Parte VIII

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"No se ve muy bien..." había pronunciado el médico mientras revisaba las placas de las ecografías. "Si hubieras venido más temprano...podríamos solucionar esto..."

El alfa había observado al otro hacer una mueca preocupada antes de volver a tomar asiento en su escritorio.

"Necesitamos hacer una cirugía de extracción lo más pronto posible..."

"¿Cuánto...tiempo crees que me quede?" Lo interrumpió el pelinegro.

"Eso... si procedemos correctamente con el tratamiento, mucho tiempo, te lo aseguro...si no actuamos rápido y dejamos al tumor seguir creciendo, entonces... quizá un año..."

"Yo... tengo un lazo y... mi omega está embarazado, ¿cómo crees que le afecte? Yo... he escuchado de parejas que mueren por el lazo...o de cachorros que también se ven perjudicados... no quiero que les pase nada por mi culpa... ¿Hay algo que pueda hacer?"

"Si tu omega está embarazado, el cachorro corre peligro, por lo que romper un lazo es inviable. De hecho, mientras el cachorro no pase los 3 meses de nacido perder a uno de sus padres le puede costar la vida. Ahora, bien, sobre tu omega... en el peor de los casos... puedes intentar romper el lazo..."

El alfa pelinegro lo miró con atención.

"Sé que suena como una locura y que han habido muchos casos de omegas muertos por lazos rotos, pero... si sigues correctamente los rituales tradicionales de los lobos, puedes lograr romper un lazo... necesitarías ir a una manada y la compañía de un chamán, son los únicos capaces de romper lazos..."

"¿Una manada...?"

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Joonseo era un hombre alto y corpulento de cabellos negros como el azabache. Tenía la piel dorada y grandes y profundos ojos negros que parecían los de un halcón acechante. El hombre vestía pulcramente con un traje impecable de color negro y llevaba en las manos todo tipo de joyas que brillaban a la distancia. El alfa ingresó al comedor con un rostro serio sin quitarle la mirada de encima a su hijo.

-La rata de alcantarilla regresó mendigando, ¿acaso?-Soltó el hombre acercándose a su esposa.-¿Y qué es todo esto? ¡Ah! Acabo de recordar que tu madre me dijo que habías preñado a un omega cualquiera por ahí, ¿estos son los bastardos?

-¡Joonseo!-Exclamó la madre de Jungkook molesta.-Ellos son la familia de nuestro hijo y merecen respeto. Jimin es un ángel, nos ha traído tanta alegría a casa.

El alfa bufó.

-¿Alegría por abrirle las piernas a un idiota? Seguro pensó que tu hijo aún tenía dinero y no desaprovechó la oportunidad. Así son todos los omegas de su clase.

-Nuestro hijo, Joonseo.

El alfa mayor miró a su mujer seriamente sin decir nada más. En cambio, se desabrochó el saco y tomó asiento bruscamente. La emisión de sus feromonas amargas no cesó.

La madre de Jungkook carraspeó incómoda.

-Bueno, ya estamos todos completos.-Sonrió tratando de aminorar la tensión.-Como decía, hace mucho tiempo que no tenemos visita en casa y nada me ha hecho tan feliz en años como esto. Tengo a mi hijo de vuelta y a 5 bebés que son mis nietos, ahora sí puedo morirme contenta.

-Mamá...

La mujer sacudió la cabeza.

-No hay nada de lo que hablar, por favor, Jungkook.-La mujer entonces miró a su marido, el cual comía en silencio.-Voy a entregarle toda la herencia que le corresponde a nuestro hijo y a sumarle mi parte. También sumaré directamente a mis nietos.

Es muy tarde (KOOKMIN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora