Capitulo / 15

37 2 0
                                    

Cuando los chicos se fueron a media noche, me dispuse a lavar los trastes con Louisa; no paraba de darle vuelta al asunto: A que Louisa y yo habíamos tenido sexo la noche anterior y sin estar consciente de lo que hacíamos eso quiero creer y, por esa misma razón, mi amiguito se despertó súper emocionado hoy, porque anteriormente había sentido a Louisa. No sé si sentirme feliz porque logré mi cometido o asustado porque desobedecimos a la doctora encargada del tratamiento de mi novia. No sabia ni podía asegurarme de si esa fue la única vez que lo hicimos o si hubo más. Estoy volviéndome loco, pero no se lo hacia notar a Louisa pues no quería preocuparla más.

—¿En que piensas? —pregunta Louisa sacándome de mis pensamientos, esbozo una sonrisa antes de contestarle.

—En que mi amiguito se despertó muy desesperado esta mañana porque te sintió anoche —río levemente mientras seco un plato y lo coloco en la alacena donde van los platos.

—Esta mañana me sentía igual —confiesa, la observo y ella hace lo mismo, soltamos una carcajada—. Ve a ducharte, yo te alcanzo ahora —dice al rato.

—Sabes que si nos duchamos juntos, haremos otra cosa menos ducharnos.

—Mientras tanto, ten una charla con tu amiguito, habla con el y dile que debe comportarse hasta que pase la medicación —trata de empujarme pero yo soy más fuerte que ella y no me mueve ni un poco.

—Mi amiguito no me obedece, Louisa —enjuago mis manos y me la seco con el paño de la cocina.

—Si le hablas con autoridad si lo hará —me guiña un ojo.

—No me tientes, Louisa —camino de espaldas hacia atrás— . No sabes lo que puedo llegar  a hacerte si me tientas.

 —¿Que me harías? —alza una ceja y se cruza de brazos retandome.

Detengo mi andar y le hago una seña con el dedo del medio para que se acerque adónde estoy, duda un poco pero igualmente lo hace. Llega a mi y me inclino a su oído.

—Lo que no te imaginas —le susurro.

 —¡Uy! Que miedo, Max, mira como tiemblo —simula que tiembla y le sonrió con malicia— . Ve a ducharte —me empuja bruscamente y caigo casi de espalda al piso. 

Me agarro desprevenido.

—Me echas de la cocina porque sabes que eres irresistible a mi —mientras se aleja me saca la lengua y luego el dedo corazón.

Me desplazo a la habitación, me desvisto y luego camino al baño.

Lavo todo mi cuerpo, haciendo tiempo para ducharme con Louisa, pero está nunca llega. 

Salgo del baño envuelto en una toalla.

—Louisa —llamo cuando no la veo en nuestra habitación. Salgo de la habitación y me dirijo a la cocina, lo que veo me hace reírme a carcajada; esta sonando una canción de no se quien en la radio y Louisa baila graciosamente al compás de la música mientras limpia el piso de la cocina con la aspiradora.

—¡Louisa! —grito, ella se sobresalta al oír mi voz y detiene lo que sea que estaba haciendo con el cuerpo.

 —Alexa, baja el volumen del radio —de inmediato Alexa obedece a lo que le ordeno Louisa—.¿Qué? —se vuelve hacia mi.

—¿Desde cuando Alexa te obedece si esta configurada a mi voz? —señalo el aparato confundido.

—¿Que te creías? ¿Que solo podías configurar a Alexa a tu nombre? —prosigue haciendo lo que hacia antes de yo llegar.

—Cuando la compré... el empleado me dijo que solo se podía con una sola voz —le explico.

—Le encontré un truquito  —parpadeo aún mas confundido, luego recuerdo a lo que vine y sacudo mi cabeza en una negativa al tiempo que esbozo una sonrisa antes de preguntarle:

Volviendo A Levantarme © BORRADORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora