Luzu y Quackity llegaron a casa de Vegetta, quien estaba hablando con SapoPeta en la sala mientras tenían libros en mano.
Vegetta: ¡Quackity llegaste! adelante, siéntate.
Quackity asintió y avanzó junto con Luzu a aquél sofá, por poco olvida que nadie podría ver al castaño, prefería no decir nada.
Vegetta: Estoy al tanto de la situación, prepararemos mi cuarto de encantamientos para que llenen la daga en ese lugar, puedo suprimir parte del dolor que te cause la extracción pero no del todo, no puedo meterme con los dioses oscuros. La magia es algo difícil de manejar y hay que ser cautelosos, por ello SapoPeta me ayudará a manejarlo.
Quackity: entendido -asintió decidido-
SapoPeta: entonces debemos darnos prisa, Quackity, terminaré los preparativos con Vegetta, no nos tomará mucho, ya regreso.
Luzu: Quacks...
Quackity: dime Lusu, tú tranquilo que en poco tiempo te lleno la daga y todo estará bien -sonríe-
Luzu: lo siento mucho, no quise dañarte nunca, quizá si no hubiera hablado contigo...
Quackity miraba al castaño con confusión ¿porqué sus lágrimas eran de aquel brillante color carmín? Además, extrañaba esos hermosos ojos rubí que lo enamoraron, no se lamentaba haberlo conocido, no lamentaba nada con respecto a Luzu, solo lo frustraba el hecho de no poder apoyarlo más. ¿Acaso es demasiado el dolor de una daga en comparación a que te asesinen? No le importaba sufrir un momento por la persona que amaba.
Quackity: no me importa pasar por ello, realmente voy a ayudarte con todo lo que esté a mi alcance. Te lo dije, no lamento haberte conocido, eres lo mejor que me ha pasado en este lugar.
Luzu vio al pelinegro con una postura erguida, le hablaba de manera firme y sus ojos mostraban esa determinación que tanto amaba. Su sonrisa se hizo presente y asintió con la cabeza, la verdad es que sí, estaba muy preocupado, pero apoyaría su decisión sin desaprovecharlo.
¿Era cosa del destino o simple casualidad? Nunca podría saberlo, pero le encantaba pasar tiempo al lado de su novio, quizá en alguna otra vida puedan estar juntos sin tanto dolor, reencarnar como seres normales, sin la necesidad de recurrir a magia o a los dioses. Tenía la esperanza que en alguna realidad ellos vivían felices.
SapoPeta: Quackity, ya puedes pasar.
El pelinegro se levantó y caminó tras el druida, el castaño lo siguió, después de todo, él manejaría la daga.
Vegetta: Recuéstate en esta cama, crearé un campo de energía para aminorar tus dolencias, sé que será difícil pero trata de calmarte y respirar, ya que no podrás levantarte hasta que termine.
SapoPeta: Luzu, cuando Vegetta haya creado el campo de energía, podrás comenzar a extraer su sangre , no es necesario un gran corte, las armas de los dioses oscuros absorven por sí solos su objetivo. Basta con clavar la punta de la daga en su brazo.
Quackity se recostó en el lugar indicado y comentó lo cómodo que era, miró a Luzu sonriendo y levantó su ropa para dejar libre su brazo. Vegetta comenzó a crear el campo de energía lográndolo con éxito.
SapoPeta: Listo, en caso de que necesites de mi energía te apoyaré. Luzu, puedes comenzar.
Luzu miraba al híbrido con seriedad, abrió la palma de su mano haciendo aparecer la daga, le mostró una sonrisa gentil mientras se agachaba y comenzaba a clavar la daga en el brazo como le indicaron. Los 2 mayores comenzaron a notar cómo Luzu se hacía visible a sus ojos, mostrando su apariencia de hijo oscuro, esos escalofriantes ojos totalmente negros.
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Entre el Cielo y el Limbo -LUCKITY-
FanficUn día normal para Quackity es levantarse con un mensaje de buenos días por parte de Luzu, el resto de su día hacía sus actividades intercambiando mensajes de vez en cuando, llegada la noche hace una llamada con el castaño antes de dormir. Los chico...