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Abrí los ojos y ya era de mañana, me senté en la cama a pensar en si ir o no al instituto.
Me di cuenta que una manta me cubría.
Que raro.
No recordaba el haberme arropado antes de dormir, seguí observando la habitación.
Mi ropa mojada ya no estaba en el piso, mi toalla tampoco y mis cuadernos estaban perfectamente ordenados encima de mi maleta.
Me levanté rápido y tome el primer cuaderno, era Francés, lo revise, y estaban todos los apuntes hechos, con una letra que no era la mía.
¡¿Quién carajos había entrado a mi habitación?!
Quién quiera que haya sido no había entrado a robar, tampoco a matarme, era un blanco fácil cuando tomaba mi medicina. Prácticamente quien entró en la habitación había venido a ordenar mi vida.
O algo así..?
Tal vez Laura había venido a ver cómo estaba, salí casi corriendo de la habitación, revisé la cocina y por último la sala. No había rastro de Laura por ningún lado, sea quien sea la persona que entró a mi casa si volvía a entrar hoy también, lo atraparía.
Fui rápido al cuarto, me quite la ropa y la volví a tirar por ahí, me di un baño rápido, me seque la cabeza y me vestí. Tome mi mochila y metí los cuadernos.
No sabía que hora era, pero estaba segura que llegaría tarde, así que corrí lo más rápido que me daban las piernas. Esperaba que nadie estuviera cerca y me viera, suelo correr un poco más rápido que el humano promedio.
Llegando al instituto solo había un grupo de estudiantes afuera, riendo y jugando entre ellos. No pare de correr hasta llegar al salón, al frenar casi me voy de boca al piso. Toqué la puerta y el profesor abrió.
—¿Disculpe? ¿Quién es usted?— El profesor me miró de arriba a bajo, como si no debiera de estar ahí.
—Soy Victoria Howlett, está es mi primera clase— Intenté pasar pero el profesor coloco una mano delante de mí.
—No tolero las llegadas tardes, no puede pasar.
Parpadee un par de veces, el profesor Xavier siempre dejaba entrar a clases aún que llegarás tardé.
—Pero— Vivió a colocar su mano delante de mi cara.
—La próxima consideré llegar temprano si quiere entrar a mi clase— Me volvió a checar —Y consideré un mejor peinado señorita Howlett— Cerró la puerta del salón en mi cara.
—Al cabo que ni quería entrar a su puta clase.
Me puse a vagar por los pasillos con la esperanza de encontrar a quien molestar, pero no había ni una sola alma, todos aparentaban estar en clase.
