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No tenía modo de saber cómo fue su hogar antes de perder a sus padres, pero a veces lo imaginaba gracias al resto de chozas que dejaban sus puertas abiertas y podía verlas desde lejos.

El hogar de una bruja no era muy diferente.

Había muchos tarros por doquier, canastos y los sapos parecían muy cómodos andando por el suelo, cazando los insectos que las arañas no atrapaban en sus redes en las esquinas. Cualquiera tenía arañas en su hogar, pero no en todas las chozas podía sentir que todos estaban a gusto con la convivencia. Así que simplemente se quedó junto a Jungkook cuando la omega de tez morena y clavículas prominentes lo saludó una vez Yoongi cerró la puerta tras ellos.

Se inclinó en su dirección.

—Un placer conocerla, Madame.

—El placer es mío. Parece que Jungkook tomó una buena decisión al convertirte. ¿Te gustaría hacer aceite de calabaza con nosotros y luego cenamos?

No podo evitar sonreír asintiendo a la agradable mujer curo cabello ensortijado era sostenido por una pañoleta sobre su cabeza esponjando sus rizos.

Lo bueno de que faltaban pocos días era que nadie los veía extraño por recolectar calabazas en el jardín, partiéndolas y sacándoles la pulpa, pues todos hacían lo mismo en diferentes horas del día. Las lanzas que los alfas jóvenes tallaban pronto serían bañadas del aceite y colocadas alrededor de la aldea a modo de mantener los peligros lejos.

Mientras Yoongi afilaba las lanzas que había llevado a casa ese día, Taehyung y Jungkook escuchaban a madame explicar cómo su mezcla de sales ayudaría a que los buenos espíritus supieran que no iban a hacerles daño y a guiarlos en su recorrido una vez la brecha estuviera completamente abierta.

Las primeras antorchas se encendieron con la caída del sol y el joven omega, como ya era costumbre en su vieja aldea, tomó la tarea por su cuenta de recoger más calabazas maduras del cargamento que Yoongi había recolectado en los campos con los demás esa tarde. Para Taehyung era impresionante que siendo tan pequeño y delgado pudiera levantar dos de ellas a cada brazo cuando él apenas iba con una en manos.

—Es muy fuerte.

—Jungkook entrenaba con su padre antes de saber que era omega —dijo Yoongi sentado en uno de los troncos que taló sin dejar de sacar filo a la rama en su regazo—. Todos creían que sería un alfa por su resistencia.

—No estuvo decepcionado ¿verdad? —inquirió temeroso no queriendo imaginar un mal escenario en que un chico cómo Jungkook se hubiera presentado con su verdadera casta.

Que Yoongi sonriera le relajó en demasía.

—Todos estaban muy felices. El primer omega fuerte en la aldea. Su padre estaba muy orgulloso de que mantuviera su fuerza pese a ser omega.

—Es un vampiro —repitió Taehyung con satisfacción. El mayor chasqueo la lengua.

—Sólo se le zafó un tornillo.

—Yoongi.

Yoongi se quejó cuando su madre le dio un golpe en la nuca desde atrás. Taehyung los observó en silencio en lo que madame se dedicaba a guardar la pulpa que él mismo había sacado de la calabaza en el suelo entre sus tobillos. Continuó tallando figuras en el exterior de la calabaza sin dejar de prestarles atención.

—¿No cree en lo que piensa? —le preguntó a Yoongi cuando madame dio por terminada su reprimenda.

—Sí, pero sólo es un niño que vio cosas que no debería haber visto.

—¿Y por qué sigue su plan?

—No tengo nada más que perder. Ellos son mi familia ahora. Muy en el fondo quiero pensar que funcionará viniendo de un niño de diez años.

Eso tenía sentido para Taehyung, lo suficiente para no cuestionar nada más y seguir jugando con lo que quedaba de la calabaza en lo que Jungkook volvía.

Con el mismo sigilo en que el omega se movía entre los demás, madame Dalca fue a su lado percatándose apenas le habló con serenidad.

—No está loco. Sólo es su manera de ser —al decir viró los ojos en dirección de dónde venía el aroma a fresitas y leche del cachorro omega—. Él sabe lo que es y lo que no es. Sabe que crece cada día y come alimentos humanos comunes cuando el sol lo cubre todo. Sólo es su gran imaginación. Espero que jamás la pierda. El mundo ya es demasiado gris para que él y los demás cachorros pierdan el color de sus corazones. Si eso pasa ¿Qué nos quedará? Será un mundo sin vida, sin luz y sin sueños sólo repleto de monstruos hambrientos.

Taehyung estuvo meditativo una vez ella regresó a la cocina dentro de la choza donde seguiría haciendo aceite con la pulpa, percibiendo cada vez más el aroma del omega que revuelve su estómago con hambre.

Para cuando Jungkook regresó con una calabaza en cada brazo como se esperaba, su hermano comenzaba a tallar una nueva lanza. Taehyung no se veía.

Pst. KooKoo.

Se giró al llamado, encontrando una enorme calabaza con dos triángulos furiosos por ojos, uno más pequeño por nariz y una boca dentada tallada debajo. Quien la sostenía detrás de unos arbustos la hizo hablar con sonidos inentendibles de animales que hicieron al omega tener que soltar las calabazas para reír doblado en su estómago.

Inclusive Yoongi esbozo una pequeña sonrisa de diversión que no duró más allá de los árboles, detrás de lo que Jungkook mismo ignoraba a su alrededor.

Del par de ojos que le veían desde las sombras y que lo habían seguido sin que se diera cuenta porque vampiro o no, ahora tenía otra cosa que ocupaba su atención.

Otra persona, mejor dicho. La misma que continuaba usando una calabaza tallada para hacerlo reír.

Y aunque una parte de él le decía que debía preocuparse más por la extraña sensación de ser observado, fueron madame y el joven alfa quienes intercambiaron miradas a través de la ventana.

Los ojos de Jungkook se iluminaron en rojo por la diversión, los de su familia por preocupación.



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gracias por leer ywy

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Just a bit spooky / TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora