Roseanne puede decir fácilmente que su vida había sido feliz y tranquila, tenía a dos padres amorosos y presentes en cada pequeño momento de su infancia. Claro que todo eso se empezó a marchitar cuando su madre murió, y terminó con la muerte de su padre.
Después de ese trágico día, nada fue igual, tuvo que luchar demasiado con la universidad y con sus gastos personales. Pero pudo superarse, impulsada por todas las promesas que le hizo a sus padres.
Y finalmente volvió a conocer la protección de alguien cuando conoció a Lisa. Ella la hizo feliz, recordandole que no todo era impulsado por una venganza, o "justicia", como ella misma lo llamaba. Sin la necesidad de conocerla por años, sabía que Lisa le guardaba las espaldas mientras sujetaba su mano. Roseanne se sintió amada de verdad, amor que había perdido junto a sus padres.
Pero su mayor error fue traicionarla. Y lo único que deseaba era solucionarlo, incluso si fallaba en el intento.
—¿Te puedo ayudar? —Dijo curiosa la chica pelirroja, ella parecía amable —¿Señorita...?
—Park. Roseanne Park —Le dio la misma sonrisa, pero a su diferencia, Roseanne estaba nerviosa. —Estoy buscando a Lisa... Lalisa Manobal.
—Oh. Claro —Comenzó a mover algunas teclas en su computadora —Roseanne Park, ¿Cierto? Dejame buscarte aquí...
Roseanne asintió, sabía que no aparecería en la lista de la chica, pero simplemente se quedó esperando, como si mágicamente pasará lo contrario.
—¿Era hoy tu cita? —La pelirroja frunció el ceño —No encuentro tu nombre.
—En realidad...—movió sus manos nerviosamente, literalmente estaban sudando, porque ni siquiera sabía que iba a decirle a Lisa si pudiera verla —No tengo una cita.
—Oh. ¿Quieres hacer una? —comenzó la chica —Pero me temo que eso tomará algunos días, la agenda de la señorita Manobal es algo grande.
Roseanne negó lentamente.
—¿Puedo verla? Como... ¿Ahora? —Ella intentó.
—Puedo llamar a su oficina, y si ella te acepta...
La chica levantó el teléfono del escritorio, pero antes de teclear el número de oficina, la mano de la rubia la detuvo. Porque sabía perfectamente que Lisa no querría verla en ninguna circunstancia.
—No lo entiendes. Lisa... ella no quiere verme, hice algo estupido y...—suspiró temblorosamente, ni siquiera sabe porque le está contando su vida más personal a la recepcionista —Por favor. Déjame subir, necesito verla... y si le dices que estoy aquí me sacará y no me dejará decir todo lo que tengo que decir.
Más patética no podría verse. Incluso la chica le miraba con cierto temor en sus ojos. Probablemente ella la sacaría antes de que Lisa lo hiciera.
—Oficina 13. —Ella le sonrió con compasión... o lastima, a Roseanne ya ni siquiera le importaba.
—Gracias.
Casi se fue corriendo hasta ahí. Sintiendo como si esta fuera su última oportunidad para vivir. Vivir de verdad.
...
"You had to kill me, but it just kill you the same"
Lisa estaba escribiendo en su agenda algunas cosas importantes que necesitaba recordar, últimamente su mente había estado en lugares tan indeseados que no se lograba concentrar en lo real.
Levantó el rostro cuando la puerta de su oficina se abrió lentamente, frunciendo el ceño, porque quien quiera que sea simplemente no entraba.
—¿Yoona...? —Habló, pensando que tal vez sería la secretaría de piso, era la única que podría venir de esa manera.