La chica del broche Rojo (MICHAENG) PAUSADA

13 Última noche

—¡Dios mío Chayeoung! ¿¡Que te paso!?—Exclamó Mina cuando vio con claridad el rostro de la chica. Chaeyoung tenía el rostro ensangrentado y es que tras caer al Barranco, ella se golpeó la cabeza y cuerpo en varios lados contra rocas , además se le abrió la herida que Mina le causó en la cabeza—No puede ser...—Su rostro tomó entre sus dos manos para examinarla de cerca, comenzando a llorar de nuevo.

—N-No es nada.—Ladeó la cabeza—E-Esto si...—Y su abdomen descubrió dejando ver su mano ensangrentada al igual que su abdomen aterrorizado a Mina.

—Por Dios...—Sus manos llevó sobre sus labios mientras lloraba. Su corazón se estrujó en su interior.—¿Q-Que fue lo que te pasó? ¿Tus hermanos te hicieron esto?—La culpa cayó sobre sus hombros en ese momento.

—No.—Negó adolorida—Yo resbalé en un Barranco y creo que una rama me hizo esto.—Señaló la herida.—Yo quede inconsciente un buen rato allí.—Explicó con gestos de mucho dolor.

—Lo siento, lo siento...—Sin previo aviso la japonesa se acercó a ella y la abrazó llorando ahogadamente sobre su hombro. A Chaeyoung le dolió el cuerpo, pero no la apartó.—Lo siento mucho... Yo no debí echarte de aquí. E-Es mi culpa que estés así.—Se lamentó

—Hey...—Con cuidado la desprendió de su cuerpo para luego posar una mano en su mejilla—Soy yo la que debe pedirte perdón. Por mi culpa estás aquí y...—

—Shhhh...—La cayó Mina colocando un dedo sobre sus fríos labios.—S-Siento mucho lo que te dije en la mañana.—Dijo con toda la sinceridad que pudo tener.—Tu-Tu no eres ninguna criminal. Y-Yo soy una idiota. Lo siento, lo siento mucho.—

—No llores por favor.—Sus lágrimas limpió con su mano mientras con la otra sostenía su herida del abdomen. Le dolía, si, pero más le dolía ver a Mina llorar y culparse cuando sabía perfectamente que la principal culpable de todo eso era ella misma.—Olvidemos todo lo qué pasó, ¿Si?—Una pequeña sonrisa le dedicó junto a una caricia sobre su mejilla. Mina asintió sorbiéndose la nariz y limpiándose los ojos.—Ahora necesito que me ayudes, ¿esta bien?—Mina asintió con la cabeza.—ok. A-Ayúdame a sentarme allí.—El lugar frente a la pared rocosa señaló. Entonces Mina con ambos brazos la ayudó a levantarse y sentarse donde le indicó. Chaeyoung pudo recostar la espalda y estirar las piernas sobre el suelo sintiéndose un poco mejor. Mina decidió que desde ese momento haría todo lo que Chaeyoung le pidiera, porque gracias a ella seguía viva.—Gracias.—Los ojos apretó. Se sentía como una piñata.

—Debo limpiar tus heridas.—Mina le dijo mientras se quitaba el sudadero de la chica—Quítate la playera.—

—¿Eh?—

—Me oíste. Quítate la playera y ponte tu sudadero.—Insistió entendiéndole la prenda que recién se quitó.—No puedes estar así de mojada.—Mina tenía razón, tenía que ponerse algo seco o terminaría enfermándose, así que con mucho cuidado se quitó la playera mojada ante la mirada atenta de la Japonesa que le recorrió con la mirada la mitad de su cuerpo desnudo. Brazos fuerte con varios moretones visibles, pechos pequeños cubiertos por un top deportivo negro y un abdomen muy bien tonificado que para ese momento estaba ensangrentado.—Te limpiaré antes.—le dijo tomando la playera mojada de Chaeyoung para luego dirigirse a la cortina de agua.—No te muevas.—De rodillas a su lado se colocó y después con mucho cuidado comenzó a pasar la prenda húmeda sobre las heridas de Chaeyoung. Afortunadamente la herida en su abdomen no era profunda.

—¡Auch!—Exclamó cuando la prenda tocó su piel. No era la mejor manera de limpiar una herida, pero era lo único que tenían.

—Perdón, perdón...—Su mirada café levantó hacia ella por un segundo para luego seguir limpiando. Chaeyoung pensó que jamás la volvería a ver, pero ahí estaba frente ella, toda hermosa y preocupada limpiando la sangre de su piel. ¿Cómo pudo pensar en dañar a una persona? ¿Acaso era un monstruo? No importaba si era Mina o alguien más, no debió jamás permitir que la venganza se apoderara de su cabeza.