(EN EDICIÓN) Te Odio Como Nunca Quise A Nadie |Isco Alarcón|

Capítulo 40

EMMA POV

—¿Mi cielo ya estas lista?

—¡Un minuto! — Grite

Rápidamente tome mi bolso y arregle un poco mi cabello para salir y bajar a toda velocidad por las escaleras

—Ya estoy— Solté con mi gran sonrisa

—Preciosa como siempre— planteo un suave beso en mis labios

—Bueno vámonos, no quiero que lleguemos tarde— Tome su mano para guiarlo hacia la puerta

—El trabajo puede esperar — Solto tomándome por la cintura para atraerme

—Francisco, vámonos ya— Rei en cuanto su barba choco con mi cuello

—Más tarde— Susurro antes de besar mis labios 

Aproveche eso para tomar su mano y caminar hacia la salida. Una sonrisa aprecio en su rostro y sin más ambos salimos tomados de la mano, logre ver como los periodistas corrían a la reja y sacaban sus cámaras.

Francisco y yo aceleramos nuestros pasos para subir al coche, sonreímos un poco y partimos hacia la Fundación.

* * *

—Buenos días

—Buenos días Emma— Karla me saludo con alegría
—Buenos días jefe

—Son los mejores— Solto con la mirada en mí y una sonrisa apareció tontamente en mi rostro

—Karla necesito que contactes a William lo antes posible, por favor

—Si jefe, enseguida me pongo en marcha

—Gracias, Emma y yo estaremos en nuestra oficina

Ambos caminamos tomados de la mano

Observe a karla y ella sonrió para luego mostrarme su pulgar arriba

Amaba a esta chica

—¿Que es eso de nuestra oficina?

—Así es, ahora es tu oficina, nuestra oficina— Beso mis labios

Guarde silencio y sonreí
—Francisco, ¿Quién es William?

—Es mí amigo de infancia, lo conozco desde que tenía 9 años, juntos íbamos a todas partes, también compartíamos la pasión por el fútbol pero por falta de recursos el abandono su sueño y pues decidió apoyarme a mi. Perdimos el contacto cuando me mude aquí a Madrid, lo último que supe fue que se dedicó a los negocios

—¿Y crees poder contactarlo?

—Por supuesto, él sabe que vivo y juego aquí en Madrid, no será difícil, además karla es excelente encontrando números y correos electrónicos por medio de Internet.

—Bueno ojala y tenga suerte, me gustaría conocerlo, que me hable un poco de ti cuando eras solo un pequeñín, tus travesuras, tus adiciones al chocolate...

—Hey— interrumpió
—¿chocolate?... ¿Cómo sabes que me gusta el chocolate? Nunca te conté eso

Reí —Ay mi amor no es difícil de adivinar, cada ves que salimos pides de postre helado de chocolate o pastel de chocolate. Ah y además la malteada que me echaste encima aquella vez era de chocolate, ¿lo olvidas?

—No... Como lamento haber desperdiciado esa malteada tan deliciosa

—¡Oyee!— Lo golpee
—Manchaste mi chaqueta y volviste pedazitos la pulsera de mi abuela

Me miro, estaba a punto de reírse
—No sabes cuanto te quiero Emma Fernández. Y en cuanto a eso, ya me he disculpado miles de veces, ¿pero sabes que fue lo mas gracioso?... Que estabas tan enojada conmigo que tu nariz se arrugó, justamente como esta ahora