JohnYong

Capítulo 22

—Nunca hubo un modo de sacarme.- le dijo. —Mis escudos están a punto de
venirse abajo. Mi plan no cambiará ese futuro, tan solo acelerará el proceso.- Al ver que él guardaba silencio, tiró de la tela de la camiseta de Johny. —Tengo
que hacer esto. Tengo que intentar salvar a ChenLe.- Se le quebró la voz. —Deja que muera con honor.

Todo su cuerpo rechazaba la idea de que TaeYong muriese para salvar a otra persona. Esa persona no era más que un nombre, una imagen. Pero él era Lee TaeYong, su compañero. —No.

TaeYong se sobresaltó ante la
rotundidad de aquella respuesta. Parecía que Johny ni siquiera estaba considerando la posibilidad. —Si ChenLe muere jamás me lo perdonaré.

—No me importa.- repuso implacable.

—Taeil irá por ti.

—No lo hará.- La pantera comenzaba a asomarse a su mirada. —Los lobos también se emparejan de por vida. Él sabe que no puedo sacrificarte a cambio del omega de su clan. El no significa nada para mí.- Sus ojos ya no eran humanos.

TaeYong trató de zafarse de su abrazo, pero él no lo soltó. —No tienes derecho a decidir sobre esto.

—Tengo todo tipo de derechos sobre ti.

—¡Mi padre, Johny! Mi padre está amparando a un asesino. ¿Cómo crees que eso me hace sentir?- La vergüenza
era su constante compañía.

—TaeMin aportó solo la mitad de tus genes.- replicó.
—¿Acaso ha sido alguna vez un padre para ti? No te
castigues por su culpa. A él eso le traerá sin cuidado.

TaeYong alzó la cabeza ante aquel golpe. —A mí sí me importa.

—A mí me importa. Tú me importas.

Y así siguieron. Discutieron durante gran parte de la noche. TaeYong estuvo
tentado de poner el plan en práctica sin su consentimiento. Sin embargo sabía que eso sería una pérdida de tiempo, pues seguía necesitando una maniobra de distracción.
Una distracción en el plano físico en teoría podría funcionar si era a gran
escala, captando la atención de las mentes de San Francisco y de las áreas colindantes. Si los NeoCity y los WayV trabajaban en equipo podrían provocar un sinfín de sucesos que coincidieran y sembraran la confusión.
Dado que el asesino tenía que estar cerca, y habida cuenta de su costumbre de devolver a sus víctimas a un lugar
familiar para las mismas, era probable que bastara con eso. La PsiNet era enorme e infinita, pero la localización física de un psi influía en la rapidez con
la que él o ella podía acceder a otra mente. Era algo relacionado con las
conexiones… los enlaces.
Estaba convencido de que el asesino al que pretendía cazar se sentiría obligado a ir a por él, un señuelo tan apetitoso para sus violentas necesidades y que estaba fácilmente a su alcance. Lo único que TaeYong necesitaba era un leve atisbo. Con sus habilidades empáticas debería ser capaz de detectar casi en el acto la vileza de la rabia que le dominaba. Su plan podía funcionar. Por desgracia, necesitaba que los
cambiantes cooperasen. Pero Johny no cedía, y sin su consentimiento, sabía que nadie lo ayudaría. Incluso los lobos se mantendrían al margen, aunque era la vida de uno de los suyos la que corría peligro.

Luchó contra la pantera con toda su fuerza de voluntad. Y fracasó.

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Al día siguiente, mucho antes de que amaneciera, Taeil telefoneó para decir que los WayV podían ocuparse de
crear la maniobra de distracción que
necesitaban.

—¿Cómo?- preguntó Johny a pesar de que le importaba un comino. Mientras TaeYong tuviera que morir para que el plan diera resultado no iba a dejar que se llevara a cabo. En esos momentos no podía pensar en ninguna de las otras cosas que le había revelado… «Mis escudos están a punto de venirse abajo.» No permitiría que nada acelerase el proceso, no hasta que
hubieran hallado un modo de protegerlo del Consejo. Hubo un breve silencio en la línea.