Una noche estrellada se podía apreciar en aquel bosque donde una pelinegra de 9 meses de gestación caminaba acompañaba del sonido de los animales , lo más relajante de su noche de la joven mientras sus manos acariciaban su enorme vientre.
- Es muy noche como para que camine por estas zonas - apareció de entre los árboles un pelirosa , la joven al verlo se alegró.
- Diría lo mismo de usted - respondió la pelinegra acercándose al pelirosa quién le dio un casto beso en sus labios.
- Sabe que yo me puedo defender - sus manos del pelirosa acarician el vientre de la mujer quién sintió que se movió debido a su tacto - Creo que está en la milésimas vez que te lo digo pero porque no huimos juntos , lejos de aquí - propuso el pelirosa intentando calmar los movimientos del bebé de la pelinegra.
- Si Takashi se entera que he huido me buscara debajo de las piedras solo para matarme - respondió la pelinegra.
- Yo te voy a proteger , criaremos a este niño como nuestro hijo , tuyo y mío - siguió acariciando el vientre de la pelinegra.
- Pese a que el no es tuyo , lo amarías?! - pregunto la pelinegra mientras acariciaba la mano del pelirosa que se encontraba en su vientre.
- Te amo , el es tu hijo claro que lo voy a amar , es parte de ti - le beso en la frente el pelirosa - Cásate conmigo Amaya - agarró sus manos de la pelinegra besándola - Te prometo que todos los días te haré feliz , los tres juntos, huiremos y seremos felices - le abrazo a la pelinegra delicadamente por miedo de hacerle daño.
- Akemi , tengo miedo a que Takashi te mate - respondió la azabache con los ojos llorosos.
- Eso no pasará , confía en mi - el pelirosa le agarro del mentón delicadamente para besarla.
La luna fue testigo de aquella noche y de las tantas que pasaron.