Luego de haber sido regalado por su padre por haber nacido omega, Jimin termina siendo emparejado a la fuerza con un alfa del que no sabe nada.
Una marca en su cuello y sus cachorros lo obligan a permanecer por siempre a su lado.
¿Podrá alguna vez...
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La primera impresión que Jimin tuvo de Jungkook fue que era un hombre mucho mayor que él. El alfa lo había escaneado de pies a cabeza seriamente al mismo tiempo que fumaba y se apoyaba en el marco de la puerta del departamento que parecía a punto de desmoronarse en cualquier momento. El chico le había dado una calada más a su cigarro antes de desaparecer en los interiores del lugar para regresar prontamente con un fajo de billetes que le entregó al otro hombre que lo había llevado hasta ese lugar. El hombre le había dicho que era un placer hacer negocios con él antes de empujar al omega bruscamente a los interiores del lugar y marcharse. Jimin había estado aterrado. ¿Qué pasaría en adelante? ¿Qué era ese lugar? ¿Por qué lo habían llevado allí?
Las respuestas llegaron con el tiempo. Por sí solas.
Jimin no recordaba cuántas veces había rezado para que la diosa Luna le concediera el deseo de ser feliz. Habían sido tantas las veces.
Innumerables.
Pero la diosa luna parecía sorda a sus súplicas. Jimin era un niño de fe. Había sido criado bajo creencias y tradiciones estrictas de una aldea de cambia formas. Un lugar que aún conservaba el culto a la luna y que le atribuía poderes mágicos.
Su madre le había dicho desde siempre que la luna estaría siempre para él protegiéndolo y que nunca lo abandonaría, pero después de todo lo que le había pasado al pequeño omega desde que había sido separado de su madre... ¿Era justo seguir creyendo con tanto fervor?
Jimin no sabía qué pensar al respecto. Si dejaba de creer... ¿Entonces cómo explicaba aquel cambio en su alfa? ¿Aquella segunda oportunidad que su familia había tenido para reconstruirse y ser todos felices al fin juntos? Habían sido meses de tanta algarabía. De tantas sonrisas y risas inocentes.
De tanto amor...
Si dejaba de creer... entonces la luna lo había abandonado. Y si lo había abandonado por completo... entonces era por eso que había despertado en ese lugar extraño tirado en medio de la oscuridad sin su cachorrita.
Jimin tomó asiento en el suelo mugriento de ese tenebroso lugar con dificultad. La cabeza le daba vueltas. El pequeño omega llevó una manito a su cabeza y palpó el cuero cabelludo pegajoso. Extrañado, revisó sus dedos encontrándose con sangre seca. Recordó entonces el momento en que Namjoon lo había golpeado y él había perdido la consciencia. Lo habían logrado atrapar a escasos metros de llegar al puerto con Jinah y Jinnie.
¡Jin hyung! Jimin esperaba que el omega mayor estuviera bien. Que no le hubieran hecho más daño. Él lo había tratado de salvar. Siempre estaría agradecido con él.
