hange

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imagina: hange te pide ser su novia.

...

—Vamos, hágalo, hange. —motivó moblit, dándole un par de empujones ligeros a la mujer.

—No lo sé, moblit. ¿Qué sucede si me rechaza? —jadeó, ocultando su rostro entre sus manos. —No quiero que me rechace.

—No lo hará, hange. Créame, estoy seguro de que (n) siente lo mismo que usted. —aseguró el hombre.

Hange destapó su rostro y dirigió su mirada a moblit, encontrándose con una sonrisa leve en los labios del castaño, algo que extrañamente motivó a la mujer de anteojos para dar el paso que ha estado tratando de hacer desde hace unas pocas semanas.

Respiró hondo, decidida a confesarle sus sentimientos a la mujer (c/c) que ha venido moviendo su mundo desde hace cuatro meses.

—De acuerdo, iré con ella.

Caminó hacia donde (n) se hallaba junto a Erwin, conversando de Dios sabrá que cosas sobre el cuartel, tal vez ella le estaba indicando algunas mejoras para el hogar de la legión, ya que le señalaba un par de cosas con su dedo índice y el hombre rubio asentía a todo lo que la (c/c) le indicaba.

Tomó una bocanada de aire, y colocó una sonrisa en su rostro, lista para actuar.

—¡(n), Erwin! —saludó, interrumpiendo al par en su charla.

—Hola, hange. —dijo (n), dándole una grata y gran sonrisa a la mujer castaña que se sonrojó de inmediato. —¿Qué te trae por aquí, también quieres hablar con Erwin sobre mejorar unas cosas del castillo?

La melodiosa y dulce voz de (n) se oyó como música para los oídos de Hange, causando que balbuceos salieran de su boca sin que ella se diera cuenta. El entrecejo de (n) y Erwin se frunció, y el rubio tocó el hombro de la castaña, moviendo su cuerpo ligeramente para que volviera a tocar el piso.

—¿Q-qué? —balbuceó nuevamente, mirando a Erwin, dándose cuenta del ceño fruncido de él. Hange meneó su cabeza de un lado al otro, regresando a sí misma. Se aclaró la garganta y negó con la cabeza. —N-no. De hecho, vine a hablar contigo, (n).

—¿Conmigo? —se señaló a sí misma, sonrojándose.

—Sí, contigo. —respondió.

(n) asintió y ambas mujeres se alejaron del comandante a un lugar más privado en donde nadie escucharía la conversación de las dos.

—¿Y qué querías decirme? —apoyó su cuerpo en el tronco del árbol, observando de vez en cuando los ojos café de hange.

—Oh, sí. —suspiró por la boca y mordió ligeramente su labio inferior, moviéndose de adelante hacia atrás, lo que provocó unas cuantas risitas en (n), y eso definitivamente aceleró el corazón de hange. Volvió a aclarar su garganta y prosiguió. —Esto es muy importante, de verdad.. uhm, de acuerdo, aquí va. —respiró hondo una vez más antes de continuar. —Me gustas, (n). —soltó, cerrando sus ojos para no mirar la exprés en el rostro de la (c/c) —Y no como una amiga, de hecho, estoy enamorada de ti. Desde hace meses, sí. —rió entre dientes nerviosa, apretando los puños a sus lados.

La sonrisa en el rostro de (n) creció, una que mostraba sus dientes, mientras que sus mejillas estaban sonrojadas y sus ojos brillaban de una manera en la que jamás habían brillado antes. Y no hay que hablar de su corazón, Dios, el pobre estaba más que emocionado por la repentina confesión de hange, saltaba de total felicidad dentro del pecho de la (c/c), como si en cualquier momento pudiera correr un súper maratón en pocos minutos. Así de rápido iba solo por la inmensa alegría que estaba experimentando al oír que sus sentimientos eran bien correspondidos.

—Oh hange, ¿Por qué no me lo dijiste antes?

De inmediato, hange abrió los ojos, encontrándose con la maravillosa sonrisa que (n) le estaba dando. Por un momento llegó a pensar que todo esto era obra de su mente, un sueño quizá, aunque uno que parecía más que realista. Sin embargo, cuando la mujer frente a ella tomó su mano entre la suya, todo su cuerpo extrañamente se puso caliente, y su estómago comenzó a experimentar las llamadas mariposas ficticias. Y en su mente, la única pregunta que había era: ¿Por qué no está espantada?

—¿Q-qué?

La expresión que hange tenía en su rostro le pareció totalmente graciosa a (n), así que fue inevitable no soltar una carcajada.

—Lo siento.. lo siento —dijo mientras detenía su risa. —Solo... la cara que has puesto me ha dado risa. —se encogió levemente de hombros, y dirigió sus ojos (c) a la unión entre su mano y la de hange. —Nunca creí que yo te gustaría.

—¿De qué hablas? (n), eres la persona más genial que he conocido, ¡En serio! —exclamó feliz y eso colocó nerviosa a (n), quien se cohibio en su lugar.

—¿Lo crees?

—Sin duda alguna.

Se quedaron un momento en silencio, simplemente observando sus manos unidas mientras tenían puestas un par de sonrisas en sus labios.

—¿Entonces.. yo te gusto también? —hange rompió el silencio con su pregunta, y (n) mordió suavemente su labio inferior mientras asentía.

—Estoy enamorada de ti. —confesó, tomando a hange por sorpresa. —Desde la primera vez que te ví.

—¿Y por qué no dijiste nada? —cuestionó, con un tono de voz visiblemente emocional y feliz.

—Porque temía que me rechazaras y luego que te alejaras de mí. Santo Dios, eso era lo que más me asustaba, que te alejaras porque una chica se fijó en tí.

—Oh, querida (n), jamás se me pasaría eso por la cabeza. ¿Alejarme? Nunca. —su otra mano disponible se dirigió a la mejilla caliente de (n) y acarició la piel suave con su dedo pulgar, observando a la mujer con evidente adoración. —¿Te gustaría ser mí.. mí novia?

—S-sí. Claro que sí. —se abalanzó a la castaña, ambas casi cayéndose al suelo por el movimiento abrupto de (n).

Los brazos de la (c/c) se envolvieron alrededor del cuello de hange, mientras que los de ella alrededor de la cintura de (n). Ambas con enormes sonrisas en sus rostros y corazones emocionados.

𝘨𝘪𝘳𝘭𝘴 𝘴𝘯𝘬 , 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora