Capitulo / 29

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Louisa.

Unos besos en el rostro terminan de despertarme, abro un ojo percatándome de que Max se encuentra arriba de mi sin presionar su cuerpo desnudo sobre el mio. Lo primero que hago es buscarle los labios y él me recibe gustosamente. Su cuerpo se presiona sobre el mio y eso basta para que un gruñido gutural salga de su garganta. Abro mis piernas dándole entrada a su miembro a mi parte intima.

Esa mañana también hacemos el amor. Luego nos duchamos juntos y cada quien empieza su día aparte no sin antes darnos nuestras respectivas despedidas.

El oficial a cargo de mi caso me dijo que nos reuniríamos a las cinco de la tarde en la comisaria donde me encontraría con el clon para configurarla con mi voz, mi forma de caminar, de agarrar las cosas y demás.

Para cuando llego al hospital donde trabajo todo el personal muy silencioso, muy centrado en su trabajo, nadie me dedica una mirada, nadie me sonríe, nadie me saluda, soy yo la única que rompe el silencio en el que se encuentra el ala donde se encuentra mi consultorio.

Al llegar noto el vacío escritorio de Abigail y la nostalgia inunda mi ser y quiero llorar, si, quiero llorar. Lo único que me reconforta es que hoy acabara todo. Dios, si me escuchas, que hoy sea el ultimo día de esta pesadilla.

Soy yo quien le da el pase a mis pacientes en el día de hoy y cada uno de ellos me pregunta sobre Abigail y yo miento, diciéndole que se enfermo y que no pudo asistir el día de hoy.

Cuando llega la hora de almuerzo salgo a la cafeteria con Pedro pisándome los talones. 

***

—Bien, Louisa, llego el momento —me habla el policía encargado de mi caso—. Ya citamos a Jake, debemos enviar a nuestra clon a tu auto y hacerla llegar al lugar donde supuestamente te encontraras con Jake —asiento, pero por dentro estoy muerta del miedo.

—Todo estará bien,amor —me dice Max a la vez que me besa la frente.

Nos encontramos en una patrulla junto dos policías, el clon, Max y yo. Segun el policía ya Jake se encuentra en el lugar acordado junto con Abigail, esposada, desnutrida, sin bañar, con la misma ropa de la oficina y me siento terriblemente mal. 

—Louisa, debe ir sola —nos recuerda el policía—. Ya tu carro se encuentra afuera —la clon se pone de pie y con ayuda de Pedro alcanza mi carrito. La seguimos de cerca y debo admitir que hicieron un bien trabajo con ella, la adaptaron bien a mis hábitos, costumbres, forma de caminar, de hablar y hasta mi forma de agarrar las cosas—. La clon tiene una cámara ocular del mismo color de tus ojos —se enciende una pantalla enorme proyectando todo lo que mira la clon y estoy impresionada, nunca había intentado con algo así porque es un robot, obviamente, no es una persona, debo admitir que maneja mejor que yo.

Se ve que llega al lugar acordado y ella capta de inmediato a Jake, este le sonríe y le hace señas a alguien. De pronto veo como se le acercan dos hombres y la agarran de las manos, obligándola a caminar hacia Jake.

Escucho el rechinar de Max y lo observo; tiene la mandibula super apretada. Me dedica una mirada y su expresión se suaviza a la vez que me sonríe.

—Eres hermosa —se escucha que dice Jake—. He estado esperando este momento desde aquella vez que estuve dentro de ti.

Toman asiento y él ordena una bebida.

—¿Que quieres, amor? —le dice.

Volviendo A Levantarme © BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora