Introducción

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Antes de comenzar la historia, es necesario que os expliqué un poco lo que está pasando durante los últimos años en nuestra realidad

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Antes de comenzar la historia, es necesario que os expliqué un poco lo que está pasando durante los últimos años en nuestra realidad. Es extraño cómo han convertido la vida de las personas en un circo y todos parecemos conformarnos debido a que se aprovechan de las debilidades más bajas del ser humano, siendo la avaricia a la que el juego apela en un primer momento. Nadie sabe exactamente quién maneja los hilos o quiénes son los encargados de que se cumplan las normas y se pueda eludir y modificar nuestro sistema judicial. Solo sabemos que los malditos premios son reales.

Muchos dicen que son los propios políticos utilizándolo como una manera de controlar a la población y mantenernos entretenidos. Otros que son extraterrestres infiltrados entre nosotros para crear con ello estadísticas y datos para una futura invasión. Una parte cree que es obra de Dios. No me parece que ninguna sea más extravagante que la anterior, pues nada parece tener explicación. Por mi parte, estoy casi segura de que la respuesta es más sencilla: gente rica que se aburre y quiere demostrar su poder.

Os preguntaréis qué narices estoy contando y me gustaría contarlo de la manera más simple posible. Aunque conforme se vaya desarrollando esta historia lo podréis comprender un poco mejor. Siempre he sido una mujer de pocas palabras, por lo que se me hace complicado escribir estas líneas sin volver atrás en cada momento para comprobar que no me estoy quedando corta debido al hecho de que ya conozco la historia. 

Las reglas son muy claras. Si tienes más de dieciocho años y resides en nuestro país, puedes recibir el mensaje. En él te explican que todos los días, desde la hora en el que lo recibas hasta la siguiente, hay diez minutos en los que alguien puede intentar matarte. Aunque tú no sabrás cuáles son. Si sobrevives a los ataques durante un año se te entregarán diez millones de euros libres de impuestos. A estas personas las llamamos Medios.

Son doce en total, uno en cada hora desde las diez y media de la mañana hasta las nueve y media de la noche. Si alguno gana o muere, otra persona recibirá el mensaje y ocupará inmediatamente su lugar. No existen reglas especiales para los Medios durante el juego. Solo una muy importante: no puedes negarte a participar. Aunque lo hiciese no serviría de nada porque entran en juego los Sextos.

¿Quiénes son los Sextos? La otra cara de la moneda. Cualquier persona puede recibir un mensaje con la foto de un Medio que en ese momento esté cerca. Eso quiere decir que, desde ese instante, tiene diez minutos para matarle. Si lo hace y la policía no le detiene en las siguientes veinticuatro horas gana diez millones de euros e inmunidad total con respecto a ese crimen. También es posible que lleve un cargo de conciencia que le perseguirá toda la vida, pero qué es eso comparado con el lujo y la estabilidad. Para hacerlo más emocionante, un Sexto no tiene que ser mayor de edad.

Podría parecer un juego estúpido, que cualquier persona normal y con un poco de moral no asesinaría a otra por dinero, pero después de tanto tiempo hemos conseguido crear estadísticas y más de un ochenta por ciento de los Sextos lo intentan o lo consiguen. Es nuestra naturaleza: a cambio de inmunidad y dinero cualquiera puede mostrar su verdadero rostro. Si deciden no hacerlo, no tendrán consecuencias. Pueden seguir con sus vidas siendo pobres pero honrados.

Debido a que este sistema está secretamente aprobado por el gobierno y la nación y a que, a pesar de las protestas e intentos de boicots, el juego sigue adelante, la policía decidió crear la Unidad de Protección de Medios (UPM). Formada especialmente por policías expertos que puedan asegurar vigilancia y una respuesta rápida a la resolución de los crímenes, ya que si no demuestran la culpabilidad o consiguen una confesión en veinticuatro horas deben abandonar la investigación. Cuentan con técnicos y forenses que están disponibles para estos sucesos, pues tienen que ser personas que puedan actuar con rapidez y no estar ocupadas con las demás investigaciones en curso. Además, de forma extraoficial, siguen investigando a los Sextos culpables que han ganado el juego, por si vuelven a las andadas. Un asesino siempre va a ser un asesino.

Soy Mérida Martínez, inspectora de la UPM. 

Y, desde hace seis meses, el Medio de las nueve.

Y, desde hace seis meses, el Medio de las nueve

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El juego de los MediosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora