca de la tumba de una criminal.
—E-Esta bien. Esta bien.—Contestó su madre acariciando su espalda—Averiguaré donde la enterraron o dejaron sus cenizas, pero ya cálmate, ¿si? Me duele mucho verte llorar así mi amor.—Su cabello besó y estrechó mas entre sus brazos—Te prometo que haré todo lo posible para que vayas a despedirte una última vez de ella...—Le dijo reteniendo sus propias lágrimas.
N/A
Lamento la tardanza.
Gracias por leer...
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La chica del broche Rojo (MICHAENG) PAUSADA
FanfictionEra ella. La chica del broche rojo. ¿Por qué tenía que ser ella?