Testigo de cargo

8 4 13
                                    

Vamos por la vida como un tren que avanza a toda velocidad a través de la oscuridad hacia un destino desconocido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Vamos por la vida como un tren que avanza a toda velocidad a través de la oscuridad hacia un destino desconocido.

Vamos por la vida como un tren que avanza a toda velocidad a través de la oscuridad hacia un destino desconocido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nos quedamos un rato mirándonos fijamente. Juan Fernández. Quién iba a pensar que era amigo de Estela. Un orientador, profesor en la Universidad de Psicología y una heredera empresaria de éxito. Todo resultaba bastante confuso para mí en ese momento. Nunca me había gustado esta clase de azar, era un poco sospechoso.

—¡Qué casualidad! ¿Os conocíais de antes? —exclamó Estela dando palmas—. Mis mejores amigos, juntos.

Nos agarró a cada uno con un brazo y se apretó. Nosotros seguíamos mirándonos con suficiente suspicacia para que supiésemos lo que estaba pensando el otro. No sabía cuánto le había contado a Estela sobre su implicación en mis casos, así que decidí tantearle.

—Claro, nos ha ayudado en algunos de los casos de la UPM.

—Sí, demasiados para mi gusto. En el trabajo me llaman "el Gafe" —dijo poniéndose la mano y en la cabeza y sonriendo avergonzado, un gesto que pareció más controlado que casual.

—No es para tanto, la casualidad influye —contesté devolviéndole la sonrisa—. Acabo de ver a tu hermana. Creo que no se acuerda de mí.

Me atreví a lanzar ese órdago esperando su reacción, pero no expresó sorpresa alguna. Se sentó en el sillón que estaba a mi lado, en frente de Estela, mientras nosotras volvíamos al asiento en el que nos encontrábamos antes de que entrase en el despacho.

—No creo que se acuerde de nada de esa época, inspectora...

—Mérida —le corregí, pues no sabía cuál iba a ser mi labor en esa casa y aún no había pensado en el tipo de papel que quería representar. Puede que el anonimato nos favorezca.

—Mérida. Todo fue muy traumático para ella. Estela ha sido un ángel ayudándola a salir de su zona de confort. Si no fuese por ella... —comentó mirándola con ojos embelesados, lo que me hizo sospechar que la supuesta amistad que les unía era un poco más profunda de lo que decían.

El juego de los MediosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora