Capítulo 3

1K 169 3
                                    

– ¡Zhaaan~. – Grito el pequeño híbrido de León llegando hasta el sofá donde estaba su alfa cómodamente sentado viendo la televisión.

Él alfa levantó su vista conectando sus miradas con la del Omega embarazado. Extendió sus brazos y recibió el cuerpo del menor el cual en cuanto llegó a sentarse en su regazo, se hizo bolita dentro de sus brazos.

– ¿Estas bien amor?.

Pregunto mirando sus cabellos rubios y Yibo asintió poniendo su naricita sobre su pecho y oliendo la suave fragancia de su alfa.

– Solo quiero mimitos. ZhanZhan, ven. – Se separó un poco y llevo sus manos hacia los brazos del menor. Tomó sus manos grandes y blancas y las llevó hacia sí vientre el cual era cubierto con un suéter rosa de lana.

Zhan miró las acciones del leoncito pero no dijo nada, solamente procedió a hacer lo que le pedía y empezó a mover su mano de arriba hacia abajo.

Yibo se removió e hizo pequeños soniditos como los gatitos. Recargo su cabeza sobre el hombro de su pareja y solo dejó que Zhan hiciera lo demás. No tardó mucho en dormirse sobre sus brazos.

El híbrido de conejo miró como Yibo dejó de removerse bajo su tacto y solo lo tomó de sus piernas y lo cargo a estilo nupcial mientras se levantaba del sillón. Se dirigió hacia su cuarto y lo acostó en la ancha cama.

Zhan sonrió y terminó acostando se junto con el, dejando una de sus manos sobre su vientre y respirando el olor de su omega que salía de su nuca.

Más tarde un dolor lo acompañó sobre su cuello. Sus ojos se abrieron de par en para al sentir como la sangre comenzaba a fluir y ahí miro a su omega, ojos rojos y penetrantes. Sus colmillos afilados a la vista disfrutando tal vez de la sangre sobre su cuello y sus piernas al rededor de su regazo.

– Yibo, ¿Qué cara...?

No dijo nada pues el omega empezó a llorar de la nada. Tan cambiante. Tocó su cuello sintiendo el líquido escurrir. –Diablos, A-Yi, ¿Estas bien?.

Preguntó preocupado dirigiéndose hacia el omega el cual se bajó de su regazo y solo se acorralo contra la esquina de su cama.

Zhan dejó de lado el dolor de la herida y abrazo por detrás a su omega, sonriendo y transmitiendole por medio de la marca, calma.

– No quise hacerte eso ZhanZhan... – Lloro desconsoladamente sobre sus manos. – Tenía hambre y...Yo... Solo, pensé que...

– ¿Tuviste una alucinación?...

– ¡S-sí! En vez de verte a ti...Vi solo una presa, Dios, soy un asco, perdoname Zhan. – Sollozo de nuevo y se dio la vuelta abrazando a su alfa sobre su pecho. Zhan no sabía que decir, en todo el tiempo que habían vivido juntos Yibo nunca había tenido esa clase de instintos, hasta se podría considerar una persona vegetariana amante del pescado y las sardinas.

Yibo dio un gran Suspiro totalmente asustado. - Zhan, tendré que ir con el doctor...No, tendré que regresar de nuevo a mi manada, esto es malo...

– ¿Qué?.

– En mi manada hay una tradición...Cuando un omega da a luz o esta en embarazo, hay un día en especial donde se debe hacer como un "sacrificio" a la madre luna, sino, vendrán cosas horribles para mí bebé...Y-yo podría matarlo...se que no estas acostumbrado, pero te lo pido por favor, no quiero que le pase nada...

El alfa tomó sus mejillas suavemente y sonrió posando sus labios sobre los cerezas del Omega dando un dulce y pequeño beso. – Está bien amor...Solo, ¿Estas seguro de que serás bien recibido...? D-digo...

– Mi padre es el líder...

AntojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora