Capítulo 11

600 114 2
                                    

Zanjin paso hacia el cuarto de Yibo cuando el omega se lo permitió. Iba a hacer un chequeo matutino así que le busco.

— Buenos días. — Dijo el omega Mayor mientras ponía su maletín sobre la mesa de dormir.

Yibo miraba el suelo en blanco, hasta que la voz de Zanjin apareció en la habitación cuando levantó la vista. - B-buenos días.

— ¿Estas bien?. — Preguntó Zanjin esta vez abriendo el maletín poco a poco sin apartar la vista del menor.

— S-sí. Supongo. — Yibo carraspeo incómodo.

Zanjin asintió con una pequeña sonrisa y se acercó hacia Yibo, con un etesto colgando de su cuello, puso la boquilla de este sobre el vientre del omega mientras se encorvaba empezando a escuchar los sonidos que producía su estómago. - Todo está normal. - Se levantó.

Yibo asintió de nuevo y tocó sus manos sobre la tela. Sus ojos se encontraban levemente hinchados y sus labios dolían de lo agrietados. No recordaba cuanto había llorado ayer, ni siquiera recordaba ya la noción del tiempo.

— ¿Pasa algo?. — Preguntó Zanjin al notar el nerviosismo del menor.

— Zanjin... — Le miró con profundidad, mientras sus manos empezaban a temblar y de nuevo aquel dolor punzante yacía en su pecho. — Ayer los escuche. Escuche todo...Solo quiero saber, ¿Por qué?. — Sus ojos empezaron a entrecerrarse y las lágrimas empezaban a bajar por sus mejillas sintiendo aquella acidez. —  ¿Por qué engañaron a mi madre...?

Hubo un silencio. Uno que podía haber durado eternidades. Zanjin suspiro mientras su sonrisa ahora se había borrado por completo y sus hombros cayeron hacia delante, apenado. — ¿Eras tú...ayer?.

Yibo asintió mordiendo su labio. — No entiendo Zanjin. Ni siquiera se por qué estas aquí, siento tanto enojo, no quiero verte, pero aquí estas. No quiero ni siquiera ver a mi padre, ¿Por qué ocultaron tantas cosas?.

La mano de Zanjin se dirigió hacia su pecho exactamente hacia su corazón. El mayor se acercó hacia la cama del chico y se sentó a un lado de él tocando su hombro. - Tranquilizante, es malo para él bebé...

Yibo le miró sombrío, una expresión sin palabra. Quito su mano dando una fuerte sacudida en ella. — N-no me toques.

Zanjin no dijo nada y solamente asintió. — Perdón.

— No necesito eso.

— Creo que ya es tiempo de que sepas la verdad. — Miro hacia el joven, el cual estaba tratando de tranquilizarse ante todas las emociones. — Siento mucho que lo supieras de esa manera, y estoy tan arrepentido. Se que estas enojado, y es comprensible. — Hizo una pausa — Pero, hubieron razones, que bien, no se justifican de mis actos pero quiero que los sepas. — Se acomodo en la cama recargándose contra el respaldar — Tú padre y yo nos conocíamos mucho antes que tu madre. Yizhou y yo somos destinados.

Yibo abrió su boca sorprendido.

— Nosotros, nos amábamos. Estábamos seguros en hacer una familia hasta que... — Sus ojos empezaron a lagrimear — Hasta que, gracias a un matrimonio arreglado con una omega fue separado de mi. — Mordió su labio. — Yizhou solo vino a mi un día y me dijo que no podía seguir conmigo. "estaba comprometido". Yo me destroce ese día, ni siquiera estaba a su nivel, yo solo era un híbrido de lobo con una familia pobre que abusaba de él. — Miró hacia Yibo el cual se encontraba expectante. — No reproche. Por 4 años no le vi, fueron esos 4 años donde me di cuenta que el se había casado y no solo eso, había traído a su primer cachorro a la vida.

— Era un omega. Yizhou se había vuelto loco cuando lo supo, su padre pronto lo obligó a traer otro niño al mundo, pero cuando tu padre y tu madre volvieron a intentar ella se dio cuenta que era estéril.

Un quejido doloroso salió de los labios de Yibo, escuchando aterrado todo aquello. Sintiendo pena.

— Así que Yizhou empezó a buscar una pareja, alguien fértil. Fue cuando llegó a la manada de lobos y empezó a buscar entre todos los omegas. Fue ahí cuando me miró. Ese día, me dijo que si yo le daba un hijo a cambio me dejaría estudiar, arreglaría mi situación y le daría el dinero a mi madre para que ella sobreviva. - Sus manos pasaron hacia la tela de la cama aparentando. - Yo acepte. Necesitaba el dinero, necesitaba alguien que me ayudara, mi madre estaba apuntó de morir, mi casa apenas y se mantenía en pie por unas láminas oxidadas. — Recordó aquello. — Acepte siendo egoísta.

— Conmigo, con tu madre, contigo también. Robándole aquella felicidad a tu madre. Robándole algo que a ella le pertenecía. Lo siento mucho, enserio. No fue parte de ninguna lujuria, ni deseo. Fue necesidad. Mi pequeño bebé nació, Wei Ying.

Sonrió ante la mención de su hijo mayor. — Wei Ying es 4 años menor que tú. Pero, lamentablemente nació siendo omega, y después de eso, meses después del nacimiento de Wei Ying, tu madre murió de un cáncer terminal en los ovarios.

Yibo miró con dolor a Zanjin. Puso sus manos en su vientre y dio suaves caricias. Yibo nunca conoció a su madre, su madre...

— Yizhou tuvo depresión por mucho tiempo y eso le llevó a no tener más parejas y más herederos. Fue ahí cuando tu abuelo puso una nueva regla, esa era que el próximo heredero sería el primer Alfa que naciera por parte de sus primogénitos. Yo seguí estudiando y haciendo mi vida normal, Yizhou tenía un lazo roto y no me veía, pero cumplía con aquel deber. — Hizo una pausa. - Cuidar a Wei Ying.

— ¿Y Ji Li?. — Preguntó Yibo confundido.

— Eso fue hace 4 años. — Yibo abulto sus labios indignado. — Wei Ying fue parte de un engaño, pero Ji Li...Tú padre hacer 4 años llegó a mi hogar, Wei Ying estaba junto con su abuela y yo me encontraba completamente solo mientras preparaba comida para Wei Ying. Llego en época de celo, desalmado, enojado y con ira. — Sus manos se dirigieron hacia sus piernas y apretaron la mezclilla. — Me tomó esa misma tarde y me anudo. Ji Li llegó el año siguiente. Es el menor y tiene 3 años. Este cumplirá 4 y es un niño pequeño aún.

— ¿Dónde están ellos...?

— Wei Ying hace la universidad en la ciudad y Ji Li esta en casa de su abuela. La deje exactamente para venir aquí. - Miró hacia un punto vacío en la habitación.

— Quiero verlos...Quiero saber quienes son ellos...

Zanjin asintió tranquilamente — Sin embargo, no vine para pedirle nada a tu padre ni siquiera para molestarte, solamente vine para darle una noticia. —  Llevo sus manos hacia su suéter blanco de lana y levantó un poco de este mostrando su vientre levemente hinchado. — Estoy en cinta.

Yibo trago saliva y puso una mano sobre su cara, angustiado mirando como el mayor empezaba a sollozar. Aún lo odiaba, odiaba a su padre y a él. Pero simplemente no podía odiar a aquellos cachorros, aquellos los cuales ayer se entero que eran sus hermanos.

— Zanjin... ¿Cuántos meses tienes?

— Tengo dos meses. — Contestó.

AntojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora