Narra Draco

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Cuando Pansy terminó de hablar con T/n vio bastante razonable contarnos lo que había averiguado. Cuando Pansy llegó a la sala común nosotros nos estábamos preparando para el partido, hoy juega Gryffindor contra Slytherin.
-¡Hola chicos!.-
-¿Que haces asi todavia?venga prepárate que nos vamos y yo no espero a nadie, lo sabes.-
-Que si que si Draco callate un momento y escucha.-
-Parkinson no se te ocurra volver...-
-Shhh, calla y escucha que esto os interesará.-
-¿Qué es eso tan interesante a ver?.-
-Cuando venia hacia aqui me choque con T/n.-
-Que niña más torpe.-
-No Draco creme, me ha venido muy bien chocarme con ella. Me contó los poderes que tiene porque no se si sabéis que ella no asiste a las mismas clases que nosotros, únicamente tiene pociones y defensas contra las artes oscuras.-
-¿Qué poderes tiene?-
-Parece ser que puede controlar el tiempo y debe ser muy fuerte porque tampoco usa varita.-
-¿COMO? Pero eso es imposible, no existe mago ni bruja que no necesite emplear una varita.-
-Pues en su familia nunca han usado varita, por lo que ella me ha contado que sus poderes son tan fuertes que la varita se rompería. Ella ha venido a la escuela a aprender a controlar sus poderes porque lleva dando clases en su casa, con tutores propios, toda su vida.-
-Esta chica cada vez es más interesante ¿no?-, esto último lo dijo Blaise mirando a Draco, quien en su rostro tenía una expresión de sorpresa, jamás había conocido a alguien con estas descripciones y particularidades.
Cuando terminaron de hablar, todos se fueron al partido, todos menos uno.
-Draco ¿Qué haces? Vamos.-
-Adelantaos, ahora os busco-, los chicos abandonaron la sala común y se dirigieron al campo de quidditch.
Draco se quedó un buen rato pensando, no podía creer lo que había oído, primero esa chica lo defendió de Potter, después escucha los poderes que tiene, desde luego parece alguien interesante.
-¡Draco!.-
-¡AAHH!,padre que susto.-
-¿Por qué estás aquí?, el partido está por comenzar.-
-Estaba pensando en algo.-
- Y...¿En qué pensabas?.-
-Cosas mías.-
-¿Qué pasa? ¿No confías en tu padre?, cuéntame ahora mismo en que pensabas.-
-Esta bien. Lo que ocurre es que hay una chica nueva aquí y ha resultado ser más interesante de lo que yo pensé.-
-¿Interesante?, ¿En qué sentido?.-
- Pues bueno, ha sido seleccionada en todas las casas, no usa varita para hacer hechizos, tiene poderes temporales...-
-¿Qué estás diciendo Draco?, no estarás hablando de T/n Winked ¿verdad?-
-¿Cómo sabes quién es?.-
-Escúchame bien lo que te voy a decir Draco, procura llevarte bien con esa chica, procura acercarte a ella, es más haz que se enamore de ti.-
-¿Pero qué dices? tu estas loco.-
-¡Haz lo que te digo!, esa chica tiene un poder oculto inigualable y me vendría muy bien tenerla en mis filas. ¿Vas a hacer lo que te digo?-, mientras decía todo esto se iba acercando más y más a Draco, acorralando contra la pared e intimidando para que no le diera un no por respuesta.
-E...es...esta bien padre, de acuerdo. Intentaré que se enamore de mi.-
-Perfecto, y ahora ve al partido seguro que está allí-, después de decir esto Draco cogió sus cosas y se fue dejando a su padre solo en la sala común.
De camino al campo, la conversación con su padre no dejaba de sonar en su cabeza, pero debía hacerlo si no le esperaba algo mucho peor que un castigo desde luego.
Cuando llegó al campo se dispuso a ir con los chicos de Slytherin y cuando se sentó vio algo que lo dejó embobado, el tiempo estaba nublado pero de repente un rayo de sol se asomo por las nubes y cayó directamente en el lugar donde T/n estaba sentada, Draco se quedó mirándola fijamente, como si estuviera en un sueño, pero la visión duró poco cuando la conversación con su padre volvió a sonar en su cabeza, no podía creer lo que iba a hacer. El partido comenzo y mientras gryffindor llevaba la ventaja, Draco recibio una llamada del entrenador del equipo de quidditch de slytherin, necesitaban un buscador urgentemente, ya que el suyo se habia lesionado, como era de esperarse Draco acepto, sin embargo lo ultimo que recuerda de ese partido es que estaba en los brazos de alguien, unos brazos muy calidos y acogedores, cuando de repente todo se volvio negro.

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