30. Prisión III

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La agitación solo permaneció dentro de su pecho, el instante en el que sus labios rozaron la piel, la sensación de la carne temblando entre sus dientes, el hambre que ocasiona una victima temblorosa que se entrega de manera tan tierna, despellejando su propia carne y colocándose en un plato con un delicioso aderezo.

Shen Qingqiu es la persona que por dos vidas ha estado esperando que lo encuentre, este Shen Qingqiu tanto su perdición como su salvación

Caminando a paso apresurado, con un rostro altivo y frívolo paseo por los pasillos de Hua Hua como si la secta le perteneciera, esos largos pasillos le traían recuerdos que ahora parecen distantes.

Vacíos y callados salones, vacías y calladas personas, todo conveniente, todo simple, todo aburrido.

Los recuerdos de una vida pasada de vez en cuando se sobrepusieron en este tiempo que anduvo vagando por el lugar, como si los fantasmas del pasado lo llamaran a través de las grietas y las astillas, gritando -Sabemos lo que hiciste, sabemos quien eres- Pero esos gritos jamás le importaron, de ser otra persona, de ser un mortal honorable, habría un impacto en su consciencia, pero él no lo es, una vez fue un emperador, una vez masacro a las sectas, atravesó la carne de inocentes con flechas, corto extremidades, aplastó cráneos. Nunca se arrepintió de ello.

Al final no importe cuanto mire atrás, aun si es vacío y aburrido, sus decisiones siempre hubieran sido las mismas, el único que pudo cambiar que ese destino se repita era Shen Qingqiu.

Por eso no pedirá perdón por el pasado o por las vidas que arruino, él no es ese tipo de persona, es un emperador y si bien su titulo ha sido removido, siendo ahora un discípulo el significado de esas palabras se ha grabado con sangre en su alma.

''Nadie además de mi puede entrar a la prisión''

Su orden fue precisa y el joven discípulo que resguarda el lugar solo pudo obedecer ante esa voz de mando tiránica, en este punto no hay nadie que parezca poder devolverle la mirada, aun es algo joven pero el aspecto de un gran señor ya se vislumbra por sus bisagras.

''Luo - Shixion'' - Una voz infantil lo siguió a pesar de que él la ignoro, pasos apresurados y casi un sollozo se situaron detrás suyo, de nuevo ¿Quién era esta persona? Sin duda alguna fue una de sus esposas, pero no puede recordar quien, demasiados nombres.

''Que'' - Su mirada no es amable, es más si uno mira demasiado tiempo a Luo Binghe puede estar seguro de que se congelará, a pesar del ardiente color de sus ojos

''Y...Yo... Luo Shixion, estoy tan preocupada'' - La joven maestra del palacio Hua Hua, junto sus manos sobre su pecho, moviéndose con suavidad mientras apretaba la zona para hacerla mas protuberante, al mismo tiempo que sus ojos se llenaban de lagrimas mal contenidas

''Cualquier preocupación comunícala al líder de la secta'' - Dicho esto Luo Binghe se dio la vuelta para continuar con su camino, hay un congee por prepararse, quien hubiera dicho que esta joven señorita no entendería nada y se pondría delante suyo interrumpiendo su paso una vez más.

''¡Luo Shixion! Esta Shimei esta preocupada, eres tan amable, pero desde que ese maestro llego estas tan frio, además mira tu cabello, ¡Jamás te he visto en ese estado! Acaso tu dolor es tan fuerte que no puedes ni pensar en nada mas, ¡Yo-yo te hare feliz!''

El grito valiente de esta joven dama resonó por todo el palacio, los guardias se sonrojaron, las aves volaron y algunos discípulos que pasaban por la zona no dudaron en comentar la valentía de esta joven dama en declarar con tanta fuerza sus sentimientos.

Esta escena en si podría ser un buen momento romántico en el que la heroína declara su amor al héroe, cuando finalmente ambos conocen y se exponen, pero todos saben que este no es el caso, incluso aquellos guardias sonrojado o las hormigas bajos sus pies lo entiende, a Luo Binghe no le interesa esta persona, es más tal parece que a Luo Binghe no le interesa ningún ser humano.

Canción sin nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora