Antojos

Final

Yibo se encontraba junto a Zhan y sus dos pequeños bebés jugando en la alfombra. Ambos veían una película, era una agradable mañana, sin trabajo ni otras preocupaciones.

Yibo llevó su mano a su vientre abultado de ya nueve meses y acostó su cabeza en el hombro de su alfa oliendo su suave olor. Habían días en que Yibo dejaba de hablarle al alfa por enojo, se enojaba por cualquier cosa pues estaba más sensible de lo normal, y otros días simplemente se colgaba en él y le daba muchos besos en sus labios hasta conciliar el sueño. Zhan se dio cuenta que después de que nacieran sus tres pequeños bebés no tendría tanto tiempo con Yibo, pues habrían más preocupaciones como trabajar y conseguir una mejor casa y vida para su familia. Estaba decidido a escalar un puesto más alto en la empresa de su padre ese mismo año.

Zhan miró hacia Yibo recostado en su hombro y simplemente dio un suave beso en sus cabellos. Estaba enamorado, tanto que parecía irreal la cantidad de amor que sentía por su omega. No podía ser más feliz, su omega es la persona más bella del mundo, le dio cachorros y una vida junto a él, Zhan no podía pedir más.

Sobre los bebés, Zhan aún no sabía a qué especie pertenencian, sin embargo, Yibo simplemente le había dicho que esa vez no era necesario volver a su manada pues la vez anterior fue sólo su primera camada y un ritual de iniciación. Esta vez eran sólo ellos.

Zhan miró hacia sus hijos en el suelo. Ambos ya tenían dos años, con su olor característico dulce que los distinguía sobre todas las especies como unos adorables conejitos. Aún no había visto a sus hijos en su forma animal, aún estaban pequeños, pero tan pronto cumplieran sus cuatro años, los llevaría a su manada para empezar el cambio de piel que le sucedía a todos los conejos en temprana edad.

Yibo por su parte, empezó a removerse en el sillón a lado de Zhan, hasta que sus ojos se abrieron con sorpresa al sentir un leve dolor en su barriga. Después de eso, simplemente se quedó quito sintiendo sus pantalones mojados. Miró hacia Zhan el cual se encontraba tranquilo y rápidamente se aferro a su brazo enterrando su cara ahí mismo con dolor. Zhan noto esto y rápidamente tomó a Yibo de sus hombros alejándolo y mirando que unas lágrimas silenciosas habían salido de sus ojos. Se asustó y se levantó dejando a Yibo ahí mismo tocando su vientre y respirando erráticamente.

— Z-Zhan, los bebés. — sollozo el omega recargándose contra el sillón y sudando.

Los pequeños en la alfombra miraron al omega sorprendidos y un olor agrio llegó a sus fosas nasales asustandolos. YiZhan sollozo y abrazo a Wangji el pequeño alfita de la casa. Después de eso, Zhan llegó a los minutos con una pañalera colgada en su hombro, mantas y el celular en su mano.

Se acercó hacia Yibo y miró que el omega empezaba a delirar, Zhan se asustó esta vez. Yibo empezó a dejar de simplemente responder al contacto, el doctor les había dicho que había un mínimo riesgo pero jamás les había dicho de alguna anomalía o algo que afectaría al omega en el parto.

Zhan llevó su mano a su mejilla tocándola. — Amor, responde, mi vida, por favor. — Trato de que Yibo le mirara, pero la cabeza del omega estaba caída, sin fuerzas de levantarse y sus ojos empezaban a cerrarse.

Zhan sollozo y tomó la mano del omega entre las suyas, llevo la mano de su omega a la boca y la beso. Tomó al omega en sus brazos y miró a sus hijos en el suelo, se encontraba exaltado y asustado. Agradecía que el timbre de la puerta había sonado indicando que su madre estaba ahí para cuidar a sus hijos, así que sin mirar ni despedirse de sus bebés, salió  rápidamente de su hogar dejando a su madre con la palabra en la boca.

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El hospital estaba cerca y eso agradecía Zhan. Llegó de emergencia y bajó rápidamente con un Yibo que se encontraba despierto pero no respondía. Los doctores y enfermeras rápidamente fueron hacia ellos y tomaron al omega en una silla de ruedas. Fue cuando Zhan fue excluido y dejado fuera del hospital.