Johny supo que algo no iba bien en cuanto TaeYong llegó al emplazamiento donde su equipo y él estaban tomando
las medidas iniciales.
Habían tenido que cerciorarse de que todo parecía normal a primera vista, no había necesidad de poner a los psi sobre aviso innecesariamente. Se encontraba allí a fin de fomentar esa impresión cuando en realidad preferiría estar persiguiendo a un asesino despiadado.Observó mientras TaeYong aparcaba el auto a cierta distancia de los demás y se encaminaba hasta el extremo oriental de la obra, lejos de donde estaban trabajando.
Johny, que estaba en cuclillas, se levantó y le entregó el bloc de notas a la
mujer que tenía al lado.—Protege el fuerte, Irene.
—¿Qué harías tú sin mí?- La gata montés le guiñó el ojo.
Sonriendo a pesar de la tensión en el estómago que pronosticaba problemas, fue hacia TaeYong.
Fue todo un shock encontrarse frente a frente con él y darse cuenta de que no quedaba ni rastro del omega que había dejado que él le besara. Se puso tenso, todo su ser se negaba a aceptarlo. No a Tae, sino a la máscara que se había puesto una vez
más.
TaeYong se estaba escondiendo y eso era inaceptable para ambos aspectos de su naturaleza.
No había nada que deseara más que obligarlo a despojarse de ella… aunque no comprendía por qué eso le enfurecía tanto.—¿Cuánto tiempo falta para que comiencen las obras?- preguntó antes de que él pudiera decir nada.
—Los planos estarán terminados dentro de un mes. Una vez que los apruebes, iniciamos las obras.
—Por favor, mantenme informado.
En sus ojos había una oscuridad que hizo saltar todas sus alarmas. La pantera se enfureció. —¿Qué hiciste?- preguntó de forma categórica.
—Soy psi.
—Maldita sea.- Lo agarró del brazo y se quedó paralizado. —¿Qué mierda hiciste?
TaeYong apretó los labios hasta formar una fina línea blanca. —Fui a contárselo todo a mi Padre.
Las llamas de la traición se extendieron como ácido por la sangre de Johny. —Hijo de puta.- Le soltó el brazo
asqueado.—Pero no lo hice.- Habló en voz tan queda que casi no lo escuchó.
—¿Qué?
—No pude contárselo.- Le dio la espalda y fijó la mirada en los árboles que bordeaban el aparcamiento. —¿Por
qué no pude? Soy un psi. Les debo lealtad, pero no pude articular palabra.Johny sintió un alivio tan grande que casi resultaba doloroso. —¿Qué han hecho ellos para ganarse tu lealtad?- Y mezclada con el alivio había ira. Ira porque él hubiera considerado siquiera el traicionarle.
—¿Y qué hiciste tú?- Le miró por encima del hombro.
—Confiar en ti.- Y no era hombre que depositara fácilmente su confianza en los demás. —Supongo que estamos en paz.
TaeYong apartó la vista. —Voy a registrar la PsiNet en busca de información. Te daré lo que encuentre.
En aquella voz perfectamente
modulada se percibía una soledad desgarradora, algo que le hizo pensar que Tae se haría mil añicos si no decía
las palabras adecuadas. —TaeYong.Johny se dispuso a tocarle en el hombro incapaz, a pesar de la cólera, de verlo sufrir de ese modo. No se le pasó por la cabeza pensar por qué era tan importante para él que TaeYong no sufriera. Simplemente lo era.
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JohnYong
FanfictionEn una sociedad donde el poder está en manos de quienes niegan las emociones, aceptar los sentimientos y el amor puede ser devastador. Los psi gobiernan el mundo. Lo han conseguido a un alto precio: Suprimir todo aquello que los hacía humanos para...