Capítulo 39

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EMMA POV

Caminamos tomados de la mano por el parque mientras recordamos los momentos de Francisco como él payaso misterioso que jugaba con los niños

—¿Estas de broma? A mi me encanta jugar con los niños—
ríe con fuerza

—Pues que bien que te gusten porque si no ni te hubiera prestado atención— Solté divertida

Francisco se detuvo y me miró para luego levantar sus cejas sorprendido. Solo pude sonreír

—Tu me odiabas

—Si, lo hacía porque eres un arrogante, odioso, un insoportable, un detestable...

—¿Ah, si?— Me observó y yo asentí

—Pues muy bien que adoras a este— señaló su pecho
—detestable, arrogante, insoportable

—Olvidaste odioso— espeté y él me observó para luego besarme tiernamente —y odioso— término

Ambos continuamos con nuestro paseo por el parque

* * *

—¿Estas cansada?

—Estoy perfecta— Sonreí dándole un gran abrazo

—Tú eres, Tú eres... Isco ¡Eres Tú!¡no puede ser! — Chilló un pequeño señalando a Francisco

—Hola amigo— Le Sonrió amablemente

—Acompañe donde mi mamá, ella te ¡AMA!— grito saltando y jalando de su brazo

Rei al ver su rostro
—ve, acompañalo

—Pero...— Dudo

—Te esperare aquí—Sonreí y lo empuje para que fuera

—Esta bien, vuelvo enseguida— deposito un beso en mi frente y camino con él niño de la mano

Negué con la cabeza y tome asiento en unas de las bancas vacías

Respiraba el aire fresco y veía a todos los niños jugar, reír, y correr por doquier

—Te han dejado sola muy rápido

Me exalté —¿que haces aquí?— Espeté nerviosa

—Te vi, y quise venir a pedirte disculpas— se acercó

—No tienes porque, ya no importa— me aleje

—¿Por qué estas tan nerviosa?—se acercó aún más

Mire hacia donde Francisco se había ido, pero no había señales de él, no quería que viera a Leonardo

—No quiero problemas Leo por favor, vete— Le suplicó

—Ah, cierto que ahora estás con Francisco

—Así es— espeté con seguridad

Solo sonrió — y tú crees que el de verdad te quiere ¿no?... Hay Emma yo pude ser muy feliz a tu lado— comenzó a rodearme
—Pero, lamentablemente elegiste a él imbécil de él futbolista

Mi corazón latía rápidamente, quería salir corriendo de ahí

—Leo, tú no estas bien, necesitas ayuda

—¡YO ESTOY BIEN!, pero... ¿sabes que es lo que más me molesta?... que esos besos que le dabas a Francisco pudieron ser míos— se acercó
—¡¿Porque Emma?!, ¡¿Por qué permitiste que me enamorará de ti?!—Me tomo por los hombros sacudiendome fuerte

(EN EDICIÓN) Te Odio Como Nunca Quise A Nadie |Isco Alarcón|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora