XVIII

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>>Chapter Eighteen<<

>>Aún Te Amaré<<

<<Y, A Veces, Aquella Persona Que Nos Juró Amor Eterno, Termina Siendo Quien Destroza Lo Que Te Hace Único>>

    Recorría deprisa todos los pasillos de la escuela en busca de Atem, se suponía que tenía la mayoría de la clases con él, sin embargo ni siquiera habíamos venido juntos. Habían terminado las clases y no había rastro ni de él ni de Yugi. Opté por irme sola a mi casa, si Atem no me veía en su momento me buscaría. No tenía intenciones de volver esa casa después de la advertencia que me habían dado. Me apresuré a bajar las escaleras de la escuela y salir, sin embargo a penas puse un pie afuera un hombre me tomó del brazo, traté de alejarme de él pero no me lo permitió.

    -Calma señorita, me mandó el señor Atem.

    -Debo ir a mi casa, me están esperando.

    Traté de liberarme se su agarre sin embargo no tenía la más mínima intención de soltarme. Su mirada se volvió más dura a medida que trataba de liberarme.

    -Fueron ordenes específicas del señor Atem, por favor no haga esto complicado y solo suba al auto.

    -Quiero hablar con Atem antes.

    Pareció sorprendido cuándo solo lo llame Atem y no "señor Atem", aún así sacó su celular y marcó un número. No dejó de observarme en ningún momento mientras hablaba diciendo frases como "estoy con ella" y "quiere hablar con el señor Atem", la charla duró mucho más de lo que creí y al final él le dijo a la persona al otro lado "¿es seguro que lo haga?" y "le informo".

    -Hablé con el señor pero insiste en que no tiene tiempo para explicarle y que por favor solo entre.

    -No lo haré.

    -Bien, -suspiró llevándose una mano a la cabeza y bajando la mirada-, lo siento.

    No me dió tiempo a decir nada cuando con una mano tapó mi boca e inmediatamente me metió a la camioneta. Era un guardaespaldas de Atem por lo que era grande y fuerte, por más que traté de arañarlo y morderlo no funcionó para nada. Traté de abrir las puertas y patear los vidrios pero no fue posible hacer nada, observé como aún así el trayecto nos llevaba directo a la casa de Atem. Traté de hablar con el conductor pero me ignoraba totalmente y tenía una protección que me impedía golpearlo o hacer cualquier cosa.

    Después de no mucho tiempo llegamos a la casa. Noté que él conductor bajó y al cabo de un rato volvía con otra persona. La puerta se abrió y pude ver a la madre de Yami parada con una gran sonrisa de superioridad que trataba de disfrazar.

    -Señorita ________, es un gusto verla de nuevo -dijo aparentando ser amigable pero sabía que había odio ahí-, lamento la manera en que tuvieron que traerla pero usted no quería venir y su asistencia es realmente... Requerida.

    -Lo siento pero no quisiera estar aqui.

    -Entiendo, pero lo vas a estar, -mostró una gran sonrisa, había maldad en su voz y en el exterior aparentaba ser sumamente amigable-, le agradecería mucho si pudiera acompañarnos gentilmente, ya que en caso de querer irse tendríamos que aplicar algo de fuerza.

    Se hizo a un lado permitiéndome bajar del auto. Sabía que sí corría no habría manera de huír de aquí, además de que no podía enfocarme solo en eso ya que en mi cabeza no dejaba de pensar en como ella estaba hablando en plurar, me preguntaba por quienes más estaba hablando.

    La mujer comenzó a caminar con un guardaespaldas a su lado y otro iba detrás de mi, si daba un paso en falso no tardarían en alcanzarme. Subí las escaleras de la puerta principal, entré a la casa, y en el momento que la puerta se cerró sentí un escalofrío recorrer toda mi espalda, sentía que acababa de entrar en mi propia tumba, quizá estaba exagerando pero la advertencia que me dió mi compañera en el amanecer y la insistencia para que viniera al lugar no me ayudaban a tranquilizarme.

    -Por favor, pasa.

    La madre de Yami apartó una gran cortina roja dejando a la vista el gran salón, aquí era donde el padre de Yami atendía a sus clientes más importantes, ni siquiera traía a Kaiba a este lugar. La sala era enorme pero laz personas estaban reunidas en unos sillones que estaban al rededor de una chimenea empotrada en la pared. Al acercarme pude ir viendo que en los sillones se encontraba el padre de Yami, Yugi, Yami y su novia estaban sentados en el mismo sillón, y otros hombres que no conocía.

    -Vamos, no tengas miedo niña.

    La mujer me tomó del brazo y me arrastró por lo que quedaba de la sala, hizo que me sentará en un sillón pero en lugar de sentirme como una persona normal sentía que me devoraban con la mirada y no en el buen sentido.

    -¿Esta es tu gran propuesta? -preguntó el padre de Atem recargándose en el respaldo de su sillón sin quitarme la vista de encima- No me parece que sea adecuada.

    -Pero lo será -noté que se colocó detrás de mi asiento poniéndome sus manos a cada lado del respaldo- cuando le demos la educación correcta.

    -¿Y esta jóven de dónde salió?

    -Es amiga de Seto Kaiba -interrumpió la novia de Atem haciendo que todos voltearamos a verla, por primera vez volteé a ver a Yami y no estaba nada calmado-, no tiene padres y no tiene familia, es perfecta para esto.

    -¿Y como sabemos que no tiene familia? -Inquirió Yami- Además de que no podemos hacerlo si ella no quiere hacerlo.

    -Atem está en lo correcto -añadió con voz severa el padre de Atem y él solo le respondió sintiendo suavemente la cabeza pareciendo que le agaradecía-, ella debe de aceptar.

    -Solo un loco rechazaría una oportunidad como esta -dijo la madre de Atem tratando de sonar lo más convincente posible mientras ae acercaba a su esposo-. Yo me encargaré de esto, sabes que puedes contar conmigo.

    Después de que dijera eso me perdí totalmente, miraba a Atem y él a mí, trataba de comprender lo que me decía con la mirada pero no encontraba sentido en nada de esto. Además de que parecía que la señora estaba tratando de ofrecerme pero no entendía precisamente para qué. Volví a reaccionar cuando vi que el padre de Atem salía de la habitación junto a todos los hombres dejándonos solo a Atem, su novia, su madre y yo.

    -De acuerdo señorita _________, hablemos de como usted pasará a ser parte de esta familia.

¿Una Simple Empleada? | Yami / Atem y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora