hange

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imagina: hange es la barista del starbucks que queda junto a tu edificio. está enamorada de ti, así que te escribe lindos mensajes en el vaso de tu café para comenzar bien el día.

nota: modern au. está corto pero lindo. perdón por no haber actualizado aquí hace un tiempo 😿

...

(n) terminó por colocarse su abrigo antes de salir de su departamento. El invierno se acercaba, y ella quería estar lo mejor caliente posible con su abrigo y el dulce café que la chica castaña le preparaba, dejando hermosos mensajes en su vaso que simplemente alegraban su día a día, una cosa que no cambiaría por nada en el mundo.

Entró al ascensor y pulsó el botón hacia la recepción. Metió sus manos en los bolsillos del abrigo y esperó a llegar a su destino mientras movía el pie de un lado al otro con el ritmo de la música de ascensor.

Una sonrisa se coló en sus labios cuando a su cabeza llegó el mensaje que la bonita barista puso en su café el día de ayer. Su rostro se calentó y su corazón se estaba derritiendo; quizá se estaba enamorando de la chica castaña, no podía negar algo como eso, pero se preguntaba cómo es que podía ocurrirle algo así con unos mensajes, par de miradas y que ambas se digan los buenos días.. tal vez había más química entre ellas de la que sabían.

Cuando el ascensor llegó al piso de recepción, saludó a uno de sus vecinos y salió de la cabina. Le dio los buenos días al recepcionista y se fue directamente a la cafetería que quedaba junto al edificio. Sintió sus manos sudar y suspiró por los nervios al estar frente al gran ventanal en donde se podía ver fácilmente el establecimiento por dentro.

Los ojos de (n) se quedaron puestos en una sola persona. Las mariposas en su estómago revolotearon y sus mejillas se calentaron un poco más. Su corazón latía de manera rápida al ver la sonrisa que la barista tenía en su rostro mientras atendía a una mujer mayor de unos 56 años.. ella realmente era agradable y atractiva.

—Es tan hermosa. —murmuró para sí misma.

Por otro lado, hange notó la mirada que estaba fijamente sobre ella, así que volteó a ver hacia el ventanal de la cafetería y se sorprendió ligeramente al encontrarse con los ojos de (n) puestos en su persona. Su rostro se calentó y le dedicó una gran sonrisa a la mujer, aparentemente tomándola por sorpresa cuando vio que se sobresaltó levemente en su lugar. Ahogó una risita y alzó su mano, haciéndole señas de que entrara de una vez por todas.

Luego de que la señora pagara por su café, (n) fue la siguiente en pasar para pedir el suyo. Sus manos dentro de los bolsillos del abrigo apretaron la tela, intentando no mostrarse nerviosa con lo que acababa de ocurrir, pero era un tanto imposible lograrlo; sentía que iba a soltar balbuceos si abría la boca.

—Hola, (n), buenos días.

—Ho-hola hange.. —tragó saliva y dejó escapar una exhalación de sus labios, diciéndose a sí misma que se calmara porque tal vez esté haciendo el ridículo. —Buenos días.

—¿Lo mismo de siempre?

—Sí, por favor. —respondió y mordió su labio inferior suavemente.

Le dio una última sonrisa a la muchacha y caminó a una de las mesas a esperar a que su café estuviera listo. Del bolsillo de su pantalón sacó su teléfono móvil, metiéndose en Instagram para matar el rato esperando. Observó las historias de sus amigos y famosos que seguía, dándose cuenta de que no tenía a hange dentro de las personas que estaba siguiendo, decepcionandola un poco porque de verdad tenía mucha curiosidad de las cosas que podría tener en su feed o compartir en su historia; quizá fotos suyas o cosas de gatos y café. No sabía porque, pero le daba una vibra de que eso mismo era lo que compartía en sus historias.

Al estar metida tanto en sus pensamientos, no escuchó en ningún momento que hange la estaba llamando, así que la castaña de anteojos al notar esto, sonrió y salió de la barra con el café de (n) en una de sus manos, acercándose a su mesa.

—(n). —le tocó el hombro, causando que la (c/c) saliera de su mente y volviera a la realidad, encontrándose con hange frente a ella. Su garganta por un momento se quedó seca y sus mejillas no podían estar más coloradas como estaban ahora. —Tu café. —lo dejó sobre la mesa.

—Ah sí, gra-gracias. —hizo una pequeña reverencia de disculpa con su cabeza y agarró el café.

—De nada.

Giró sobre sus talones y antes de que (n) pudiera leer lo que decía su vaso, hange se giró nuevamente a ella, provocando que la (c/c) detuviera su lectura incluso antes de empezar.

—¿Puedo preguntarte algo?

—S-sí, claro. —dejó el café en su lugar.

—¿Te gustan los mensajes que dejo en tu café? —las manos de la castaña estaban escondidas detrás de su espalda. Sus dedos jugando entre ellos por los nervios de una respuesta.

—Oh.. —fue una pregunta realmente sorpresiva, ni en un millón de años se le pasó por la cabeza que preguntaría algo como eso. —Sí.. me gustan demasiado para ser sincera, siempre alegran mi día... espero que nunca se acaben. —casi dice esto último en un murmuro, aunque hange logró oírla y su corazón se hinchó de alegría a escuchar su respuesta.

—Ok.. ok. —respiró hondo, regresando a su puesto luciendo genuinamente feliz, algo que (n) pudo notar, lo que la hizo feliz también.

La (c/c) agarró el café de nuevo, esta vez, extrañamente, sintiéndose emocionada por alguna razón aparente que aún no tenía muy clara, pero quizá haya sido por ese intercambio de palabras con la chica que le gustaba tanto, al punto de estar seguro de que definitivamente estaba enamorada de ella.

tengo mis ojos en ti.

Era la pequeña frase que adornaba su vaso, y a su lado, el número de teléfono de la barista con un corazón. (n) levanto sus ojos llenos de brillo del vaso y buscó a la mujer castaña en la barra. Una sonrisa adornó su rostro al notar la manera en la que ella la estaba mirando. La misma manera en la que (n) la veía; con amor y adoración.

𝘨𝘪𝘳𝘭𝘴 𝘴𝘯𝘬 , 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora