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Ryomen después de dejar al Yokai y a la pelinegra en el campo de energía maldita salto bajando en donde había dejado a la Maldición, caminando roca por roca hasta que la vio intentando estabilizarse con dificultad.
- Así que metiéndote con mi esposa, eh?! - pregunto burlón el pelirosa sonriendo de manera tétrica - Creo que haré una obra de arte contigo.
[...]
- Oye , sabías?! - empezó a hablar el pelirosa - A ambos nos consideran de categoría especial - hablo el pelirosa burlón con las manos en los bolsillos parado en el pedazo de una roca viendo en una dirección.
La Maldición de categoría especial se encontraba hundido en la pared con solo su torso y debajo de este se encontraba sus extremidades pegadas.
- Tanto a ti como a mi - al terminar de decir eso vio a la Maldición saliendo de la pared con dificultad.
Después de sacar su cabeza con fuerza saco su brazo regenerandose rápidamente haciendo el mismo procedimiento con las extremidades restantes.
- Ese es mi chico especial, ánimo , ánimo, ya me veo como todo un padre animando a mi hijo a que se regenere - hablo Sukuna sonriendo para después mirar a la Maldición caer a una distancia cerca del pelirosa - Quieres que te elogie?! - sonrió mirando a la maldición quién sonreía enérgicamente - Pero , a diferencia de los humanos regenerarse con energía maldita es pan comido para los espíritus, ni tú , ni el mocoso comprenden en realidad que son las Maldiciones, aprovecharé la oportunidad para enseñarte como luce la auténtica hechicería - se trono los dedos para comenzar - Extensión de Dominio.
El panorama del lado del pelirosa en un segundo cambio al igual que su vestimenta, la misma ropa de la época dorada cuando gorbenaba.
