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Un vampiro.

Fue lo primero que pensó cuando lo vio.

Era blanco, tan inmaculado, tan pálido, como la primera nieve del invierno. Tenía los ojos castaños con sombras oscuras alrededor de ellos acentuando el manto de cortas pestañas rizadas. El interior de sus labios se tiñe por una cereza casi imperceptible y sus mejillas apenas poseían arreboles. Fuera de eso la piel en sus manos y rostro era completamente blanca.

Como si estuviera muerto.

—¿Qué estás mirando?

'Al cachorro nuevo', quiso decir. El que decían que era un pequeño omega.

Las palabras no hicieron falta. Namjoon, un cachorro alfa mayor que él y su compañero de habitación, sólo siguió la dirección de su atención llegando a la choza cerca de las cavernas que el jefe de la aldea había designado para los nuevos miembros.

—Dicen que es una bruja.

Sí. Eso decían. Taehyung casi podía entenderlo. Una mujer extraña de tez morena como la arena más profunda y brillante al sol, cabellos rizados y esponjosos, de ojos plata llegaba una mañana con un par de cachorros pálidos de cabello oscuro lacio cuyas sonrisas parecían haberlos abandonado donde debían estar los restos de sus familias.

Las muertes en el bosque eran tan comunes cuando hablaban de la primera semana de Octubre, cuando los demonios lograban salir del abismo antes de que se cumplieran las treinta y una noches de los espectros. Lo que sorprendía a todos era que aquella mujer hubiera acogido a un par de huérfanos si es que era tan mala como rumoraban ser las brujas. Y también que su propio jefe hubiera dado refugio a un grupo de extraños sin haberlo consultado con alguien más primero.

Namjoon se equivocaba en algo, pues él no observaba a la lejanía a madame Dalca -como escuchó que se llamaba-, sino al cachorro más joven. El que se mantenía estoico, el que a veces era guiado por el cachorro más alto a las afueras de la choza en busca de ramas como había estado espiando parte de la mañana.

Pero por todos los dioses, ellos tenían todas las señales.

Su imagen, su actitud, su aislamiento. Él había leído todos los libros de criaturas que habían escapado del inframundo. Los demonios, los mitos sobre vampiros, sobre los hombres bestia, las hadas.

Taehyung casi podía asegurar que ese omega no era humano.

—Él es Jeon Jungkook —presentó su cuidador en la tarde antes de enseñarles a todos los cachorros a tejer.

Min Yoongi y Jeon Jungkook de la aldea Yeoheung Min al Norte cerca del mar. La última que supieron fue devastada la primera noche de Octubre. De eso hacía tres noches.

Lo que todos notaron a primera instancia fue que el mayor de ambos era muy inteligente respecto a los tipos de hierbas y plantas venenosas. Lo que Taehyung descubrió por su cuenta era que Jeon Jungkook era tan silencioso como una serpiente que apenas notaban sus acciones, que toda la sangre de su cuerpo definitivamente lo había abandonado al igual que su necesidad por socializar con todos, y que tejía canastos a la perfección. Tristemente para Jungkook, Yoongi fue delegado a mitad de clase al grupo de cachorros más grandes donde aprendería otros gajes como la cacería, dándole a Taehyung la oportunidad perfecta para observarlo sin ser descubierto.

Eran tan reservados, tan extraños, tan misteriosos. No comían con ellos, no convivían con los demás cachorros fuera de las clases, no se alejaban de la choza, nunca los había visto comer frente a los demás ni en la fogata.

¿Cómo iba a descubrir lo que ocultaban si cuando las clases terminaban, Jungkook corría de inmediato a su hogar y no volvía a salir hasta el día siguiente? Como si temiera de ellos, como si la ropa que usa no fuera suficiente para protegerse del sol porque Taehyung había notado cómo el omega se escabullía por las sombras evitando a toda costa la luz. A veces incluso usando más ropa de la necesaria para cubrirse aunque el otoño recién se manifestaba.

La respuesta a su teoría llegó después de una semana en que les dieron la bienvenida, una mañana en que no estarían con ningún cuidador, en que tanto cachorros de familia como los huérfanos podían descansar porque los adultos salían a cazar por la temporada.

El sol apenas salía, Taehyung acababa de ver a los alfas y betas infiltrarse en el bosque con lanzas en mano y pieles de lobos sobre los hombros.

Lo que no esperó ver fue al cachorro Jungkook infiltrarse por el sentido opuesto en el bosque con uno de los canastos que tejió y los pies descalzos, mientras los demás parecían seguir durmiendo.




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me invitaron a una fiesta de jalowin y a pedir dulces yo la más feliz


gracias por leer c:

💚

Just a bit spooky / TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora