06

105 30 0
                                    



—Jeon Jungkook —detuvo su camino a recoger leña, mirando a su madre de pie en la puerta de su habitación—. Quiero hablar contigo.

Se mantuvo estoico como debía hacer un monstruo que no teme a nada, ni siquiera a una bruja, mucho menos a su madre. Yoongi fingió no escuchar, cortando las hierbas que necesitarían para añadir a la cena.

Cuando entró a su habitación, madame Dalca cerró la puerta de madera detrás de ella impidiéndole el escape, cruzada de brazos.

—¿Cómo se llama?

—Eso ya lo sabe.

—Me gustaría que lo dijeras.

Apretó los labios no queriendo ceder al contacto visual.

—Kim Taehyung.

Obviamente lo sabía. Que quisiera que él mismo tuviera las agallas de decirlo sin mentir era diferente.

A su mente llegó la última imagen guardada del cachorro que se rumorea pasa mucho tiempo con su hijo protegido. Aquel delgado, no más alto que Jungkook, de piel tostada por el sol y un parche de piel en el ojo derecho donde una nube seguramente le impedía ver el mundo como era. Pero ese no era el problema, había conocido a varios lobos que perdían esa nube al atravesar su presentación y su lobo decidiera querer ver el cielo despejado en plenitud.

Lo que la tenía observando por la ventana cada mañana que sus cachorros se iban, mientras preparaba otro de sus ungüentos sanadores, era que de pronto el joven Taehyung se viera pálido. No blanco.

Pálido.

Y su ojo visible era protegido por borrones oscuros. Se preguntaba cuánto pasaría para que Jungkook también le enseñase a vestir como él, usando camisetas de cuello alto, caperuzas cortas a los hombros y llevase una canasta a la mano con frutos rojos y carne al fuego.

¿Para cuántos y por cuánto tiempo pasaría desapercibido ese nuevo disfraz hecho por Jungkook?

—¿Sabes lo peligroso que pudo haber sido si él te creía?

—Él me cree.

Dalca inspiró, no soltando el aire hasta que se arrodilló frente a él no importándole ensuciar su falda en el suelo.

—Nada ni nadie puede escucharnos aquí, cariño —le habló bajo, sonriendo con su dentadura blanca, peinándole el flequillo. Jungkook se mordió el labio inferior, tímido—. Ustedes no son vampiros. Si hubiera logrado llegar al pueblo y decirle a los demás nos habrían cazado como monstruos.

Vio que se mordía el labio más fuerte. Así que lo tomó de las mejillas, liberando parte de su esencia a vainilla queriendo calmar la inquietud en el cachorro omega como su propio omega lo pedía.

—Esto apenas es un experimento. Ni siquiera sabemos si funcionará.

—Funcionará.

Bien sabía ella de esa convicción. Tenía que funcionar, también quería confiar en eso. Las treinta y una noches casi se completaban y no tenía más opciones. Ni siquiera ella con toda su magia podría destruir un demonio solo con una estaca. Eran criaturas que se alimentaban de sangre y almas. Era una guerra perdida si pensaba en formar parte de ella.

Que los cachorros más jóvenes del pueblo ya estuvieran cantando All Hallows Eve algunas veces, sólo los ponía a todos nerviosos.

Halloween. Halloween. Ya casi viene Halloween. La noche de las brujas. La luna de los muertos. El bosque de las bestias. Halloween.

Que mal estaba esa interpretación y pronunciación, pero Dalca no iba a molestarse con un grupo de pequeños cachorros por no saber cómo se decía correctamente.

La situación era que si ese lugar también era encontrado y masacrado, tendrían que conseguir otro. Y también sabía que su cachorro más pequeño que olía a fresitas no iba a irse de ahí sin su nuevo amigo monstruo.

Se levantó y fue hacia la repisa donde Jungkook guardaba su pintura y polvo de perla. Se unto los dedos, regresó a él y remarcó la mordida en su pequeño cuello pues ésta se había borrado ligeramente con la ropa.

—Soy un vampiro —volvió a decir como siempre cuando se hacía la mordida sin ayuda, mirándola fijamente hacia arriba.

—Claro que lo eres —sonrió hinchando sus mejillas morenas—. Y por eso hay que ser más cuidadosos con quiénes lo descubren antes de tiempo. Sino estaremos en problemas.

—Pero ya sospechan de nosotros. Taehyung me lo dijo y yo también lo noto.

—Las sospechas son fantasmas. Puedo manejar los hilos de todos aquí, así que por eso no te preocupes. Mientras no lo digas abiertamente todo estará bien.

Se limpió los dedos con la falda, pasando a su lado dispuesta a salir de la habitación pues su objetivo ya estaba aclarado. Su boca se abrió otra vez antes de pensarlo dos veces más.

—¿Por qué no invitas a cenar al cachorro que convertiste?

El rostro de Jungkook se iluminó tanto exponiendo a cualquiera que lo hubiera visto que no era tan inmortal como aparentaba.



🎃 🎃 🎃


cualquier cosa que ponga aquí tipo la fruta roja, polvo de perla y así que sepan que lo inventé para la historia ajsjajjsja


gracias por leer

💚

Just a bit spooky / TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora