Capítulo 18

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—Esta camiseta es mía.- Liberó su pezón y se incorporó de nuevo a fin de poder deslizar las palmas a lo largo del torso de TaeYong y dejarlas sobre sus pectorales. El cuerpo del joven temblaba al tiempo que empezaba a formarse su erección.

—¿Por qué Doyoung me la dió?

—Porque de todas formas hueles a mí.- Bajó las manos hasta el dobladillo de la camiseta y se la subió.
—Incluso los malditos lobos pueden olerme en ti.

TaeYong sabía que debería protestar por el modo en que él actuaba, pero eso era lo que había soñado, con lo que
había fantaseado. La única pregunta era, ¿sobreviviría al infierno que él mismo había desatado?

Una mano grande y masculina se ahuecó sobre el bulto en su zona pélvica con tal audacia que los ojos le hicieron chiribitas. Johny lo frotaba con la palma
excitándolo hasta lo imposible a través del algodón de los boxers.

—¿Dónde están los boxers ajustados?- Johny  cesó en sus caricias.

N-no pares.- suplicó Tae con voz ronca y John lo recompensó renovando sus sensuales movimientos.

Los ojos de Johny brillaban en la oscuridad haciéndole parecer increíblemente hermoso e intensamente
salvaje a la vez. —En mis sueños te veías más sensual.

—Los psi no somos sensuales.- Se movió contra él ansiando más. Johny entendió lo que quería y cambió el movimiento de su mano por una fuerte
rotación que hizo que a Tae se le cerrara la garganta.
Durante los segundos siguientes, TaeYong fue completamente insensible a
nada que no fuera la delirante avalancha de sensaciones.
Lo llevó hasta el límite con una apremiante ternura que arrancó un grito de su garganta, a su mente psi ya no le importaba quién había en la casa ni quién pudiera estar escuchando. Dejó que el placer, casi violento, lo recorriera hasta que estuvo mojado, laxo y saciado contra su palma.
Cuando abrió los ojos vio que Johny no había cambiado de posición. Clavando la mirada en la de Tae, quitó la mano de entre sus boxers mojados, se la acercó a la boca y se lamió los dedos. Era lo más erótico que Tae había vistoen su vida. Su cuerpo se estremecía aún, pero algo más profundo comenzaba a despertar en su interior.

—¿Te sientes mejor?- preguntó Johny.

—Sí.- Sus ojos se posaron en la erección que presionaba contra la cremallera de los vaqueros del cambiante. —¿No vas a hacer nada al respecto?

Si no hubiera tenido aquellos sueños, si no hubiera descubierto que él daba mucho más placer del que jamás exigía, si no hubiera lidiado ya con sus demandas y apetitos, podría haberse negado a seguir adelante.
Se mordió el labio inferior y recorrió con un dedo su longitud.

Deja de torturarme.- le ordenó, pero no hizo nada por impedir su exploración.

En mis sueños…- susurró aceptando lo que sabía desde el principio. Aquellos sueños habían sido demasiado vívidos como para tratarse tan solo de un producto de su imaginación. ¿Cómo podría haber imaginado al amante salvaje que le había enseñado el arte del placer si jamás había conocido a nadie como él?En mis sueños me decías que te encantaba mi boca.

—Adoro tu boca.- dijo contra sus labios, con las manos apoyadas nuevamente a ambos lados de su cabeza. Luego lo besó con sensual entusiasmo, haciéndole sentir que él  era su fantasía hecha realidad.

TaeYong no pudo apartarse, así como no pudo evitar agarrarse a su cintura y hundir los dedos en su carne.
Respondió de forma instintiva cuando él le introdujo la lengua en la boca para
entrelazarla con la suya. El cuerpo de Johny era puro calor y sensación bajo sus manos, el cuerpo de un hombre que nunca rechazaría el contacto físico.
—Privilegios de piel.- dijo Tae cuando John dejó que recobrara el aliento.

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