CAPÍTULO VI: DEMONS

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La habitación de Lisa cada día parecía más silenciosa y oscura, esos colores brillantes que llegó a tener algún día, hoy simplemente desaparecieron

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La habitación de Lisa cada día parecía más silenciosa y oscura, esos colores brillantes que llegó a tener algún día, hoy simplemente desaparecieron. Algo totalmente extraño para Jennie, ese lugar no parecía ser "hábitat" de su amiga.

—¿Cómo vas con Park? —Jennie estaba sentada en el suelo, sobre la alfombra mientras miraba unas cosas en su celular. Pero simplemente se aburrió y preguntó mientras masticaba un par de dulces que sus alumnos le dieron.

—Bien.. . —Lisa seguía leyendo más y más libros cada día. Jennie se levantó del suelo para inspeccionar a la menor.

—Ugh, ni siquiera me estás escuchando—se acercó a la tailandesa y de un solo movimiento le quitó el libro -que más bien, parecía enciclopedia- de las manos.

—¡Oye! Eso es mío—se levantó de la cama y comenzó a perseguir a Jennie por toda su habitación.

—Pero estoy hablando, y me vas a escuchar. Deja de leer esto... —miró la portada del libro—¿Código penal? —frunció el ceño—¿Qué es esto, Lisa?

—Solo déjalo, Jennie... —se lo arrebato y volvió a ponerlo en su lugar. Un pequeño estante al otro lado de su cama.

—No puedo creer que estés tan obsesionada con eso... solo mira ese jodido estante, está lleno de libros—señaló con horror al mueble blanco en donde Lisa dejó su libro.

—¿Y? ¿Qué es lo extraño? —preguntó con soslayó. Le irritaba que Jennie la dejara como una idiota. —Se supone que esa es su función.

—Que solía encantarte coleccionar discos y vinilos... ese estante era exclusivo de tus discos y esas cosas raras que coleccionabas. Odiabas leer, Lisa. ¿Qué demonios te pasó? —Lisa no respondió, pero se mordió fuertemente el labio, creyó que iba a sangrar—¿Por qué dejaste de hacerlo? —colocó sus brazos en las caderas.

—Las personas crecen, Jennie. No tengo porque coleccionar discos y esas tonterías cuando ahora tengo una vida, un trabajo, cuentas que pagar... responsabilidades, reales.

—¿Crecen? —preguntó con incredulidad—Eso no significa que dejes de hacer lo que te gusta... es más estúpido que coleccionar discos. Ahora coleccionas libros aburridísimos de derecho cuando ni siquiera te gusta.

Lisa se tensó en su lugar, y lo único con lo que se pudo defender fue al mirar de mala manera a Jennie.

—Me gusta. Es lo que tengo... y seré la mejor abogada de la ciudad, y después del país—dijo totalmente convencida, ese era su propósito más grande. Ser perfecta y la mejor en lo que hace. Era una buena meta de vida ¿No?

Jennie suspiró. A veces Lisa se comportaba de una manera bastante cuestionante. Ella adoraba a su amiga que salía a todas las fiestas que quería, que conocía a muchas personas porque era alguien bastante social y divertida. Siempre fue conocida como la "mariposa social" por todos sus compañeros del instituto. Esa Lisa que solo podía pensar en la música y que deseaba algún día ser cantante o compositora, lo que sea pero que tuviera música involucrada. Eso era lo que construía a Lisa.

I LIED | CHAELISADonde viven las historias. Descúbrelo ahora