Capítulo 15

579 106 2
                                    

Con los días Yibo se pudo dar cuenta que Hao Xuan se volvía más callado y rígido. Zhan muchas veces le había dicho que era normal, pues tanto él como Ji Yang eran destinados.

Yibo aún sentía esa ansiedad dentro de su corazón que le carcomía por qué, por más que quisiera no pudo ayudar a su mejor amigo. Sentía culpa, pues sí él no se hubiera acoplado con Zhan, estaría con Bowen y eso jamás hubiera sucedido. Aunque, ciertamente Yibo jamás se imaginaria una vida sin Zhan, sin su olor.

Zhan era como un todo para el mundo de Yibo.

Zhan le ayudó a ponerse un suéter grande de lana. Todos pensarían que debería de vestir elegantemente, pues era una boda, pero Yibo ya sentía más pesado su embarazo y como eran dos bebés, su pancita crecía más.

— Gracias ZhanZhan. — Agradeció cuando su Alfa terminó de poner su suéter ayudandole ya que su barriga no le dejaba estirarse bien.

Yibo se dio la vuelta y fue momento de ayudar al Alfa. Tomó la corbata color tinto del mismo y empezó a hacer dobladillos hasta por fin dejarla caer, era una corbata de seda así que fue fácil para Yibo ayudarle.

— Gracias amor. — Zhan dijo mirando al pequeño híbrido de León a sus ojitos.

Yibo se sintió cohibido por la mirada que le otorgaba su Alfa, aquella que decía a gritos lo cuanto le amaba. Zhan llevó sus manos a la cintura del omega y le acercó hasta que el relieve de la barriga del omega pegara contra su estómago y no hubiera distancia de más. Se sonrieron por unos minutos y Zhan tuvo que agacharse hasta alcanzar la pequeña altura de su Omega para darle un tierno y lindo beso que fue correspondió al instante por Yibo.

Ambos se separaron en cuestión de segundos por falta de aire y Yibo río un poquito siendo sostenido por Zhan. — Eres lo mejor que me ha pasado en este mundo...

— Tú eres y serás el amor de mi vida por la eternidad y todas las vidas que siguen, A-Yi. — Dictó con seriedad.

Hasta que Yibo hecho una carcajada al aire. — Parece que esto será nuestra boda, obviamente con el paquete completo... — Sus mejillas se tiñeron en rojo.

— ¿Paquete completo? — Preguntó Zhan confundido.

Yibo Asintió. — Sí, ya ves. — Apuntó hasta su barriga — El paquete completo está aquí, en su chocita. — Dio suaves caricias a su vientre y eso hizo reír a Zhan.

— ¿Nos escucharán? — Preguntó con curiosidad agachándose un poco a la altura del vientre de su Omega.

Yibo mordió su labio y negó. — No lo sé, Zanjin no me ha dicho nada.

— Hey bebés. — Llamo Zhan pegando la palma de su mano en la barrigita de Yibo — Soy su papá ZhanZhan, ¿los amo mucho saben? Ya quiero que estén aquí, quiero abrazarlos y darles muchos besitos en sus cachetitos. — Dijo tiernamente — Mis conejitos hermosos...

Yibo sintió sus mejillas inflarse de cariño y emoción. Un tacto el cual Zhan tocó y un sentimiento el cual floreció en su corazón.

Zhan siguió moviendo su palma en el vientre del omega. — Solo eso sí, no me llamen pepino como su mami, seré alto pero no tanto — Río.

— Yo jamás te he dicho pepino por eso ZhanZhan.

— ¿Ah? — Le miró curioso — ¿Entonces por qué?

— Olvídalo...

La boda avanzaba normalmente. Yibo miró por todas partes tratando de encontrar a Hao Xuan por que sí, los Li ni se inmutaron a tener un poco de compasión por la pareja destinada de Ji Yang. Ji Yang salió por fin vistiendo unos pantalones blancos y una blusa holgada de seda blanca, en su cabeza llevaba un bonito arreglo con un velo que caía más abajo de sus hombros. Su traje brillaba y su maquillaje lo había hecho más.

Yibo pudo por fin conocer al chico que le había robado el corazón a su primo. Era hermoso, era un omega que se veía delicado y con propio esplendor.

Pero no se veía feliz. Más bien, sus labios curvados mostrando una mueca de que no estaba conformado con un matrimonio arreglado. Su mirada estaba curiosa por todos los lugares mientras saludaba a algunos presentes, buscando a Hao Xuan por todas partes. Quería verlo, abrazarle y decirle cuanto le amaba por que no sabia si sería esta la última vez.

La manada de lobos era totalmente territorial. Nada entraba ni nada salía. Los alfas eran más peligrosos que los alfa de León y eso hacía que Ji Yang temiera por Hao Xuan.

La mirada de Ji Yang vago hasta la salida donde pudo apreciar a alguien que conocía muy bien. Quiso gritar e ir, era Hao Xuan quien le veía fijamente, estaba por dar un paso más y abrazarlo, la adrenalina corriendo por sus venas.

Un paso, dos, su brazo fue sostenido con fuerza al final y su cuerpo brutalmente jalado hasta pegar contra el duro pecho de Bowen.

— ¿Estas listo?

Ji Yang levantó su vista topándose con la dura del alfa. Sabía que con Li Bowen no se esperaba nada más que ser más que una incubadora y un objeto de placer. Ya no sería más aquel enfermero que buscaba su sueños con una vida normal junto al amor de su vida y su cachorrito.

— S-sí...

AntojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora