No tenía idea de porqué lo estaba llevando o de porque había elegido la ruta por la que iban; pero si Vegas tenía algo claro en ese momento, era que se sentía correcto, lo que sea que estuvieran haciendo.
-¡Estás loco!- dijo Pete, asustado de la velocidad con la que conducía el contrario.
-¿Por qué fue que accedí?- se resignó el menor, mientras buscaba la manera de sostenerse bien en la motocicleta sin llegar a invadir el espacio personal de Vegas.
-deja de gritar, becado- sentenció Vegas, divertido por la actitud del contrario. Pero reduciendo la velocidad con la que iban.
-creí que ya habíamos pasado por eso- reprochó Pete, al escuchar el tan conocido sobrenombre que dicho pelinegro le había designado.
Vegas salió de la carretera, entrando a un camino poco más angosto, que para Pete parecía no tener final. Hacia frío y estaba un poco preocupado por su propia falta de incertidumbre ante las acciones de Vegas, era como si estuviera confiándole la vida a su verdugo.
-nunca supongas nada conmigo, primera regla- ijo Vegas, de manera casual, mientras dirigía toda su atención al camino.
-¿esto es un juego o algo así?- menciona Pete un poco más para sí mismo. Comentario que el contrario ignoro, mientras estacionaba la motocicleta.
-aquí es- dijo el pelinegro, ahora volteando a ver a Pete con una pequeña sonrisa que Pete podría jurar que nunca le había visto antes. Y él no iba a mentir, para ese punto en su vida no tenía ni idea de qué sentir, el miedo, la adrenalina y el nerviosismo lo atacaban junto a la mirada del mayor y no estaba seguro de porqué sus manos sudaban y sentía un acelerado ritmo en su pecho; pero no podía ignorarlo, aún si Vegas estuviera diciéndole algo mientras señalaba el bello atardecer, su atención no estaba ahí.
De nuevo tenía el mismo sentimiento de cuando lo vio por primera vez, era como un dejavù, su piel crispándose, una especie de burbuja se formaba y no era capaz de salir de ella; miraba el sol cayendo, eran las cinco de la tarde y el naranja predominaba frente a sus ojos como un precioso atardecer, había un lago rocoso con agua cristalina que se lograba apreciar a unos cuantos pasos de donde ellos estaban y eso solo lo llevaba de vuelta al chico delante de él, era como si el lugar estuviese hecho para resaltar la luminosa oscuridad de los ojos que admiraban aquel paisaje, su piel era iluminada de manera preciosa cómo bañada por el sol, y en la improbabilidad de que en la ciudad saliera el sol, ahí se encontraba él, observando a aquel pelinegro como si fuera la verdadera pieza principal dentro de aquel cuadro que se pintaba, Pete, que le miraba a aquel chico como tratando de descubrir lo que significaba lo que ver al mayor le hacía sentir, se enteró nuevamente de que quien estaba frente a él no era sino que un verdadero Dios griego.
—este lugar me gusta— concluyó Vegas, quién miraba hacia el precioso atardecer, para luego voltearse hasta su compañero,que estaba un paso detrás de él. Pete rapidamente puso su vista sobre aquella hermosa vista, saliendo por fin de sus pensamientos, de su ensoñación.
El mayor hizo un gesto para que el contrario le siguiera mientras caminaba más cerca del lago, tomó unas cuantas rocas, mientras Pete se sentaba cerca del pelinegro.
—¿Qué estás haciendo?— Pete preguntó, intrigado por la misteriosa recolección que hacia el mayor.
—me desestrezo— dijo Vegas sin más, ahora alejándose un poco del lago, lo siguiente que Pete miró fue el lanzamiento de una roca hacia lo más lejano del estanque.
—wow— expresó Pete,sin pensarlo demasiado.
—"WoW" ¿Que?— preguntó Vegas con un tono calmo pero demandante a la vez.
—No, nada... Es solo que creí que...— Pete se puso un poco nervioso, mientras trataba de explicar a Vegas.
—¿No me digas que creíste que mi manera de desestresarme era disparándole a gatos?— interrumpió el mayor, divertido por la actitud cohibida que había adaptado Pete en menos de un segundo.
—No... Realmente pensé que te desestrezabas golpeando a chicos de instituciones públicas, en un campo de tiro, o no se... Planeando venganzas— comentó Pete, está vez con más confianza, mientras seguía mirando los movimientos del pelinegro, quién se acercaba a él con una pequeña sonrisa en su rostro a la que Pete podría acostumbrarse.
