—Señorita...—A lo lejos escuchó que el hombre que la sujetaba le hablaba—Señorita...—Sus mejillas palmeó intentando hacer que reaccione—Señorita...—Volvió a llamarla—La recuperamos. Recuperamos a su novia.—Le dijo en un intento por hacerla reaccionar. ¿Era real? ¿Chaeyoung seguía allí, con ella?—Tome, beba un poco de agua.—Una botella le acercó a los labios—Beba,—Insistió—Le ayudará.—Entonces con su ayuda Mina bebió un trago de agua fresca que pasó por su garganta adolorida gracias a sus incesantes llantos.—Chaeyoung...—Susurró recuperando de poco la conciencia—Chaeyoung...—Su mirada dirigió hacia la nombrada que yacía debatiéndose entre la vida y la muerte sobre la fría camilla a medio metro.
—Aún está en peligro.—Informó—Pero por ahora logramos estabilizarla un poco.—Mina sintió su alma volver a su cuerpo. Había pasado un momento aterrador.
—Llagamos...—Informó el piloto desde el frente unos minutos después. Las puertas de la ambulancia se abrieron dejando ver a un hombre de blanco. Dos de los tres paramédicos saltaron fuera del vehículo bajando a Chaeyoung de inmediato para luego llevársela hacia el interior del hospital.
—Señorita, venga. Le ayudaré a bajar.—Habló el tercer paramédico que se había quedado junto a ella. Mina aún aturdida, bajó con cuidado y hacia el interior del hospital de adentró junto al hombre que intercambió un par de palabras con una mujer para luego retirarse.
—Pase por aquí señorita.—Una chica de cabello castaño vestida de blanco la tomó del brazo y hacia un pasillo con varias sillas se la llevó—Alguien vendrá en un momento a informarle sobre el estado de su novia.—Dijo—Será mejor que de aviso a los familiares de la paciente.—Mina apenas asintió dejándose caer sobre una de las sillas acolchadas. Su cabeza aún daba vueltas. Todo parecía una maldita pesadilla. ¿Acaso era una pesadilla? Todo había pasado demasiado rápido que Mina aún no terminaba de procesar lo sucedido.
Chaeyoung estaba con vida, no estaba muerta como su padre le había hecho creer todo ese tiempo, estaba vida, pero su vida colgaba de un hilo muy delgado que podía romperse en cualquier momento, con un mínimo movimiento.
¿Que rayos?
—¿Señorita?—Una voz la arrastró fuera de sus pensamientos. Levantó la mirada y un hombre de blanco estaba frente an ella.
—Si, dígame.—Sus lágrimas limpió sobre sus mejillas. ¿Cuando habia comenzado a llorar?
—Tengo entendido que usted es la novia de la paciente que recién ingresó con un disparo en el pecho.—Su tablero miró.
—Así es.—Contestó sin dudarlo.
—Necesito que nos brinde datos de la paciente por favor.—
—S-Si.—Contestó titubeante. Y es que realmente no sabía casi nada de la coreana. ¿Que datos podría dar aparte de su nombre? ¡Ni siquiera sabía su edad!
Tras unos minutos de rellenar algunos documentos y dejar claro que Chaeyoung no tenía a ningún familiar cerca, Mina volvió a su sitio donde una enfermera fue a su encuentro.
"En este momento la paciente está en cirugía. En un rato vendrá el médico a informarle su condición". Había dicho la mujer antes de retirarse y seguir con sus labores del hospital.
Los segundos, minutos pasaban y nadie daba razón de Chaeyoung haciendo más angustiante y desesperante la espera de Mina que por momentos dejaba caer lágrimas silenciosas.
"Dios por favor, no te la lleves. No ahora." Dijo aquella frase incontables veces mientras caminaba de un lado a otro en aquel solitario pasillo esperando oír noticias positivas.
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La chica del broche Rojo (MICHAENG) PAUSADA
FanfictionEra ella. La chica del broche rojo. ¿Por qué tenía que ser ella?