«Malvado.» Interesante elección de palabra para un psi. —A TaeMin le gusta el poder. Si el Consejo se hunde, adiós al poder.- Johny levantó una mano y le acarició la mejilla con los nudillos. —Piénsalo.
—Necesito tiempo.
—No tienes mucho. Normalmente
les retiene siete días antes de matar.—Siete días de tortura.
—Sí.
Se hizo el silencio entre los dos. Incluso los ruidos del bosque habían cesado. Parecía que el mundo entero estuviera conteniendo la respiración.
Johny continuó acariciándole la nuca, la mejilla, el mentón. Su piel era tan entadora como la cálida seda.—No tienes privilegios de piel.- repuso TaeYong tras lo que pareció una eternidad.
—¿Y si te dijera que quiero tenerlos?- No dejó de tocarlo, de tranquilizarlo tal y como haría con una mujer cambiante a la que le había exigido demasiado en muy poco tiempo. Se había arriesgado a contárselo todo, pero era algo que debía hacerse. TaeYong era la única posibilidad que tenían.
—Es inútil tener esos privilegios con un psi. No podemos corresponder a ellos.- Su voz sonaba derrotada.
A Johny no le gustaba verlo así, herido y dolido. La culpa le atenazaba el corazón. No debería desgarrarle por dentro haber sido él quien le hiciera aquello.
Todo lo hacía por el bien de su clan. Era parte del precio de ser un alfa. Por primera vez le molestó pagar ese precio, tener que herir a aquel hombre.Se acercó un par de centímetros más, habiendo decidido dejar que la sensualidad de la pantera saliera a jugar para compensarlo. Había hablado sobre oscuridad y muerte, terror y maldad. Pero tanto él como Tae eran más que eso. Si quería sacarlo de la armadura psi que llevaba como una segunda piel, tendría que tentarlo mostrándole el rostro más hermoso de las emociones.
—¿Tenía razón Yuta?
TaeYong volvió finalmente la cabeza para mirarle a la cara. —¿Sobre qué?
—Dijo que acostarse con un psi era como hacerlo con un bloque de hormigón.
—No puedo saberlo.- respondió TaeYong irguiendo los hombros.
—¿Nunca te has acostado con uno de los tuyos?
—¿Por qué iba a hacerlo? Si lo que se pretende es procrear, puede realizarse de un modo mucho más eficaz
usando métodos científicos.Parecía tan remilgado que era toda una provocación. —¿Y dónde queda la diversión?
—Soy un psi, ¿recuerdas? Nosotros no nos divertimos.- Hizo una pequeña pausa. —En cualquier caso, no le
encuentro sentido al sexo. Parece algo sucio y nada práctico.—No lo critiques hasta que lo hayas probado, encanto.- Deseó sonreír de oreja a oreja. La postura rígida y las pragmáticas palabras de TaeYong estaban sacadas de un libro de texto psi… como si se las hubiera estudiado.
—Esa es una posibilidad remota.- dijo y casi daba la sensación de que lo creía. —Me parece que es hora de que
me vaya.- Echó un vistazo a su reloj. —son más de las cinco.—Un beso.- le susurró al oído.
—¿Qué?— Se puso tenso.
—Te estoy dando la oportunidad de probar un poco de esa interacción sucia y sin sentido que no comprendes.- Le tomó el lóbulo de la oreja entre los
dientes y lo mordisqueó suavemente. El ligero estremecimiento que recorrió el cuerpo de TaeYong era inconfundible. Después de soltarlo, le ahuecó la mano sobre la mejilla y le giró la cabeza hacia él. —¿Qué me dices?
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JohnYong
FanfictionEn una sociedad donde el poder está en manos de quienes niegan las emociones, aceptar los sentimientos y el amor puede ser devastador. Los psi gobiernan el mundo. Lo han conseguido a un alto precio: Suprimir todo aquello que los hacía humanos para...