—... Eso también lo hago— comentó Vegas, despreocupado mientras tomaba lugar junto al menor, quién había cambiado su semblante relajado por uno de miedo ante las palabras pronunciadas por el mayor; por lo que Vegas no duró demasiado en reírse nuevamente, está vez burlandose del Pete.
—¡eso no es divertido!— exclamó Pete, supuestamente ofendido. Aunque sabía que lo que realmente sentía era la necesidad de seguir mirando lo impredecible de su compañero.
Ambos se miraron, por un momento riendo por lo absurdo de su conversación, y luego las sonrisas se desvanecieron, y solo estaban mirándose el uno al otro, como no queriendo soltar esa imagen que veían, como queriendo guardar aquel momento; hasta que Pete no pudo sostenerlo, hasta que Vegas no pudo sostenerlo, ahora ambos estaban con sus miradas perdidas hacia el frente, en algún área entre el lago y el precioso cielo despejado, ahora cubriéndose de la noche. Y se encontraron sin saber que decir.
—tambien me gusta este lugar, Vegas— dijo el menor en un susurro perfectamente audible para el contrario, aún con su vista sobre el estanque.
Hubo un silencio sereno, que hizo que el cuerpo de Pete comenzará a helarse, pero antes de que se arrepintiera de aquel comentario el delicado tacto de las manos de Vegas sobre el rostro del menor lo cubrió en una sensación de alivio y calidez que se hizo cada vez más grande, así como más cercana, así como la respiración del contrario encontrándose con la de él, así como el contacto visual que sostenían, así como sus labios unidos, sus ojos ahora cerrándose y la delicadeza con la que hacían cada una de esas cosas.
Cuando por fin se habían separado, Pete tuvo medo, no sabía que podía decir o si debía decir algo. Pete esperaba que Vegas fuese el primero en decir algo, pero no paso, y en cambio, el mayor se puso en pie, para ofrecerle su ayuda a Pete, quién rápidamente aceptó.
Ahora Vegas lo sostenía de la mano,avanzando junto a él hasta una razonable distancia del lago, le extendió una pequeña roca blanquecina a Pete.
—inténtalo.— dijo el pelinegro, para romper con el cilencio que tenían.
—¿Debería decir algo?¿Pedir un deseo?— dijo Pete, divertido por lo que estaba a punto de hacer.
—Nunca lo había pensado, pero tú podías intentarlo— comentó Vegas realmente interesado por la ocurrencia de Pete.
—Está bien, déjame ver...— dijo el menor mientras achinaba aún más sus ojos en un intento de pensar en algún deseo.
Vegas no paso por alto ese gesto de Pete, sonrió por el.
Pete no lo notó.—sí, ya se... Lo tengo— aseguró Pete, para luego lanzar la pequeña roca a las profundidades del lago.
—¿Qué deseaste?— preguntó intrigado el mayor, mientras se acercaba a Pete nuevamente.
—No te lo diré— dijo divertido el menor, que sabía que Vegas no se cansaría hasta saberlo.
—bueno...— dijo Vegas reacomodandose, poniendo sus manos dentro de su chaqueta, —voy a enterarme en algún momento, de alguna forma.
—¿Si? Bueno... No creo que llegues a saberlo— jugó Pete.
-
—porsche te está esperando arriba.
—no medijo que vendría...
—Bueno, el quería darte una sorpresa.
Hola!!!
Sé que desaparecí por meses, pero les digo que voy a continuar con la fic, y quería agradecerles mucho a todas las que me escribieron y dejaron su apoyo en claro, realmente me motivaron mucho a continuar la historia y que mejor que un 25 de Diciembre para regalarles una actualización como agradecimiento. Espero que puedan seguir apoyándome y que les guste este capítulo. 🤧💞También les dejo el link de la playlist: https://open.spotify.com/playlist/490BDelVfzwQ9Hl0YSsTtY?si=ineqt-5HTOqXzTT9jNxhJQ
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GREEK GOD - [VEGASPETE]
FanfictionPete es un estudiante de clase media que se enfrenta a una nueva etapa en una escuela de élite. •Inspirada a Greek God, de Conan Gray •pareja principal: VegasPete •parejas secundarias: ArmPol, Kinnporsche, PorschePete