13.

488 37 0
                                    

Ya paso más de un mes y medio desde que conocí a Morat, o más bien desde que conocí a Juan Pablo y por eso a Morat.

Llegue a España con el corazón roto intentando olvidar un amor de 5 años que me dejo justo a la mitad.

Lo loco de todo esto, no solo es que me vine a Madrid para olvidarlo, sino que funcionó.

Los primeros días acá le escribí a Sebastian, pero mis mensajes nunca fueron respondidos, y con justificación. Él había tomado en serio el separarnos, y aunque yo hasta ahora no lo había entendido, para poder olvidarnos había que cortar todo tipo de lazos. Era la forma más sana de hacerlo.

Lo aprendí, a la fuerza y a costa de sentirme miserable, pero lo aprendí. Y no voy a mentir que cuando comencé a tener una relación más amorosa con Villa, no tuve flashbacks de lo que habían sido 5 años de mi vida, porque si me paso.

Pero hubo algo distinto desde el inicio de la relación con él. Yo quería sin pretextos, y no cambiaba mi forma de ser para darle un tipo de cariño a Juan Pablo. Y él me quería sinceramente, sin pedir nada a cambio, y tambien quería esto que yo le daba.

Había vuelto a armar mi alma, a mi gusto, con las piezas que si quería para mi vida y colocándolas como yo quería. Y Villa había acompañado parte de ese proceso.

Él no había tocado una sola pieza, había hecho algo mejor, alentarme.

Había vuelto a latir con el alma.

-¿"Latir con el alma"?- pregunto cuando le mostré mi nuevo tatuaje.

-Latir, como late el corazón que nos mantiene vivos, y el alma como todo aquello que somos, con nuestras mejores cosas y nuestras peores- respondí.

Su mirada fue de ternura.

-Es de las frases más bacanas que he oído en mi vida- beso mi frente y me abrazo por los hombros.

-Es porque yo soy bacana- dije en chiste.

Caminamos por Plaza Mayor tomados de la mano.

No eramos nada, pero a la vez eramos todo.
Eramos un instante, tan simple e infinito como eso.

-Co- lo mire a través de mis lentes de sol- te quiero.

Sonreí mostrando mi dentadura.

-Villa.

-¿Mande?.

-Yo lo quiero más- beso cortamente mis labios.

-La voy a extrañar muchisimo- dijo sentándose en un banco bajo la sombra.

-Y yo a vos- apoye mi cabeza en su hombro- ¿vas a escribirme todos los días?.

-A todas horas.

-¿Y me vas a mandar fotos de cada show para sentirme cerca?.

-Como si estuvieras allí.

-¿Y vas a tomar mate a todas horas?.

-Usted quiere que me cague encima ¿no?.

No me contuve y comencé a reír, y supongo que mi risa lo contagio porque él también lo hizo.

-Le prometo que cada vez que tome un mate pensaré en usted.

-Eso espero, ya que gracias a mi tomas mate- respondí.

-¿Y usted me promete que irá a la cita con el médico?.

-Si quiere lo llevo en videollamada- levante los hombros.

-Confío en que iras, sino tengo a Stephie de espía e informante- achine los ojos.

Retornamos hacia el campus a eso de las 19hs. Villa se iría para el hotel, porque mañana siguen su gira hacia USA.

Su primer mes de gira había pasado rapidísimo, y era una privilegiada al haber vivido gran parte de sus shows en España con ellos.

Nath se había ido en el último concierto hacia 13 días, ellos se quedaron porque estaban grabando nuevas canciones para su nuevo disco. Y de paso pudimos estar más tiempo juntos.

En este mes y medi que los había conocido, no solo habia conocido a Morat, sino que había descubierto quienes eran. Es decir como individuos en la intimidad.

Había forjado una amistad super fuerte con Marto, quizás era por un tema de edades o porque teníamos el mismo perfil de personalidad, por no decir de inmadurez.

Con Isaza la relación era más de hermano-hermana, como si yo fuera Susana, que por cierto también habíamos formado una relación super especial, donde ambas podíamos entendernos sin hablar.

Y con Simon había descubierto las noches interminables de charlas profundas y de datos curiosos. Y cuando Nath estaba teníamos tardes/noches de mate y debate. Así le habíamos puesto a nuestros momentos.

Todos me habían dado un pedazo de su vida para poder armar mis nuevos escalones. Y era feliz con tener parte de ellos en mi. Pero el pedacito más especial de todos era el de él.

Villa era un complemento a mi vida, que hacia que mis cosas buenas se potencien, y que mis defectos no sean tan malos al fin y al cabo.

...

Connie

Buen viaje Villita, avísame cuando lleguen a LA.
Te quiero con el alma.

Te quiero preciosa.

Guarde el teléfono y abroche mi cinturón.
Serian 12 hs de vuelo a estados unidos.

Me sentía emocionado por continuar con la gira, pero al mismo tiempo triste porque no quería despegarme de ella.

Quería que me acompañe, pero sabía que si se lo pedía ella lo haría sin dudar, y no quería cortar su sueño.

Estaba a mitad de su intercambio, y se veía feliz y entusiasmada por ello.

Nunca entendí nada de lo que me contaba, pero disfrutaba escucharla hablar de su carrera porque lo hacía con tanta pasión y amor, que no quería interrumpirla para pedir que me explique algo.

Era inteligente y capaz. Se veía invensible aunque sabía que por dentro estaba reconstruyendose.

Conocia su historia larga de amor, y notaba aún la nostalgia en sus ojos por aquello. A mi eso me motivaba más a cuidarla y protegerla de que sus sentimientos no se hieran, y que sus sueños se hagan realidad.

Sentía que nuestro amor era simple y sano. Maduro desde el día uno y cuidadoso de ambos lados.

Su amor, me hacia "latir con el alma", mi nueva frase favorita.

-

Creo que fue uno de los capítulos que más me gustó escribir.
Espero que su semana arranque genial.
Ya faltan pocos capítulos para que la historia termine.
Lxs quierooo

Date la vuelta - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora