Más allá

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El final se acerca, nadie tiene esperanza. Mis abuelos y tíos de Ceuta vienen para despedir a su hija y hermana. Debemos ceder nuestras camas para que puedan descansar.

Eugenia sigue echándonos una mano, cae bien a mis familiares por su amabilidad, a pesar de que no comparten su falta de fe. Pero no tan bien con Cris, porque la ven a ella algo mayor para mí. Me siguen recordando como el niño con mareos que se fue con ocho años.

22 de Marzo, como otras noches anteriores, me toca cenar y dormir en su casa. Eduardo me ofreció su cama el primer día, me negué pero tuve que aceptar. La tila me hace efecto y no tardo en dormir. Sueño:

Cris entra en el cuarto y me pide que salga de mi cuerpo. No sé cómo hacerlo, ella se acerca tanto que entra dentro de mí.

—No te asustes, Paul. Somos seres sin forma y podemos fundirnos. Vamos.

Salimos unidos fuera de mi cuerpo. Me veo con los ojos cerrados, durmiendo apaciblemente.

—Cris, ¿qué pasaría si despierto ahora?

—No podrás antes de que tu mente vuelva a tu cuerpo, pero sí puedes hacer otras cosas. Fíjate en ti.

Me pica la cabeza y veo como me rasco con mi mano derecha.

— ¿Has hecho tú eso?

—Yo te lo infundí y tú lo hiciste. Vamos a mi cuarto.

Atravesamos la puerta cerrada y también la del cuarto de Cris. Ella está dormida, tapada hasta las axilas, con los brazos y hombros sin tapar. Su silueta se distingue bajo las sábanas.

— ¿Estás desnuda?

—Sí, no uso pijama ni en invierno. Vamos a estar con Jesús.

— ¿Va a venir?

—Nunca ha vuelto desde la ascensión. Iremos nosotros a Gea, el planeta donde nació.

—Suena lejos, ¿tendremos tiempo para volver esta noche?

—Volveremos en este momento. El tiempo no existe durante el viaje y allí. Agárrate, no quiero perderte e iremos muy rápidos.

— ¿Cómo en la montaña rusa? Me gusta.

—Mucho más, vamos a volar.

—Vamos.

Salimos por la ventana cerrada, volamos en vertical hacia arriba, tenemos visión de trescientos sesenta grados, vemos las luces del Barrio del Pilar, Madrid y España cada vez más pequeñas. La Tierra nos parece enorme en un principio y se va reduciendo poco a poco. Sentimos la velocidad extrema mientras vemos una explosión constante de colores.

Llega la calma, vemos una estrella enorme, toda la superficie está ardiendo, escupe rayos que nos alcanzan y no sentimos nada. En medio de la estrella hay un punto negro que va creciendo según nos acercamos. Es un planeta menor que la Tierra. Es algo impresionante poder ver sin ojos, todo es más nítido sin ellos y la estrella no deslumbra.

Recuerdo por primera vez mis dos visitas anteriores, antes de nacer y el día de mi Primera Comunión. Nos detenemos y nos separamos, pero Cris sigue a mi lado.

"Paul, vine aquí por primera vez cuando tuve el accidente. Jesús me dio Vida y tu alma me enseñó a leer tu mente, todo lo que sé de Gea y tu amor. No todo es completamente bueno o malo. Perdí a mis tíos y me enamoré de ti. Desde ahora, tú también leerás mi mente."

25. Parte 1 Un Amor Sobrenatural.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora