Capítulo 3: Familia

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Nos encontrábamos de camino a la posada. 

- Entonces, Señorita Evely, ¿Usted es una maga? 

- Aprendiz de mago.

- Una de las mejores. - agregó uno de los guardias recibiendo un codazo de su compañero. Parecía ser que en verdad bajaron la guardia conmigo si revelaban ese tipo de información.

Evely parecía avergonzada.

Cuando entramos a la habitación le agradecí a la mujer por cuidar de mi abuelo y que podía retirarse, una vez lo hizo Evely se acercó a Pix para inspeccionarlo.

- ¿Puedes curarlo? - le rogué abrazando con fuerza a Ian contra mi pecho.

Realmente estaba angustiada y preocupada por la salud de Pix. Lo único que podía hacer era rezar porque las habilidades mágicas de la chica fueran suficientes para sacar al dulce anciano de peligro.

- Lo intentaré. - me aseguró con mirada decidida antes de colocar sus manos encima de los vendajes. - Señor, usted protegió y cuidó de mi hermana y mi sobrino. Por favor, no se rinda.

Mi boca se abrió por inercia al ver un destello, casi como pequeños puntos luminosos, rodeando la zona en la que las manos de Evely se hallaban puestas.

"Esa es... ¿Magia? Nunca pensé verla en mi vida."

La impresión fue tanta que sentí mis piernas temblar. 

No. No solo eran mis piernas.

- ¿Señorita Rashta? - preguntó uno de los guardias con rostro preocupado.

- ¡Señorita! ¡Está muy pálida! - exclamó el otro.

- ¿Hermana? - preguntó Evely intentando no perder la concentración.

- Mi... bebé... - atiné a decir.

El guardia más cercano a mi entendió y tomó a Ian en sus brazos. En el preciso instante en que dejé de sentir el calor de mi hijo me desplomé, siendo sostenida por el otro guardia. 

Mi mundo se tornó oscuro con las voces de todos llamando mi nombre.

Cuando desperté sentí un ligero mareo azotarme.

- ¡Señorita! - uno de los guardias se levantó de la silla en la que estaba sentado. - Debería volver a recostarse.

- Estoy bien. - atiné a decir antes de darme cuenta que Evely estaba recostada a mi lado. - ¡Evely! ¿Ella está bien?

El otro guardia se acercó con Ian en brazos. - Estará bien. Usó su magia en exceso para tratar la herida de su abuelo. Lleva unos 10 minutos dormida. Usted lleva cerca de tres horas.

- ¿Tres horas? - miré en dirección a la ventana notando que estaba atardeciendo. - "Aun tengo tiempo." 

- ¿Está segura que se encuentra bien? - volvió a preguntarme el guardia.

Pude notar la gran preocupación que sentían por mí. Solo sonreí asintiendo.

- No he estado durmiendo bien. - eso no era mentira. Llevaba tres días seguidos sin dormir. 

Me levanté dirigiéndome a donde estaba Pix. El vendaje había sido removido y la herida, que una vez estuvo a carne viva, empezaba a cicatrizar. 

Era increíble.

- ¡Iré a comprarle un postre a Evely como agradecimiento! - declaré juntando mis manos con expresión fascinada. - ¿Pueden cuidar de mi bebé?

- S-Seguro... Pero Señorita Rashta, ¿Está segura? Podemos ir por usted.

¡¿Soy Rashta?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora