Capítulo 12

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— A-Yi, bebé. — Zhan se acercó hacia el omega el cual estaba mirando el cielo azul por la única ventana que se encontraba en el cuarto. Ya que estuvo demasiado cerca le abrazo por sus hombros y recargo su barbilla en ellos. — ¿Pasa algo, amor?.

Yibo estaba perdido en la noción del tiempo. Aún tenía aquella conmoción de la mañana y aquel mal sabor que le había dejado todo aquello, ¿Debería lamentarse por cosas del pasado?. Dio la vuelta y abrazo a Zhan reposando su cara contra el pecho de este y suspiro su aroma.

— Bebé, me tienes preocupado. — Hablo Zhan de nuevo correspondiendo su abrazo. — Está mañana no desayunaste y es por eso que te traje el desayuno a tu cuarto. Quiero que estés bien, mis bebés y tú.

Yibo no respondió aún perdido en sus pensamientos haciendo que su aroma se volviera más agrio al momento. Apretó la camisa de Zhan por detrás y fue ahí cuando se desplomó en llantos y sentimientos. Lágrimas empezaron a bajar de sus mejillas como cascadas, desahogándose de aquel gran agujero en su corazón que no recuperaría en mucho tiempo.

— Z-Zhan. — Sollozo.

Él alfa le miró preocupado y le separó un poco de su cuerpo para tomar sus mejillas entre sus manos y besar sus labios dulcemente. — Desahógate bebé si es necesario. — Tomó la mano del omega y lo guió hacia la cama que compartían sentándole ahí y después él, prestando toda su atención.

— E-es mi padre. — Mordió su labio fuertemente, lastimandolo. — Me enteré de que Zanjin es su pareja destinada y no sólo eso Zhan, tengo hermanos...Hermanos que nunca conocí.

Se acercó de nuevo hacia su alfa y se recargo en su pecho tratando de tranquilizar su respiración por su bien, las pequeñas gotas de agua siguieron saliendo a la par de sus sollozos y la voz temblorosa.

Zhan llevó una mano a su espalda, petrificado por aquello que su omega acaba de decir. Aún no entendía con claridad, pero todo aquello que debía ser tan malo para herir los sentimientos de su omega.

— Amor, tranquilízate. Aquí estoy, aquí estoy. — Dijo dando suaves masajes.

Yibo se encontraba sentado en la sala junto a Zhan. Ambos tomados de su mano mientras veía a su padre en el otro extremo. Yibo apretó la mano de su esposo con nerviosismo y miró su cara con preocupación. Zhan llevó la mano de su omega a su boca y la beso lentamente transmitiéndole paz al instante.

— Entonces... ¿Para qué me querían aquí?. — Habló Yizhou en el tono altanero que siempre usaba.

Él timbre sonó detrás de ellos y después el sonido de la puerta principal de acero ser abierta y cerrada. Se escucharon pasito pequeños correr por la casa mientras el sonido de cosas moverse sobre cierto material.

— ¡Papá!. — Una pequeña voz se escucho a metros de la sala.

La piel de Yizhou se erizo. Conocía a la perfección aquella melodiosa y linda vocecita.

Él niño que venía vestido con un pequeño overol de mezclilla y una camisa amarilla llegó corriendo a la sala. En su espalda llevaba una mochila y dentro de esta puzzle que le servirían para jugar en su estancia en la mansión.

Él niño paro lentamente en la puerta cuando vio a tantos presentes, entre ellos aquel señor que aprecia un conejito y aquel señor que llevaba una sandia en su pancita.

Se acercó alegremente a ellos primero y puso una sonrisita cariñosa, siendo un niño coqueto. — Hola, me presento. — Se puso delante de ambos mayores.

Yibo alzó su vista del hombro de Zhan y miró al niño de tres años, se parecía demasiado a Zanjin y tenía rasgos que le hacían parecer un pequeño leoncito. Era de su manada.

— ¡Soy Wang Wei Ying!. — Reverencio con felicidad - Yizhou aún seguía mirando la escena petrificado en su lugar, sin saber cómo actuar. — Pero pueden llamarme Wei o simplemente Ying. — Dio una sonrisa de dientes pequeñitos. — Soy un híbrido de León. Mi mami dice que cuando sea grande tendré grandes colmillos y haré grrr. — Gruño tiernamente y eso hizo reír un poco a Yibo haciendo que su corazón dejara de sentir todo aquel remordimiento. — Mis papás son Yizhou y Zanjin y ¡ah!. — Bajo la pequeña mochila de sus hombros y la puso delante de él. La abrió y rebusco entre ellas sacando un pequeño conejito de peluche. — Él es guayabita y es mi mejor amigo. guayabita, ellos son nuestros nuevos mejores amigos. — Apuntó hacia Zhan y Yibo.

Las mejillas del pequeño se pusieron coloradas al terminar y llevó al conejo de peluche a su brazo y dio la vuelta corriendo hacia Yizhou el cual le tomó de sus brazos sin saber que hacer correctamente. Miró hacia el niño sonriente y feliz el cual al instante le había abrazado. — Te extrañe mucho papi, mami dijo que no regresarías y eso me puso triste.

Él ceño de Yibo se curvo, enfurecido. Zanjin nunca le había contado que les había dejado.

— Padre. — Yibo se levantó siendo ayudado por Zhan el cual tomó su mano. — Se todo.

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