𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐕𝐈𝐈𝐈

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El fin de semana había llegado y tal como prometí, vine de compras con Alice y Rosalie también de nos unió

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El fin de semana había llegado y tal como prometí, vine de compras con Alice y Rosalie también de nos unió.

—Hice una lista con todo lo que necesito en casa.

—Quiero ver— Alice me quitó el papel de las manos —Despertador, espejo, guardarropa, sábanas, pintura, pinceles, lienzos. ¿Te dejaron tarea extra de artes plásticas?

Negué con la cabeza.

—He decidido iniciar un nuevo hobby, después del instituto no tengo nada que hacer y me aburro mucho. Además, he descubierto que me gusta mucho pintar.

—Eso está perfecto. ¿Cuándo termines de pintar podemos ver tus obras?— Preguntó Rosalie.

—Claro, me gustaría su opinión.

Antes no había profundizado en mi interacción con Rosalie, pero una vez que llegabas a conocerla te das cuenta que es un amor de persona.

—¿Y no necesitas nada más? ¿Sólo lo que está en la lista?

—Pues comida, pero eso puedo hacerlo sola.

—No me puedo decidir, ambos son muy lindos. ¿Cuál te gusta más?

Alice me mostró dos despertadores. Uno era rectangular, muy moderno, de color blanco decorado con enredaderas y flores moradas. El otro era un despertador clásico, de color azul, pequeños animalitos amarillos lo adornaban.

—Ese— Señalé el blanco con enredaderas. Habría escogido el azul pero no era mi tonalidad favorita.

—Muy bien, este entonces— Alice devolvió el despertador azul a su lugar y colocó el blanco en el carrito.

—El espejo déjamelo a mí— Pidió Rosalie —Hay que escoger uno enorme, en el que te puedas ver de pies a cabeza, linda.

—Esta bien, ustedes son las expertas.

Rosalie escogió un espejo de cuerpo completo, ovalado con un marco de plata, tenía un diseño hermoso con relieves y flores. Aún que al ser muy grande no pudimos llevarnos el espejo enseguida, Rosalie hablo con el encargado del lugar y acordó que llevarían el espejo a mi casa mañana.

—¡Yo quiero escoger el guardarropa!— Alice dio un saltito emocionada.

—Por favor, que combine con el fabuloso espejo que elegí— Le advirtió Rosalie.

—¿Con quién crees que estás hablando? Soy ama de la moda— Alice hizo una pose, la hacía parecer como esas modelos que había visto en libros de ropa.

—Gracias.

Ellas voltearon a verme.

—No tienes que agradecer, es un placer venir de compras contigo, BaBy.

Si, hace ya un mes y medio que no veníamos a Port Ángeles. Gracias a ti, Peque.

—No es solo por las compras, por primera vez siento que tengo amigas y.. me siento normal.

𝐗-25 | 𝙴𝙳𝚆𝙰𝚁𝙳 𝙲𝚄𝙻𝙻𝙴𝙽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora