3. Una chica nazi y la otra fastidiosa.

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Encerrada en la que antes había sido su habitación suspiro a las paredes que eran su único expectante, estaba realmente agotada, debía preparar diez pinturas para la presentación que vendría en unos meses, lo difícil no era eso, ella estaba escaza de ideas, no paraba de rondar por su mente ese momento que compartido hace dos semanas con un completo desconocido.

No sabia su nombre, ni siquiera conocía su rostro, pero podía afirmar que el sabor de esos labios rondaba por su mente sin vacilar.

Podía pasar horas imaginando una vez más esos labios que la habían atrapado tan rápidamente.

Ni Daniel había despertado eso en meses.

Pasó las manos por su rostro para poder despejarse. Sus amigos la habían estado presionando en los últimos días para que ella pudiera soltar lo que la tenia completamente desconcentrada.

Tan distraída que no podía crear esculturas ni mucho menos una pintura.

-Mamá te está llamando para cenar desde hace cinco minutos-No se dio cuenta cuando miró a Gemma quien la miraba con fastidio.

Ella podía llegar a pensar que su hermana la odiaba, siempre la miraba frunciendo el ceño y rodaba los ojos cuando ella hablaba, no quería hablar mal de su hermana menor pero era verdad, todas las veces en que Gemma hacia algo como eso Caitlin se sentía completamente despreciable.

-Bajaré en un instante-Respondió Caitlin recogiendo las hojas donde tenia escrito miles de palabras, todas estaban relacionadas con esa noche, donde había compartido esos besos para recordar.

-Me estresas, llevas semanas de forma distraída-Exclamó Gemma molesta, rápidamente Caitlin se incorporo para poder mirar a su hermana con curiosidad-Creo que intentas llamar la atención.

Los labios de Caitlin se abrieron con sorpresa al igual que sus ojos, ella nunca había intentado llamar la atención solo pasaba y ella no podía evitarlo, no era como si le ordenara a su mente borrar esas hermosas imágenes que se formaban en su mente.

Decidió no discutir con su hermana menor, ignorándola camino hacia la puerta para disponerse a bajar las escaleras, sus padres las deberían estar esperando y ella no quería crear un pleito con su hermana.

Para Gemma su hermana mayor siempre era la dramática, la florerito, la que intentaba llamar la atención, cuando en verdad Caitlin era solamente.

Caitlin pudo respirar con tranquilidad en cuanto sus padres le otorgaban sonrisas felices, ellos también habían notado la distracción de su hija. Se sentó junto a su madre quien servía el caldo en los platos de cada persona que estaba en la mesa.

- ¿Cuándo volverás a tu departamento Caitlin?-Pregunto Ashton sonriéndole a su esposa quien le acababa de servir en el plato.

-Creo indirectamente me estas echando a patadas de tu casa-Río viendo como su padre se volvía rojo de la vergüenza.

-No he dicho eso.

-Lo has dicho-Ella se llevó un sorbo de sopa a la boca-Indirectamente pero lo hiciste.

Gemma llegó por fin rodando los ojos al escuchar la plática que mantenían su hermana y su padre.

-Conseguí un pequeño trabajo-Comentó Caitlin teniendo que cuenta la mirada que le otorgaba su hermana menor.

Grecia miró rápidamente en la dirección de su hija para indicarle que continuara.

-Diez obras para los próximos cuatro meses-Sintió la mirada molesta de Gemma, pero decidió ignorarla-Un museo de arte se abrirá en la ciudad y he conseguido la oportunidad de trabajar en él.

Besos para recordar. [Wattys2015]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora