Capítulo 18: Mal Presentimiento

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El día final de la ceremonia de Año Nuevo llegó.

El Banquete Especial se iba a celebrar en el "Cuarto de Rosas Rojas"

Navier había llegado con la clara intención de encontrar al Príncipe Henry para continuar su conversación del otro día, cuando fue sorprendida al ser saludada por el Gran Duque Kaufman. Por mucho que le alegrara el no ser ignorada por el hombre por tercera vez ese sentimiento se desvaneció muy rápido cuando la conversación tocó terreno peligroso.

- En el Reino de Luipt, si la amante del Imote tiene más atención que la Imota ella seguramente la mandaría a ejecutar de inmediato.

Navier no pudo evitar fruncir el ceño. La sola idea de mandar a ejecutar a Rashta hizo que un nudo se formara en su garganta. Bebiendo un sorbo de vino para despejarse respondió con seriedad. - Desafortunadamente, en el Imperio del Oriente, la emperatriz no tiene autoridad para ejecutar a alguien sin razón alguna. Y si lo hiciera, debería enfrentarse a la ley... "Mucho menos condenaría a Rashta por los pecados de Sovieshu."

Kaufman no pareció conforme con esa respuesta. - Es insensato de su parte no defender lo que es suyo. - y diciendo eso empezó a alejarse.

- "¿Él se refiere a que no puedo mantener controlado a Sovieshu?" - pensó recordando como desde hace mucho tiempo su esposo demostró su preferencia por Rashta antes que por ella. - "¿Por qué todos piensan que soy patética cuando es Sovieshu quién tiene una amante?"

- ¿Mi reina?

Saliendo de sus deprimentes pensamientos Navier se dio la vuelta con una sonrisa. - Príncipe Henry. Lo estaba buscando. - declaró con un notable alivio. Al igual que con sus cartas estar en presencia de Henry lograba calmar sus pesares.

El joven pareció encantado de escuchar estas palabras. - Me hace tan feliz, mi reina. No estaba muy seguro si usted había aceptado no evadirme en público. Quizás debería enviarles un regalo a Lady Evely y a Lady Cheriny, ¡Esto es gracias a esas dos! ¿Sabe lo que les gusta? ¿Joyas? ¿Postres? ¿Joyas con postres?

Navier rio por lo bajo ante las ocurrencias de su acompañante.

A unos metros de ellos, Sovieshu miraba al par con el ceño fruncido. Le incomodaba demasiado que su esposa se hiciera tan cercana con aquel príncipe extranjero; pero le prometió a Rashta que no se interpondría y no planeaba hacerlo, no a menos que viera algo que en serio no pudiera dejar pasar como algún acto indecoroso o parecido.

Sin que él lo supiera también estaba siendo observado. El Gran Duque Kaufman oscilaba su mirada entre El Emperador, la Emperatriz y el Príncipe Henry. El extranjero no podía más que mostrarse interesado por la curiosa situación que se estaba desarrollando.



...



Debido a lo ocurrido durante el primer día de la ceremonia de Año Nuevo la Vizcondesa Verdi prefirió no asistir al baile final. Decía no sentirse preparada para enfrentar a la alta sociedad una vez más. No podía culparla, yo misma estaba temerosa de volver a toparme con "ciertas personas". Accedí a su petición y le encomendé a Beatriz que la cuidara.

Eso trajo otro problema y es que me había quedado sin una dama de compañía. Tras pensarlo un poco se me ocurrió pedirle a Delice que la reemplazara solo por hoy. Como era de esperarse la joven se escandalizó, diciendo que era inaudito que una sirvienta ocupara tal posición, llevándome cerca de una hora convencerla de usar el vestido rosado de cuadros que la Rashta original usaba en esta fiesta. Era demasiado sencillo para la amante del emperador por lo que decidí usar otro vestido más elegante en su lugar y le obsequié el otro a Delice.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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