XIX

226 24 15
                                    

>>Chapter Nineteen<<

>>Sin Vuelta Atrás<<

<<Con Tu Mirada Y Aquella Sonrisa Me Tuviste A Tus Pies, Pero Ahora Que Acabo A Los Míos Te Tendré>>

    Suspiré observándome en el largo espejo. Peinado, maquillaje, zapatos altos, aquel vestido rojo tan grande que se abría de adelante hacia atrás, la cola se arrastraba, un escote pronunciado que me hacía sentir incómoda y tantos brillos que caminaba y caían. Esta no era yo, al verme ahí me sentía como Seline, debajo de todo esto aún recordaba cuando me veía frente a este mismo espejo con el uniforme de empleada. La puerta se abrió haciendo que dirigiera toda mi atención hacia ese lugar. Atem entró y cerró rápidamente, al verme pareció quedar sorprendido.

    -Luces.. Hermosa.

    -Por favor, no digas eso -murmuré con un gran nudo en la garganta-, no quiero hacer esto.

    -Lo lamento, -se acercó con rapidez y tomó mis manos entre sus manos-, te prometo que encontraré la manera de salir de esto, pero aún necesito tiempo.

    -Atem, no quiero hacer esto.

    Todo quedó en silencio, sabía que Atem aún estaba pensando en una respuesta que dar pero incluso yo sabía que no había salida de esto. No pide evitar sonreír un poco la ver la mirada de preocupación de Atem; aún recordaba cuando lo conocí y no podía pensar en el mas que era un completo imbécil, lograba recordar su sonrisa de idiota narcisista y su voz tan segura que lo hacía tan irresistible. Aún tenía a esa persona frente a mí pero ahora en serio le importaba, él se preocupaba por mí.

    -Vámonos, -noté como sus ojos se iluminaban con una extraña alegría, acarició mi mejilla con el dorso de su mano pero yo solo sentía pánico-, huyamos de aquí, juntos.

    -¿De qué hablas?

    -_______, mi dulce y pequeña _________, solo me importas tu, y sé que estaremos bien si estamos juntos, vámonos.

    No podía negar que al escucharlo decir esas palabras había sido como si mi corazón se detuviera. Sonreí de la manera más sincera posible, puse mis manos al rededor de la cabeza de Atem y lo besé, el inmediatamente me correspondió deslizando sus manos hasta mi cintura y apegándome a él. En ese momento solo quería tomar de la mano a Atem y salir corriendo tan rápido como pudiera, pero todos los sueños estaban acompañados de desesperanza. Sabía todo lo que me esperaba si trataba de salir de este lugar y todos los secretos que había ocultado, aún no podía huír con él.

    -Atem, te quiero tanto, pero yo... -Estaba por tratar de explicarle porqué no podía cuando se escucho la manija de la puerta girar y Atem y yo nos separemos instantáneamente- Necesito espacio.

    -¿_______?

    Al escuchar su voz no pude evitar voltear rápidamente hacia la puerta sorprendiéndome y paralizándome instantáneamente. Estaba parado en la puerta con una mirada de impresión absoluta, parece que también se había quedado atónito aunque no podía explicar el porqué.

    -¿Qué haces aquí? -pregunté sin saber que más decir.

    -Yo lo llamé -aclaró Atem, solo pude mirarlo confundida esperando que explicara-, él es una de las pocas personas que creo que pueden hacer algo.

    -Estás hermosa, realmente preciosa -dijo finalmente, no quise hacer nada así que solo volteé a verlo y después vi como la mandíbula de Atem se tensaba.

    -Gracias -musité casi inaudiblemente-, ¿y qué se supone que haremos? -pregunté tratando de enfocar la atención a otro punto- No creo que tu familia ceda.

    -Creo que puedo tratar de tener una charla de ¿negocios? -dijo casi preguntando, aunque parecía que no sabía como mencionarlo- Claro, antes de recurrir a los grandiosos métodos de Atem -añadió con claro sarcasmo-, creo que es más viable.

    -¿Métodos de Atem?

    -Claro, ya sabes lo impulsivo, como amenazas y extorsión.

    Me costó demasiado reprimir la risa. Sabía que era un momento serio pero tal y como lo había mencionado sí lograba imaginar que Atem resultara más impulsivo, las pocas charlas serias que había podido ver que el tenía siempre parecía imponente, y sé que con esa actitud uma gran cantidad de personas no podían negarse a sus tratos u ordenes.

    -Es más factible, en cambio tu quieres hablar de ________ como si fuera un objeto a contrato respondió Atem en un tono más agresivo.

    -¡Claro que no! Solo quiero hacer esto de una manera en que tu familia y la mía podamos llegar a un acuerdo justo. Ella me importa mucho más de lo que podrías creer.

    -Eso dices Kaiba, pero no tienes idea de cómo proteger a una mujer como ella.

    -Tranquilícense -dije mientras me ponía en medio de la sala-, Atem, ¿cómo puedes pedir que amenacen a tu propia familia?

    -Porque mi verdadera familia es la que esta en riesgo. -Tomó mi mano haciendo que mi sonrisa creciera-. Y tu misma sabes bien que si no fuera algo así no recurriría a él.

    -Y tu puedes dar por seguro que si no fuera por _________ yo no estaría aquí.

    Suspiré tratando de idealizar las palabras correctas para tranquilizarlos a ambos mas no se me ocurría nada. Estaba a punto de tratar de decir algo cuando la puerta de la habitación se abrió dejando ver al padre de Atem con un traje negro realmente formal, y a su madre tomada de su brazo con un vestido hermoso morado. Detrás de ellos entraba Seline tratando de ocultar una sonrisa, tenía un vestido azul tan escotado que mostraba a gritos como deseaba mostrar su belleza. A penas entrar corrió a tomar el brazo de Atem aunque el inmediatamente se soltó de sus garras y se puso detrás de mí poniendo sus manos en mi cintura y recargándose en mi hombro borrando cualquier rastro de sonrisa de Seline.

    -¡Yami! Esa es una conducta inaceptable -regañó su madre mostrando indignación con la mirada y desagrado en su voz-, suéltala inmediatamente.

    -¿A qué no hacemos linda pareja? -respondió Atem apegándose aún más a mi y aunque no lo ví sabía que había sonreído de manera ladeada y tan engreído como era posible. Antes de que su madre pudiera decir algo más el padre de Atem habló.

    -Joven Kaiba, ¿qué hace aquí? No tengo agendada ninguna cita con usted.

    -En realidad esto fue un imprevisto -respondió Seto de la manera más amable posible-, lo lamento pero el tema es de suma importancia.

   -En este momento no tengo tiempo, lo lamento, pero seguro puedo agendar una cita pronto.

    -No, lo lamento pero debo hablar respecto al asunto de la señorita ________.

    -Bien -cedió el padre de Atem ajustándose el saco, sabía que me estaba maldiciendo internamente-, aunque sinceramente no sé de que querría hablar respecto a mi hija.

¿Una Simple Empleada? | Yami / Atem y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora