25. Parte 1 Un Amor Sobrenatural.

Peluquería Eugenia

Jesús dedicó su juventud a la Medicina. Los geanos gozaban de buena salud porque no cometían excesos. Aquí en la Tierra se cuenta que la Naturaleza origina males para equilibrar la población. Allí solo había una enfermedad mortal: el cáncer. Jesús investigó y descubrió como curarlo.

Pero no se conformó con curar la única enfermedad mortal, creó una vacuna para erradicar el envejecimiento. Así se convirtieron en seres inmortales y siempre jóvenes. La vacuna no frena el desarrollo, un niño crece hasta llegar a la juventud y mantiene esa apariencia toda su vida.

Gea no tenía gobierno. Pero sí una Asamblea de Sabios para solucionar los escasos conflictos de índole general.

Para prevenir la superpoblación, esta Asamblea promulgó que cada mujer tras dar a luz fuera esterilizada. Puede parecer un decreto muy riguroso, pero casi todos los habitantes votaron a favor en un referéndum.

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Los cursos transcurrían sin complicaciones personales como las del primero. Jose y yo seguíamos siendo inseparables y ayudando a nuestros compañeros.

El cuarto curso comenzó con la novedad de las evaluaciones. Alguien tuvo la genial idea, en mi opinión, de que los alumnos no se jueguen todo el curso en un examen final, expuestos a que circunstancias personales le impidan aprobar ese examen.

Se eliminan los exámenes mensuales, se sustituyen por cinco exámenes de cada asignatura llamados evaluaciones. En los meses de octubre, diciembre, febrero, abril y junio. El examen final es optativo para quienes aprobasen al menos tres de las cuatro primeras evaluaciones y obligatorio para los demás.

Otra novedad ha sido el nuevo profesor de inglés. Siempre de negro y con gafas oscuras. El primer día, nos soltó un discurso en inglés y nos preguntó en español que quién se había enterado. Jose, otros dos y yo levantamos la mano, fue mi asignatura preferida en tercero. El profesor me dio permiso.

—Ha dicho que usa gafas negras para vigilarnos sin que nos diéramos cuenta. También que solo hablaremos en español cuando usted lo pida.

—Very well, mister García. You will be the only one with my permission to speak in Spanish when you want.

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No es raro que cada curso llegue algún compañero nuevo, pero sí lo fue la llegada de Eduardo. En todos mis años de estudios, nunca conocí a un niño tan despistado, apático y torpe. Los profesores demostraron su paciencia con él.

Llegó la hora del recreo, Eduardo no hizo ademán de moverse, quise ayudarle:

—Eduardo, ¿vamos al patio?

—Adiós, yo no salgo.

—No deberías quedarte aquí solo, necesitas a alguien que te ayude.

— ¿Eres Pablo?

—El mismo, parece que recuerdas cuando el profesor pasó lista.

—No lo recuerdo. Mi hermana me dijo esta mañana que preguntase por ti. Se llama Cristina.

—Conocí a una Cristina hace siete años, cuando vinimos a Madrid, su madre es peluquera.

—Son mi madre y mi hermana.

—Nunca me hablaron de ti.

—Yo vivía con mis tíos en Sevilla.

Se emocionó, tuve que hacer un supremo esfuerzo para no contagiarme. Yo debía conservar la serenidad para poder ayudarle.